Bancos, industria y particulares espa?oles, seriamente afectados por la crisis econ¨®mica mexicana
Los espa?oles que ven¨ªan a M¨¦xico por negocios eran legi¨®n hace un a?o. Cada vuelo de Iberia (cuatro semanales en invierno, seis en verano) tra¨ªa ¨®rdenes de pago millonarias, a menudo sacadas ilegalmente de Espa?a, para subirse al carro del milagro mexicano. Unos buscaban s¨®lo los altos intereses de los dep¨®sitos a plazo fijo (ya por entonces superaban el 30%); otros persegu¨ªan unas altas utilidades industriales; todos contaban con la libertad cambiaria, que les permitir¨ªa convertir sus ganancias en d¨®lares y sacarlos del pa¨ªs sin restricciones. Desde hace un mes, los pocos espa?oles que llegan a M¨¦xico (turistas aparte) buscan alguna trampa legal o no, que les permita llevarse su dinero a lugar m¨¢s seguro. Los d¨®lares que cambiaron a veinticuatro pesos cuestan ahora por lo menos cien en el mercado negro. Sus ganancias se vuelven p¨¦rdidas. El c¨¢ntaro de la lechera se ha roto.La moment¨¢nea suspensi¨®n de pagos de M¨¦xico, que en principio llega hasta el 20 de noviembre y que podr¨ªa prolongarse otros doce meses m¨¢s, alcanza a una decena de bancos espa?oles (todos los grandes y el Banco Exterior), con los que este pa¨ªs tiene contra¨ªda una deuda de 3.500 millones de d¨®lares (cerca de 400.000 millones de pesetas).
Para averiguar esta cifra fue necesaria una reuni¨®n casi secreta de los representantes de la banca espa?ola en M¨¦xico. Como nadie quer¨ªa confesarse ante sus competidores, optaron por escribir en un papel el monto de su cartera de pr¨¦stamos.
La deuda total se divide, casi a partes iguales, entre cr¨¦ditos comerciales, a medio. y largo plazo, y cr¨¦ditos financieros, contratados casi siempre¨¢ corto plazo. En el primer paquete, el principal acreedor es el Banco Exterior, en tanto que el segundo afecta principalmente a la banca comercial. Estos 1.700 millones de d¨®lares son los m¨¢s perjudicados por la moratoria de noventa d¨ªas decretada unilateralmente por M¨¦xico el pasado 20 de agosto.
En la cola de acreedores
S¨®lo mediante la renegociaci¨®n podr¨¢la banca espa?ola recuperar este dinero, siempre coloc¨¢ndose en una cola de acreedores en la que hay no menos de cien bancos internacionales, a los que M¨¦xico deber¨ªa pagar en el curso de un a?o unos 12.000 millones de d¨®lares por concepto de intereses,y otros 25.000 millones por amortizaciones del capital. La renegociaci¨®n global, a trav¨¦s de un sindicato internacional de bancos, parece el ¨²nico camino.Mientras las negociaciones con el FMI prosegu¨ªan, la banca espa?ola ha otorgado en este largo mes de crisis dos nuevos cr¨¦ditos. Por una parte, el Banco Urquijo lider¨¢ un pr¨¦stamo de tresciento millones de d¨®lares a seis meses a cambio de las compras de petr¨®leo que .afecta al ente nacional de hidrocarburos. Todos los grandes han participado con 180 millones de d¨®lares en un cr¨¦dito stand by (a la espera) negociado a trav¨¦s del Banco Internacional de Pagos de Basilea.
Al margen de estas dos operaciones de emergencia, el grifo de los cr¨¦ditos espa?oles se ha cerrado de momento.
Esta situaci¨®n afecta muy particularmente a los sectores industriales (maquinaria pesada, herramientas, maquinaria textil, construcci¨®n naval), que hab¨ªan conseguido elevar las exportaciones espa?olas a M¨¦xico hasta los seiscientos millones de d¨®lares desde una base de partida que en 1977 era casi cero. Pero estas ventas se han hecho con financiamientos de hasta el 80%, que ahora nadie est¨¢ dispuesto a renovar hasta no ver qu¨¦ pasa con la deuda mexicana. Y aun si hubiera alg¨²n loco dispuesto a correr con, estos riesgos, igualmente M¨¦xico no podr¨ªa seguir comprando, porque con sus arcas de divisas casi vac¨ªas necesitar¨ªa una financiaci¨®n descabellada del ciento por cierto, con per¨ªodos de gracia de dos o tres a?os. Un disparate en las pr¨¢cticas del comercio internacional.
Filtro a las importaciones
Est¨¢ brusca interrupci¨®n de compras al exterior (la falta de divisas ha obligado a M¨¦xico a implantar el permiso previo para todas las importaciones y a elevar aranceles como pol¨ªtica disuasoria) puede crear serias dificultades a algunas e impresas espa?olas que ten¨ªan pedidos que ser¨¢n inevitablemente cancelados. Por estas mismas causas ya se sabe de una importante empresa brasile?a; Nardini, fabricante de maquinaria pegada, que ha ido a la suspensi¨®n de pagos. En Espa?a podr¨ªa haber respuestas similares.Tanto para negociar la deuda como para obtener permisos de importaci¨®n, Espa?a tiene a su favor la baza de sus compras de crudos, y que sigue siendo, aunque muy lejos de Estados Unidos, el segundo cliente de Pemex. Sobre unos contratos firmados para 220.000 barriles diarios se est¨¢n retirando no menos de 150.000, lo que eleva nuestra factura petrolera por encima de los 1.500 millones de d¨®lares anuales.
S¨®lo el petr¨®leo puede permitir a M¨¦xico empezar a pagar su deuda externa. En su cartera de pedidos tiene Espa?a un buen argumento para que algunos de los pocos d¨®lares que este pa¨ªs pueda destinar a importaciones de equipos industriales terminen en nuestro pa¨ªs.
A la larga, el sector menos da?ado puede ser el de la construcci¨®n de material de defensa (barcos, principalmente), ya que las fuerzas armadas mexicanas necesitan de un reequipamiento urgente, alentado por su propio nacionalismo. A las seis patrulleras construidas en astilleros de la Empresa Nacional Baz¨¢n (110 millones de d¨®lares) pueden seguir otros pedidos.
La construcci¨®n naval y el sector de maquinaria han aportado en los ¨²ltimos a?os casi la mitad de las exportaciones totales de Espa?a a M¨¦xico.
Pera en este panorama no puede dejarse de lado la industria editorial, que el a?o pasado vendi¨® aqu¨ª por un importe de ochenta millones de d¨®lares. En este caso se trata de ventas sin seguros de exportaci¨®n ni financiamientos, que puede provocar un colapso en la industria editorial espa?ola, a menos que el Gobierno arbitre una l¨ªnea, interna de cr¨¦dito similar a la que se otorg¨® entre 1974 y 1976 para resolver una situaci¨®n similar con Argentina.
Por parte mexicana, el Gobierno ha incluido los libros entre los art¨ªculos de importaci¨®n que tienen derecho a beneficiarse de los d¨®lares preferenciales (a cincuenta pesos), lo que ya supone un primer respiro. Pero algunas de las partidas pendientes de cobro fueron vendidas cuando el d¨®lar estaba a menos de veinticinco pesos.
Quedan para el final dos grupos de espa?oles a los que no ha perjudicado especialmente la falta de liquidez, sino el riguroso control de cambios establecido como consecuencia de aqu¨¦lla. Son los inversionistas y los que trabajaron aqu¨ª, durante a?os con la esperanza de regresar alg¨²n d¨ªa a su pueblo con el dinero ganado.
Los primeros se encuentran con que el control de cambios altera sustancialmente las normas de la ley de inversiones extranjeras que les alent¨® a traer su dinero. Est¨¢ ley garantizaba la repatriaci¨®n de utilidades y capitales. Los segundos, los emigrantes, tienen dificultades para seguir enviando sus ahorros a Espa?a.
En virtud de las normas cambiarias vigentes, nadie puede sacar del pa¨ªs m¨¢s de 5.000 pesos (unas 7.500 pesetas al cambio oficial) y 1.500 d¨®lares como turista por a?o.
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