La lucha de los altos cuerpos de la administraci¨®n impidi¨® que Econom¨ªa erjerciera sus funciones de control
El Ministerio de Econom¨ªa, cuyo titular actual concentra adem¨¢s en su persona la vicepresidencia segunda del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos, ha pasado en los cuatro ¨²ltimos a?os por fases diversas, pero siempre tendiendo a asumir mayores cotas de responsabilidad general. De ser calificado como mero ap¨¦ndice de la persona del vicepresidente Fernando Abril Martorell a la unificaci¨®n en Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez de los dos cargos, m¨¢s el derivado de la inclusi¨®n del antiguo Ministerio de Comercio, media un buen trecho que se explica tanto por la intensidad de la crisis econ¨®mica como por las luchas corporativas que, anegan en buena parte a la Administraci¨®n p¨²blica.Los resultados de las elecciones generales de 1979 suponen para Econom¨ªa un mero cambio formal: en lugar de ser considerada en el organigrama administrativo como una. secretar¨ªa de Estado, a cuyo frente estaba Jos¨¦ Luis Leal, se transforma en un ministerio con la misma persona como titular y en la misma l¨ªnea de dependencia con el vicepresidente econ¨®mico Fernando Abril Martorell. Tanto es as¨ª, que el ascenso de Leal viene a ser la condici¨®n para que ¨¦ste no dimitiera anteriormente para poder presentarse a las elecciones generales -los ministros no son elegibles, los secretarios de Estado s¨ª- que dieron el triunfo por segunda vez consecutiva a Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD).
Las f¨®rmulas de operatividad, los esquemas de actuaci¨®n, siguen siendo los mismos; el Ministerio de Econom¨ªa tiene que t¨²atar de globalizar los intereses concretos de cada uno de los ministerios con claras competencias econ¨®micas, impidiendo de esta forma la continuaci¨®n de los reinos de taifas en que ¨¦stos se han convertido con el transcurso de los a?os. El intento se centra en crear un ministerio horizontal que sepa oponerse a los particularismos de los dem¨¢s ministerios, de los verticales, en cuanto que ¨¦stos tienen en su seno, y desde fuera, sectores productivos concretos a los que defender: desde determinados cuerpos de la Administraci¨®n hasta, los empresarips de algunos sectores concretos que consideran a los ministerios,sectori¨¢les como si se tratara de un bufete,de abogados servicios de estudios o representantes m¨¢s o menos legales de sus intereses particulares:
El Ministerio d e Econom¨ªa, seg¨²n este esquema, tiene que centralizar las decisiones en este terreno sin aceptar las presiones, de cada uno de los dem¨¢s. La existencia de una vicepresidencia econ¨®mica separada no viene sino a dificultar o duplicar esta tarea. Durante la primera ¨¦poca, que acaba con el relevo de Abril Martorell y de Jos¨¦ Luis Leal, esto es as¨ª. El poder se concentra en la vicepresidencia, y el ministerio no pasa de ser otra cosa que una secretar¨ªa ampliada de la propia vicepresidencia. Su operatividad, desgajada de la vicepresidencia es nula. Los balances a hacer tienen que ser conjuntos, aunque algunas decisiones correspondan formalmente al la vicepresidencia y otras al Ministerio de Econom¨ªa.
En cualquier caso, las personas que trabajan en estos dos organismos en aquellos a?os son conscientes de ello; son pocos, y los de Econom¨ªa realizan sus funciones en base a los papeles que los del piso de arriba les solicitan en cada ocasi¨®n. Forman parte de todos, los organismos de coordinaci¨®n ministeriales, prpsidiendo las comisiones. Sus tareas b¨¢sicas se limitan a tratar de frenar las apetencias del fondos o competencias que los dem¨¢s ministerios quieren mantener o acrecentar. Las grandes l¨ªneas de pol¨ªtica econ¨®mica emanan de la vicepresidencia, y los contactos entre los titulares de ambos aparatos pasan unas veces por per¨ªodos c¨¢lidos y en otras se encuentran cerrados todos los circuitos de comunicaci¨®n.
La independencia del Banco de Espa?a
Al margen del dise?o de las grandes I¨ªneas de actuaci¨®n econ¨®mica, de la elaboraci¨®n de los principales cuadros en los que anualmente tiene que moverse la actividad, en Castellana, 3 -en el primer pilo se encuentra el despacho de Leal en 1979 y en el segundo el de Abril-, se van tomando las grandes decisiones de modificaci¨®n del sistema financiero el paso principal de todo ello se inicia cuando el Banco de Espa?a adquiere una independencia funcional y formal. Hasta entonces el banco emisor no hab¨ªa dejado de ser considerado como una direcci¨®n general m¨¢s del Ministerio de Hacienda y, por tanto no pod¨ªa ejercer ning¨²n tipo de actuaci¨®n diferenciada de aqu¨¦l.
El establecimiento de una normativa nueva que regula la actuaci¨®n de los ¨®rganos rectores del Banco de Espa?a, confiriendo a ¨¦stos una nueva. posibilidad de independencia frente al Ejecutivo aunque integrado dentro de toda la pol¨ªtica general del Gobierno, es un paso adelante. El gobernador del Banco de Espa?a es desde entonces nombrado por el Rey, a petici¨®n del Consejo de Ministros. En la pr¨¢ctica esto supone que el gobernador tiene casi rango de ministro y que por tanto, puede actuar sin coacciones previas de otro ministro, puede efectuar cr¨ªticas a la actuaci¨®n global y, dentro de sus competencias espec¨ªficas, dise?ar su pol¨ªtica concreta sin intromisiones graves.
Las dos crisis del sistema financiero sufridas a lo largo de los tres a?os y medio de la legislatura ponen otro contrapunto en la actuaci¨®n de este ministerio de reciente creaci¨®n; las decisiones de la Corporaci¨®n Bancaria y posteriormente del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos en la pol¨ªtica de reflotamiento de los bancos en crisis ilustra los componentes b¨¢sicos en esta materia: se puede liberalizar el sistema financiero modificando los tipos de inter¨¦s del pasivo y del activo; se pueden abrir los canales de obtenci¨®n de financiaci¨®n hasta l¨ªmites considerados como insospechados dos a?os antes, pero en el mismo momento en que se produce la crisis, primero, hay que negarla. y posteriormente, guardar los trapos sucios dentro de la propia casa.
Los rumores sobre crisis en determinadas instituciones bancarias fueron, surgiendo desde 1979 cada vez con m¨¢s fuerza. Siempre eran desmentidos por todas las partes e incluso no se llegaba a admitir la existencia de una crisis general, sino de casos concretos, hasta que ¨¦sta estall¨®. En ese momento se pone en funcionamiento un mecanismo que ha ido modific¨¢ndose con el paso de los meses. Desde la intervenci¨®n por parte de las autoridades monetarias, a trav¨¦s de la Corporaci¨®n Bancaria o del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos, hasta el dejar declararse en ruina a un banco, pasando por la venta ayudada a terceros sin pasar por los mecanismos de saneamiento bajo control p¨²blico. Y siempre sin utilizar el derecho de tanteo por parte del Estado como en todas y cada una de las ocasiones solicit¨® la oposici¨®n socialista.
Las explicaciones, justificadas a partir del razonamiento de la necesidad de mantener una imagen de solvencia en todo el sistema bancario, contestadas incluso en el seno de las propias instituciones financieras, no bastaban. No obstante, est¨¢ a¨²n por ver que se produzca una explicaci¨®n suficiente sobre el nivel de crisis de alguna de estas entidades ayudadas a reflotar al 50% por capitales p¨²blicos y privados.
Nuevos instrumentos financieros, creaci¨®n y modernizaci¨®n de nuevos mercados, apertura de nuevas operaciones, tradicionales ya,en los mercados internacionales, pero in¨¦ditas en el espa?ol; liberaci¨®n de dividendos, aunque con limitaciones para que no se produjeran nuevas desviaciones al principio, son los principales rasgos de la actuaci¨®n en esa materia de las autoridades econ¨®micas.
Las formas utilizadas en el reflotamiento de algunos bancos, las ayudas que el Banco de Espa?a ha concedido a otras que atraviesan por dificultades importantes y un buen oscurantismo, conformar¨ªan las l¨ªneas negativas de este per¨ªodo.
La unificaci¨®n con ComercioEl cambio de vicepresidente, que llev¨® aparejado tambi¨¦n el de m¨ªnistro, significa una transformaci¨®n importante sin el Ministerio de Econom¨ªa. Mientras que la vicepresidencia es ocupada por Leopoldo Calvo Sotelo, en Econom¨ªa se instala Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez, que logra adem¨¢s una importante batalla: el nuevo ministerio surge de la fusi¨®n del primitivo de Econom¨ªa con el de Comercio. Se termina la ilusi¨®n horizontal mantenida hasta entonces, y la lucha por el control del principal ministerio se decanta hacia uno de los cuerpos m¨¢s prestigiosos de la Administraci¨®n: los t¨¦cnicos comerciales, dejando aparcadas las apetencias de los economistas del Estado, tambi¨¦n con gran poder, pero menos numerosos. La relativa independencia de que gozaba este departamento ministerial respecto a los diversos grupos de presi¨®n sectoriales se deteriora, ya que las competencias son ahora asumidas por personas relacionadas con los sectores exportadores o de comercio interior. La lucha por la defensa de intereses sectoriales, reconocida como no demasiado mala en otros departamentos, puede tomar cuerpo en aquel que precisamente hab¨ªa sido dise?ado como el ¨²nico en el que no deb¨ªan existir.
Aunque en un primer momento no se puede apreciar esta lucha, lo cierto es que cuando se decide la creaci¨®n del Ministerio de Agricultura, Alimentaci¨®n y Pesca surgen los problemas sectoriales en tomo a las competencias sobre el comercio exterior de determinados productos; agrupar o no todos los temas relacionados con la alimentaci¨®n plantea la discusi¨®n sobre a qui¨¦n corresponde dise?ar la pol¨ªtica de importaciones de productos agrarios, y al final fue Econom¨ªa y Comercio quien se las qued¨®.
Durante el medio a?o que dur¨® el mandato de Calvo Sotelo como vicepresidente del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos pocas son las variaciones que hay; el proyecto de Presupuestos Generales del Estado ya est¨¢ en marcha, lo mismo que el plan plurianual de inversiones p¨²blicas. Se sigue en el proceso de liberalizaci¨®n iniciado en el sistema financiero, tratando de adaptarlo a las nuevas necesidades de la econom¨ªa real.
La firma del ANEEs en la primavera y verano de 1981 cuando en la vicepresidencia ec¨®mica, ocupada ya por Garc¨ªa D¨ªez, quien tambi¨¦n es titular de Econom¨ªa y Comercio, vuelve a pulsarse el poder que tal acumulaci¨®n provoca. El punto ¨¢lgido viene de la mano de la firma del Acuerdo Nacional sobre el Empleo (ANE), en el que queda dise?ada la mayor parte de la actuaci¨®n del Gobierno en materia econ¨®mica.
Desde medidas concretas sobre revisi¨®n de salarios para todos los trabajadores hasta las contrapartidas que Econom¨ªa est¨¢ dispuesta a conceder a cambio de la firma, todo sale del ANE.
El compromiso gubernamental de lograr que el nivel de paro a finales de 1982 fuera el mismo que el existente en el momento de la firma del ANE, la moderaci¨®n salarial dos puntos por debajo de la inflaci¨®n esperada para este a?o y el mantenimiento de la tasa de elevaci¨®n de precios tambi¨¦n por debajo de la del a?o anterior conformaban el marco sobre el que dise?ar los Presupuestos Generales del Estado y las principales cifras macroecon¨®micas. Se contaba adem¨¢s con un factor positivo: la moderaci¨®n de los precios del petr¨®leo.
La firma del ANE, adem¨¢s de significar el m¨¢ximo de poder de la vicepresidencia econ¨®mica, marca tambi¨¦n el momento en el que determinadas fuerzas sociales, las empresariales sobre todo, se despegan de Garc¨ªa D¨ªez y se inicia una de las mayores ofensivas contra un pol¨ªtico en los ¨²ltimos tiempos.
Desde el descubrimiento del pacto de los ochocientos millones de pesetas a cuenta del patrimonio sindical al proyecto de Presupuestos Generales, se pone en entredicho la mayor parte de las actuaciones del equipo econ¨®mico.
El paso de los meses ha demostrado que la firma del ANE ha sido un cartucho quemado en balde, ya que apenas si hay previsiones en ¨¦l realizadas que se vayan a cumplir. La tasa de inflaci¨®n se ha disparado, y los m¨¢s optimistas conf¨ªan en que acabe el a?o con un 15,5%; el desempleo, aunque, seg¨²n las estad¨ªsticas de paro registrado, empez¨® a decrecer a partir del primer trimestre del a?o, ha vuelto a iniciar una senda creciente. En el mes de abril, el Ministerio de Econom¨ªa tuvo que aprobar un decreto de nuevas inversiones p¨²blicas, porque con el volumen existente se ve¨ªa claro ya que era imposible llegar al objetivo del mantenimiento del empleo.
Los expertos consideran que la discusi¨®n y negociaci¨®n de los precios de los productos agrarios sometidos a regulaci¨®n de campa?a tienen buena parte de la culpa de lo que est¨¢ pasando en el terreno de la inflaci¨®n. Si durante los dos primeros a?os de esta legislatura los precios agr¨ªcolas crecieron por debajo de la tasa de inflaci¨®n, lo que ayud¨® a ir conteniendo las elevaciones de precios de consumo, lo aprobado este a?o lanza hacia arriba todas las expectativas, a lo que hay que a?adir las subvenciones no cuantificadas que reciben los agricultores y que significan nuevas tensiones inflacionistas.
El aumento del d¨¦ficit del sector p¨²blico y la dureza de la pol¨ªtica monetaria norteamericana hacen el resto para acabar con las esperanzas. La revaluaci¨®n continuada del d¨®lar y la elevaci¨®n de los tipos de inter¨¦s en los mercados internacionales, unido a la recesi¨®n de la econom¨ªa del principal pa¨ªs occidental, rompen las expectativas de crecimiento dise?adas en tomo al ANE. Ello a pesar de que las exportaciones de productos espa?oles siguen creciendo m¨¢s deprisa que las importaciones.
Si la balanza comercial durante 1982 tiene un mejor perfil que en a?os anteriores, la de capitales experimenta un desequilibrio importante que la Administraci¨®n se muestra incapaz de enjugar; el tipo de cambio del d¨®lar y la elevaci¨®n de los tipos de inter¨¦s hacen que las empresas espa?olas no salgan al exterior en busca de fondos para sus inversiones. Es cierto que, por el contrario, el cr¨¦dito al sector privado est¨¢ creciendo dentro de las coordenadas previstas. Pero ello no significa otra cosa que el hecho de que se ha producido un desplazamiento de los cr¨¦ditos exteriores a los interiores, por resultar ¨¦stos m¨¢s baratos combinando tipos de inter¨¦s y riesgo de cambio.
Apenas si hay operaciones para nuevas inversiones llevadas a cabo por las empresas; se trata de continuar con las previstas o de obtener los fondos necesarios para reposiciones.
Los problemas del futuro
Con todas estas previsiones, el futuro pr¨®ximo no parece especialmente alentador para aquellos que vengan a sustituir al equipo de gobierno. Por otro lado, las fuerzas sociales, patronales y alg¨²n sindicato han dejado claro que no creen bueno que la experiencia del ANE -principal arma pol¨ªtica del actual equipo econ¨®mico- deba repetirse en un futuro pr¨®ximo. La concertaci¨®n parece que debe realizarse directamente y sin la intermediaci¨®n gubernamental, a la que no se le da una credibilidad inmediata.
Las perspectivas, m¨¢xime si se produjera una victoria socialista, parecen apuntar a un nuevo desmembramiento del actual Ministerio de Econom¨ªa y Comercio, volviendo este ¨²ltimo a ser un departamento independiente.A cambio podr¨ªa convetirse en realidad, acariciada a su vez por el cuerpo de interventores, que Hacienda se quedara como Ministerio de Ingresos, y Econom¨ªa se transformara en uno de control y distribuci¨®n de gastos, adem¨¢s de servir de planificador general de la actividad p¨²blica y dise?ador de las grandes l¨ªneas de actuaci¨®n econ¨®mica.
Ser¨ªa entonces un ministerio controlador de la actividad de los otros, distribuidor de los ingresos p¨²blicos y sin competencias sobre sectores de ning¨²n tipo, que entorpecen la actividad que debe primar sobre todas las dem¨¢s, en opini¨®n de Jos¨¦ Luis Leal: "Parar los pies a todos aquellos gastos que no tengan una prioridad absoluta, actuar a cara de perro con quienes solicitan mayores gastos sin poner al lado de d¨®nde saldr¨¢ el dinero necesario para hacer frente a esas decisiones". Algo que en la primera etapa de la actual legislatura se llev¨® a rajatabla en la mayor¨ªa de las ocasiones y que se fue deteriorando a medida que pasaban los meses.
Los descontroles del ¨²ltimo a?o, en el que cada ministerio econ¨®mico actuaba por libre, proponiendo acuerdos parciales con los que satisfacer las presiones que recib¨ªan desde las bases, necesitan desaparecer mediante una actuaci¨®n coordinada por alg¨²n departamento de la Administraci¨®n que cuadre los n¨²meros de ingresos y gastos e impida nuevos crecimientos del d¨¦ficit p¨²blico sin justificaci¨®n aparente.
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