Especulaciones sobre la sustituci¨®n de Marcinkus como organizador del viaje papal a Espa?a
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La decisi¨®n papal de que el arzobispo Paul Marcinkus, presidente del Banco Vaticano, no participe en la organizaci¨®n de su viaje oficial a Espa?a ha sido objeto de numerosos comentarios en la Prensa italiana. Marcinkus, habitual organizador de los viajes internacionales del papa Wojtyla -de quien era adem¨¢s jefe de seguridad- ha sido sustituido por el jesuita italiano Roberto Tucci, director general de Radio Vaticana y uno de los personajesrelevantes de la Compa?¨ªa de Jes¨²s.
La noticia oficial de esta decisi¨®n papal, que lleg¨® a Roma desde Madrid en la tarde del lunes, tuvo gran eco en la Prensa italiana, que apunta respuestas muy diversas a las preguntas planteadas por este cambio. Seg¨²n el diario Rep¨²blica, que titula en primera p¨¢gina Los obispos espa?oles, contra Marcinkus, la raz¨®n principal de esta decisi¨®n de Juan Pablo II se debe a "las luchas intestinas" que existen en el seno de la Conferencia Episcopal espa?ola por lo que se refiere al viaje del Papa. -Y afirma que lo poco que ha intervenido Marcinkus en la preparaci¨®n del programa ha sido precisamente motivo de discordia entre los obispos, sobre todo entre el cardenal Jubany Y la jerarqu¨ªa de Madrid.Para el diario Paese Sera, la decisi¨®n del Papa "de excluir -a Marcinkus de su s¨¦quito", como titula en primera p¨¢gina a seis columnas, supone probablemente un primer paso para alejarlo de su puesto de hombre de las finanzas vaticanas, despu¨¦s de los ¨²ltimos acontecimientos con el Banco Ambrosiano, que le van a costar al Papa nada menos que 250 millones de d¨®lares. Mientras tanto, la oficina de Prensa vaticana ha dado una tercera versi¨®n: se trata s¨®lo de una acumulaci¨®n de trabajo para Marcinkus, el cual contin¨²a -afirma la nota- con todos los cargos y responsabilidades que ha tenido siempre.
Marcinkus, encerrado en el Vaticano
Sin embargo, parece que la verdadera raz¨®n por la que Marcinkus no organiza el viaje a Espa?a de Juan Pablo II es otra. Resulta que el secretario de Estado, cardenal Agostino Casaroli, tiene bien encerrados dentro de los confines del min¨²sculo Estado vaticano, desde el principio del verano, a Marcinkus y a sus dos m¨¢s estrechos colaboradores del banco, los banqueros seglares Mennini y Strobel, tras haber recibido los tres, de los jueces de Mil¨¢n, un mandato judicial en el cual se les comunic¨® que la magistratura estaba indagando sobre posibles delitos penales en el asunto de la quiebra del Banco Ambrosiano. Se trata de una medida de prudencia para que ninguno de estos personajes pueda ser detenido fuera del territorio vaticano.Y por lo que se refiere a Marcinkus, como dec¨ªa ayer con mucho humor un periodista en Roma, el Papa ha temido que, si iba con ¨¦l a Espa?a en este momento, los fot¨®grafos y televisiones de medio mundo habr¨ªan podido decirle al Papa: "Por favor, ret¨ªrese un momento", para poder fotografiar mejor al "famoso banquero de Dios".
Pero si todos daban por descontado que por lo menos en este viaje Marcinkus no iba a estar al lado del Papa como organizador personal del viaje y como su guardaespaldas, lo que en cambio ha llamado positivamente la atenci¨®n ha sido el nombramiento de su sustituto. No se excluye que Juan Pablo II haya querido enviar para preparar el viaje papal a Espa?a, en un momento de tensi¨®n entre los, obispos, a un personaje de la categor¨ªa humana, cultural y teol¨®gica del jesuita Roberto Tucci. Se trata de una persona con gran capacidad organizativa -como lo demuestra su cargo de director general de Radio Vaticana- y bien dotada para la diplomacia y la persuasi¨®n.En la congregaci¨®n general que eligi¨® a Arrupe como prep¨®sito general, Tucci era ya un fuerte candidato al alto cargo. Fue un hombre clave durante el concilio. Era miembro de la comisi¨®n que redact¨® el importante documento Gaudium et spes. Precisamente en dicha comisi¨®n estaba tambi¨¦n el entonces joven obispo Karol Wojtyla. Pero Tucci pertenec¨ªa al grupo llamado optimista, que deseaba presentar una visi¨®n esperanzadora de la sociedad moderna, mientras Wojtyla militaba con el grupo llamado pesimista, es decir, que deseaba insistir sobre las causas negativas que afligen a los hombres de hoy. Cuando m¨¢s tarde, siendo ya Papa, Karol Wojtyla promulg¨® su enc¨ªclica sobre la Misericordia, recogiendo algunas de sus ideas de entonces no aceptadas en el documento final, encarg¨® precisamente a Tucci que presentara dicha enc¨ªclica a la Prensa internacional acreditada ante el Vaticano. A quien le ha recordado aquellos antecedentes, el jesuita ayud¨® enseguida al Papa: "Desde entonces", dijo, "han pasado muchos a?os y muchas cosas, y los acontecimientos recientes est¨¢n demostrando precisamente que ¨¦l ve¨ªa quiz¨¢ m¨¢s lejos que nosotros".
Roberto Tucci es un jesuita aut¨¦nticamente conciliar, amante del di¨¢logo, profundamente ecum¨¦nico, de madre protestante, que ya durante el concilio se destac¨® ante los periodistas por sus informaciones francas, objetivas, no manipuladas y bien centradas teol¨®gicamente. Era el encargado por el concilio de informar a la Prensa italiana, pero pronto sus conferencias de Prensa se hicieron internacionales, porque era el que, a juicio de la mayor parte de los periodistas acreditados, "informaba m¨¢s y mejor".
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