La Alianza Atl¨¢ntica, preocupada por el ascenso de los movimientos ecologistas

El cambio de Gobierno en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) no inquieta lo m¨¢s m¨ªnimo en la Alianza Atl¨¢ntica, donde se estima que existen pocas diferencias entre la pol¨ªtica exterior que llevaba a cabo el canciller Schmidt y la que pueda desarrollar Helmut Kohl. La indiferencia aliada respecto a este cambio se vuelve, sin embargo, aut¨¦ntica preocupaci¨®n cuanto se trata de analizar los resultados obtenidos por los llamados verdes en las pasadas elecciones de Hesse.El incremento de los movimientos ecologistas -en los que se encuadran tambi¨¦n los movimientos pacifistas y antinucleares- es una de las constantes preocupaciones de los expertos de la OTAN desde que hace menos de un a?o fueron capaces de demostrar su fuerza en impresionantes manifestaciones que recorrieron toda Europa.

La Alianza, que mantiene tradicionalmente una pol¨ªtica de capacidad informativa, intenta remover sus viejos h¨¢bitos y lanzar su propia campa?a de publicidad. Joseph Luns, secretario general de la Alianza y enemigo ac¨¦rrimo de los movimientos pacifistas, ha llegado a afirmar recientemente que la OTAN es "el m¨¢s grande movimiento de paz que existe en el mundo" y que el problema consist¨ªa en hacerlo saber a los millones de ciudadanos europeos. Los esfuerzos del secretario de la Alianza y de los pa¨ªses miembros, que se han comprometido en el seno del Consejo Atl¨¢ntico, desarrollan una vigorosa pol¨ªtica informativa al respecto y no parecen haber logrado resultados notables, si se analizan los resultados de Hesse.

Los expertos aliados de Bruselas no creen, sin embargo, que el espectacular avance de la candidatura verde -que alcanza un 8% mientras que un partido tradicional, como el Liberal se hund¨ªa con menos del 3%- pueda ser igualado en las futuras elecciones generales. En cualquier caso estiman que el per¨ªodo de tiempo que resta -las elecciones est¨¢n convocadas para la primavera- debe ser empleado prioritariamente en convencer al ciudadano alem¨¢n de que no vote a este tipo de movimiento.

Desde el punto de vista de la Alianza Atl¨¢ntica, todos los movimientos pacifistas son malos en cuanto debilitan la conciencia de peligro y el deseo de defenderse frente a la amenaza sovi¨¦tica. Pero si resulta inquietante el avance de los ecologistas en casi toda Europa, el hecho se vuelve francamente alarmante en el caso concreto de la RFA. Para la OTAN, la Rep¨²blica Federal de Alemania es una pieza clave por su situaci¨®n geogr¨¢fica y su peso mundial. Adem¨¢s, las negociaciones de Ginebra con la URSS a prop¨®sito de la reducci¨®n de armas nucleares de alcance intermedio (euromisiles y SS-20) se basan en la aceptaci¨®n alemana de su carga en el reparto de Cruise y Pershing II. Cualquier debilitaci¨®n en la postura de la RFA ser¨ªa una aut¨¦ntica cat¨¢strofe para la actual pol¨ªtica aliada, porque arrastrar¨ªa sin salvaci¨®n a los Pa¨ªses Bajos y B¨¦lgica, que todav¨ªa no han dado su autorizaci¨®n para albergar los 48 Cruise que les correponden.

En su an¨¢lisis sobre el nacimiento y sost¨¦n que reciben los movimientos verdes y pacifistas en toda Europa occidental, los expertos de la Alianza Atl¨¢ntica han llegado a la conclusi¨®n de que el centro mundial antinuclear se encuentra en La Haya (Pa¨ªses Bajos), y m¨¢s concretamente, en el Consejo Holand¨¦s Inter-Iglesias para la Paz (Dutch Inter-Church Peace Council).

Este consejo ha organizado la pasada semana Siete d¨ªas para la paz, que ha exigido la movilizaci¨®n de m¨¢s de cuatrocientas organizaciones a lo largo de todo el pa¨ªs. Aunque los Siete d¨ªas para la paz no han incluido grandes demostraciones callejeras, los expertos aliados consideran que el consejo ha demostrado una capacidad de organizaci¨®n notable y, sobre todo, un grado de sofisticaci¨®n sorprendente.

Centro de coordinaci¨®n mundial del pacifismo

El bolet¨ªn Western Worl, especializado en informaci¨®n aliada cita "observadores de la OTAN" para afirmar que "la mayor preocupaci¨®n para los aliados no es s¨®lo el nuevo nivel profesional alcanzado por este movimiento, sino tambi¨¦n el hecho de que los cuarteles del Consejo Inter-Iglesias son actualmente el centro internacional de coordinaci¨®n de todos los movimientos pacifistas de Europa. Manifestaciones en la RFA, Italia y otros pa¨ªses han sido organizadas con amplia participaci¨®n, consulta e incluso direcci¨®n de los l¨ªderes holandeses del consejo. Esta es la principal raz¨®n por la que debe ser tomada seriamente en consideraci¨®n por todos los pa¨ªses aliados".

El Consejo Holand¨¦s Inter-Iglesias dio adem¨¢s la semana pasada su golpe m¨¢s espectacular al publicar un folleto de 72 p¨¢ginas en el que se explica con detalle toda la estructura y organizaci¨®n de los sistemas nucleares aliados instala dos en los Pa¨ªses Bajos. El esc¨¢ndalo ha sido may¨²sculo en los cuarteles aliados de Bruselas, pero el ministro holand¨¦s de Defensa no ha hecho, al menos por el momento, ninguna declaraci¨®n.

Seg¨²n los expertos de la OTAN se supone que el Pacto de Varsovia conoce los datos principales publicados en el folleto, pero no unos peque?os detalles que pueden conseguir por el equivalente a trescientas pesetas. La irritaci¨®n de la Organizaci¨®n del Tratado Atl¨¢ntico Norte refleja la irritaci¨®n de Estados Unidos, propietario de los misiles nucleares tan bien descritos y localizados.

Para atacar al Consejo Holand¨¦s Inter-Iglesias, medios aliados le han acusado de neutralista, antiamericano y de estar pagado por Mosc¨², pero todas las investigaciones llevadlas a cabo por el propio Gobierno holand¨¦s demuestran palmariamente que el consejo no recibe una peseta de Mosc¨². As¨ª lo tuvo que reconocer p¨²blica mente el ministro de Asuntos Exteriores de los Pa¨ªses Bajos en un discurso ante el Parlamento. Lo responsables del consejo act¨²an con la m¨¢s completa claridad e inocencia, y son intocables desde el punto de vista moral: representantes de pr¨¢cticamente todas las confesiones religiosas que se practican en los Pa¨ªses Bajos, tienen un alto nivel cultural y profesional y una teor¨ªa pacifista muy elaborada que no puede ser f¨¢cilmente rebatida. No somos pacifistas, en sentido tradicional, porque no pretendemos un desarme absoluto, sino que luchamos contra una carrera de armamentos nucleares; no somos antiamericanos, porque atacamos por igual a otros pa¨ªses y no somos neutralistas, porque no pretendemos la disoluci¨®n unilateral de la OTAN. Estos argumentos -explican- son los que nos dan, precisamente, nuestra fuerza.