El papel del Senado

Los senadores pueden tener m¨¢s papel que el Senado. En nuestro ordenamiento constitucional no es, en efecto, muy grande el que ,desempe?a la C¨¢mara Alta. Se dice mucho, y con raz¨®n, que tendr¨ªa que ser la C¨¢mara de las autonom¨ªas, algo as¨ª como lo que es a veces en los Estados federales. "El Senado es la C¨¢mara de representaci¨®n territorial", dice ya la misma Constituci¨®n. Pero...Tampoco se aprovech¨® la v¨ªa abierta en la primera legislatura, con los llamados senadores reales, personalidades de la vida acad¨¦mica o simplemente cultural y social que realzaban con su prestigio, saber y criterio el papel de los representantes del pueblo.

Sin estar amparada por el texto constitucional, la tendencia a buscar en el Senado nombres y rostros que prestigien la representaci¨®n popular subsiste. Pero no siempre los partidos alcanzan a dejar sitio para ellos en los primeros puestos.

Los partidos luchan por encontrar nombres que atraigan al electorado. Pero eso tiene una dificultad por parte de los invitados -no siempre la vida pol¨ªtica resulta tentadora- y otra por la de los partidos, cuyos dirigentes raramente se resignan a ceder el sitio al que creen tener derecho por su militancia y tiempo de servicio.

El resultado, es que el Senado puede cumplir funciones. propias, no ya en el desarrollo de sus actividades, sino en el mismo momento de la elecci¨®n, como indicador complementario de preferencias. Bueno ser¨ªa, en definitiva, hacer algo para no dejar al Senado en el desairado papel de pariente pobre de nuestra representatividad.