'Laberinto de pasiones' desata la vieja pasi¨®n de la censura
ENVIADO ESPECIALCuando parec¨ªa que el 30? Festival de Cine de San Sebasti¨¢n hab¨ªa ya llegado a su final y que las dos ¨²ltimas jornadas transcurrir¨ªan sin pena ni gloria, una curiosa noticia ha venido a despertar lo del letargo. La pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var, Laberinto de pasiones, ha sido censurada por el exhibidor que, conjuntamente con los cines Alphaville, iba a estrenarla en Madrid el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. Alentado, al parecer, por los juicios escandalizados de algunos espectadores que visitan este festival desde su fundaci¨®n, el propietario del cine Gayarre ha decidido no contar en su cartelera con tan escandalosa pel¨ªcula. En el mismo sentido censor se ha pronunciado alg¨²n diario local, dispuesto a creer que la exhibici¨®n de Laberinto de pasiones, en el marco de la secci¨®n oficial del festival, se debe a oscuros intereses de su responsable principal, Luis Gasca. Pol¨¦mica que seguramente encender¨¢ la atenci¨®n entre quienes no conocen a¨²n la pel¨ªcula de Almod¨®var, pero que a muchos de los que ayer la vimos nos llena de estupor en cuanto consider¨¢bamos que Laberinto de pasiones pod¨ªa ser criticable precisamente por lo contrario, al ser menos corrosiva que su antecesora, Pepi, Lucy, Boom y otras chicas del mont¨®n. Es tan f¨¢cil a¨²n este pa¨ªs para el esc¨¢ndalo que la sorpresa surge en el momento m¨¢s inesperado.
Ninguna ha habido, sin embargo, cuando el festival ha proyectado Campanas rojas, del sovi¨¦tico Serguei Bondarchuck, que ya hab¨ªa sido premiada -y a¨²n no se entiende por qu¨¦- en el ¨²ltimo festival de Karlovi Vary. Inspirada en el libro de John Redd M¨¦xico insurgente, es, de alguna manera, una respuesta a la producci¨®n norteamericana de Warren BeattY, Rojos, aunque ¨¦sta limitara la biografia del famoso periodista a su actividad en la revoluci¨®n rusa. Bondarchuck ha dispuesto de gigantescos medios para realizar su trabajo. Pero ese dinero no ha provocado su imaginaci¨®n, baste citar al lector las ¨²ltimas im¨¢genes de la aparatosa. pel¨ªcula, en la que los innumerables soldados mexicanos muertos durante la batalla resucitan para la historia, esperanzados de un futuro mejor, mientras tanto suenan los redobles de esas campanadas rojas, augurio de futuras y m¨¢s positivas revoluciones.
La ingenuidad de un planteamiento est¨¦tico como ¨¦ste conmovi¨® al p¨²blico (o al jurado) checoslovaco de Karlovi Vary, pero dificilmente interesar¨¢ a los espectadores occidentales. La ¨²nica l¨®gica para presentarla en San Sebasti¨¢n reside en su condici¨®n de pel¨ªcula premiada en un festival anterior. Pero si ello es as¨ª, ?por qu¨¦ Gasca no ha programado adem¨¢s todas las otras pel¨ªculas destacadas en los festivales del a?o? Como ha sido presentada, por ejemplo, Fitzcarraldo, premio especial del jurado de Cannes, y no Yol, que comparti¨® la Palma de Oro con Missing. ?Por qu¨¦ se exhiben las pel¨ªculas de Liliana Cavani y Marco Bellochio, perdedoras de Venecia, y no El estado de las cosas, de Wim Wenders, a la que se concedi¨® el Le¨®n de Oro en este mismo festival?
Probablemente Gasca se haya visto ayudado por los distribuidores espa?oles que tienen adquiridas algunas de estas pel¨ªculas para su pr¨®ximo estreno en toda Espa?a. Pero hubiera hecho falta un esfuerzo mayor, porque no es mala idea convertir San Sebasti¨¢n, adem¨¢s de en un festival descubridor de nuevos valores, en una especie de resumen de lo mejor visto en otras convocatorias similares del mundo. Una ambig¨¹edad como la de este a?o, si bien no ha dado mala programaci¨®n, corre el peligro de convertirlo en un esfuerzo sin meta. Para evitarlo, convendr¨ªa estimular la secci¨®n de nuevos realizadores, donde hasta el momento de redactar estas l¨ªneas se han visto algunas de las mejores pel¨ªculas del festival, y donde a¨²n quedan por presentarse otros t¨ªtulos nuevos. ?Por qu¨¦ orientar la expectaci¨®n de los visitantes y del p¨²blico sobre la secci¨®n oficial y no fomentar, en su lugar, esa especialidad donostiarra de nuevos realizadores?
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