El feminisino socialista se define vinculado a la sociedad, no a los partidos pol¨ªticos
Zillah Eisenstein, Chantal Mouffe y Sheila Rowbotham, tres de las mayores exponentes del movimiento feminista actual asistieron al coloquio que se celebr¨® el pasado fin de semana en Madrid, con la asistencia de m¨¢s de 200 personas, organizado por la Fundaci¨®n Pablo Iglesias con el tema ?Qu¨¦ es feminismo socialista? Pregunta enlazada con la vinculaci¨®n a la sociedad, no a los partidos pol¨ªticos llamados socialistas, como qued¨® patente en el debate.
La idea de este debate surgi¨® en la comisi¨®n gestora estatal que for man mujeres de distintos campos profesionales, feministas indepen dientes y vinculadas a organiza ciones sindicales y pol¨ªticas. Dicha comisi¨®n prepara unas primeras jornadas de debate sobre la corriente de feminismo socialista para los d¨ªas 29 y 30 de enero de 1983, uno de cuyos temas de an¨¢lisis sera la relaci¨®n del movimiento feminista con las distintas instituciones sociales espa?olas: ayuntamientos, Parlamento, partidos pol¨ªticos, sindicatos, medios de comunicaci¨®n, asociaciones.Zilla Eisenstein, profesora el departamento de Pol¨ªtica de Ithaca College (Nueva, York) y autora del libro, Patriarcado capitalista y feminismo socialista, se?al¨® que existe una complementariedad entre capitalismo y patriarcado, dos sistemas que se refuerzan entre s¨ª". A su juicio, el feminismo socialista no es la suma de los conceptos de feminismo y socialismo, sino la transformaci¨®n de uno por el otro", y destac¨® tambi¨¦n la incapacidad del pbnsamiento socialista de comprender la libertad, la preferencia y el igualitarismo sexuales, pues reduce los intereses del feminismo a la visi¨®n de igualdad econ¨®mica. "A trav¨¦s del feminismo podemos aprender la importancia de la libertad y a trav¨¦s del socialismo la importancia de la igualdad", dijo.
Alternativas pr¨¢cticas
Sheila Rowbotham, que ha escrito, entre otros libros, Mundo de hombres, conciencia de mujer, explic¨® que el feminismo socialista se organiz¨® en Inglaterra en 1969, a ra¨ªz de una serie de conferencias. Estas crearon una red de contactos entre feministas procedentes de partidos pol¨ªticos de izquierda y de organizaciones ciudadanas, quienes optaron por involucrarse con movimientos sociales de "contestaci¨®n radical, como el antinuclear, el de lucha contra el racismo o la defensa de la vivienda" y por organizar alternativas pr¨¢cticas en el terreno de los servicios sociales.Rowbotham apunt¨® las dificultades que las feministas norteamericanas e inglesas han encontrado a la hora de trabajar con los partidos de izquierda de su pa¨ªs, "por la estrecha concepci¨®n del feminismo que ¨¦stos tienen, las formas mismas del quehacer pol¨ªtico,en cuyo seno crecen pr¨¢cticas autoritarias y jer¨¢rquicas y el economicismo que a¨²n predomina en sus concepciones te¨®ricas".
Cerr¨® el coloquio Chantal Mouffe, profesora de filosof¨ªa pol¨ªtica de la City University de Londres, quien afirm¨® que "para desarrollar el feminismo socialista no es necesaria una teor¨ªa que sostenga que la opresi¨®n de la mujer es precisa para el funcionamiento del capitalismo". Mouffe sostuvo que a la teor¨ªa feminista le interesa m¨¢s la noci¨®n del sistema de sexog¨¦nero tal c¨®mo lo plantea Gayle Rubin. Esto es, "un sistema que define socialmente a la masculinidad y la feminidad y al tipo de relaci¨®n que existe entre los sexos, que puede ser igualitaria o de dominio masculino". "El movimiento feminista debe articular sus luchas con las de otros movimientos y la izquierda debe abandonar definitivamente la b¨²squeda del sujeto revolucionario privilegiado y tratar de construir ese sujeto sobre la base de una serie de demandas, concluy¨®.
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