Una puerta abierta

La fracci¨®n de ETA pol¨ªtico-militar que ayer anunci¨® su disoluci¨®n definitiva representa aproximadamente, seg¨²n la evaluaci¨®n de sus portavoces en febrero pasado -cuando anunciaron en una conferencia de Prensa clandestina la separaci¨®n del resto de la organizaci¨®n- un tercio del n¨²mero total de poli-milis.En virtud de un supuesto reparto de armas amistoso en el momento de la escisi¨®n, la proporci¨®n de potencia de fuego entre ambos grupos ser¨ªa la misma, aunque m¨¢s bien parece que los partidarios de reiniciar la actividad terrorista lograron apoderarse de la mayor¨ªa del parque. Consideraban que a sus compa?eros, decididos a mantener la tregua que ETA pm hab¨ªa iniciado poco despu¨¦s del intento golpista del 23 de febrero del pasado a?o, no iba a hacerles falta.

Aunque la proporci¨®n real de militantes activos de ETA pm que hayan decidido abandonar las armas sea inferior a lo que pretenden los portavoces de la VII Asamblea, como sostienen sus antiguos compa?eros, no resulta despreciable la capacidad de atracci¨®n de esta iniciativa sobre militantes de otras organizaciones terroristas, decididos a buscar una salida. Parte sustancial de los refugiados que han conseguido regularizar su situaci¨®n mediante las negociaciones desarrolladas por iniciativa de Euskadiko Ezkerra no pertenecen a ETA pm VII Asamblea.

La trascendencia de la operaci¨®n que ayer culmin¨® parcialmente consiste en abrir una v¨ªa practicable para los militantes de organizaciones terroristas que deciden abandonar las armas y no pueden hacerlo, en muchos casos por existir simples requisitorias policiales u ¨®rdenes de busca y captura de alg¨²n juzgado, que les impiden regresar a sus domicilios, o por las dificultades derivadas de su pasado para encontrar un trabajo que les permita subsistir. La actividad en una organizaci¨®n como ETA cuando el exilio obliga a romper lazos familiares y laborales, o se llega al nivel de liberado, resulta absorvente. "No sabemos hacer otra cosa y, a¨²n cuando estuvi¨¦ramos dispuestos a intentarlo, no podr¨ªamos regresar".

El acuerdo alcanzado permitir¨¢ que no sea ¨¦ste el caso de hombres significados, como Joseba Aulestia Zotxa, Luis Emaldi Mendi, Jos¨¦ Miguel Goiburu Goiherri, Jos¨¦ Mar¨ªa Lara Txepe y Fernando L¨®pez Castillo Txiki, todos ellos pertenecientes a la direcci¨®n de ETA pm antes de la escisi¨®n del pasado a?o y liberados para la organizaci¨®n entre 1972 y 1976. Zotxa, uno de los hombres que m¨¢s fuertemente hizo valer su autoridad moral para imponer la continuidad de la tregua, era buscado, por ejemplo, como presunto autor del asalto al Banco Herrero, de Oviedo, en julio de 1979. Txepe, detenido y condenado en Francia en octubre de 1981 por posesi¨®n ?legal de armas y uso de documentos falsos, vi¨® desechada ante un tribunal de Pau la petici¨®n de extradici¨®n espa?ola, por el mismo atraco.