Imaginaci¨®n y fantas¨ªa de la alta costura
![Gabriela Ca?as](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe2ef923b-1fb5-40d3-a83a-f8e22e6aaa96.png?auth=e38266807565ed5e93a4dcac350ef8ca70270dc6216112a4322580e55d781a8a&width=100&height=100&smart=true)
En todo buen desfile de modas suele haber un pase paralelo tan interesante como el primero. Porque la moda y todo lo que la rodea en un grandioso espect¨¢culo. Hace tiempo que termin¨® el aburrido paseo de una modelo detr¨¢s de otra; altivas, el paso decidido, medidamente profesional. Ahora tienen que bailar y, si es menester, arrastrarse por los suelos. La m¨²sica sigue el comp¨¢s de la falda en movimiento y el p¨²blico est¨¢ de fiesta. Y as¨ª era exactamente El Renacimiento, la presentaci¨®n de la moda oto?o-invierno 82/83 de Elena Benaroch y Josette Nahmias, un grandioso espect¨¢culo que, adem¨¢s del maquillaje, la peluquer¨ªa, la zapater¨ªa y el perfume, necesita un gui¨®n, una direcci¨®n art¨ªstica, un sonido, una coreograf¨ªa y una iluminaci¨®n especial. De esto ¨²ltimo, adem¨¢s de Giorgio Aresu y Luis Oliveira, se encarg¨® fundamentalmente Josette.Elena puso las pieles. M¨¢s de treinta modelos, cuatro bailarines y algunos extras pusieron en escena cuadros t¨ªpicos de la ¨¦poca renacentista. Un derroche de imaginaci¨®n. Con la excusa de mostrar lujosos abrigos, chaquetones y chalecos de vis¨®n, lince o zorro, se iban sucediendo en el escenario de la discoteca Joy Eslava, cuadros vivientes inspirados en la ¨¦poca: los halconeros, los trovadores, los mendigos, los mercaderes de Venecia, Romeo y Julieta y hasta el mism¨ªsimo lienzo del El Greco, El entierro del conde de Orgaz. Y para demostrar que, efectivamente, una presentaci¨®n de moda no tiene l¨ªmites, tambi¨¦n vale la actuaci¨®n de Al Bano y de Mocedades, con el consiguiente j¨²bilo por parte del p¨²blico que est¨¢ dispuesto a no perderse detalle. Y entre un n¨²mero y otro, se repiten los codazos: all¨ª delante est¨¢ Victoria Vera y Cari Lapique y el Duque de C¨¢diz, y Tesa de Baviera ... Y es motivo de comentario que las hermanas Domingu¨ªn est¨¦n tambi¨¦n en escena. Muchos espectadores, por su parte, pasean los m¨¢s atrevidos modelos y fot¨®grafos y famosos se buscan mutuamente. En clara complicidad, los primeros disparan su flashes porque los segundos se hacen notar; y luego se pregunta: "bueno, dime algo para poner en el pi¨¦ de foto".
No se cab¨ªa en el Joy Eslava -2,000 personas; barra libre- y el espect¨¢culo segu¨ªa su marcha, de sorpresa en sorpresa. Fue ¨¦ste un desfile muy especial predispuesto a ser original. Los abrigos de pieles para la nueva mujer de hoy, joven y desenfadada. Porque desenfadada era la imagen de las modelos luciendo unos abrigos en los que los animales conservan sus patas, sus cabezas y sus colas. Casi lleg¨® a ser una escena desconsolada y pat¨¦tica, en la que las mendigas, desde el suelo, miraban suplicantes. Muy cre¨ªble todo si no hubiera sido por el peque?o detalle, en la mente de todos, de que cada abrigo cuesta entre 500.000 y un mill¨®n de pesetas.
En definitiva, un original montaje que cost¨® m¨¢s de 3.000.000 de pesetas, seg¨²n Elena Benarroch, para presentar un nuevo estilo no menos original. Predominio del negro y el gris, en los colores, y del vis¨®n y el astrak¨¢n, en las pieles. Largos por encima de la rodilla en faldas, vestidos, bombachos o pololos. Las telas corrientes, relegadas para dar paso al cuero o la napa que, como se demostr¨® en el desfile, da mucho juego. Y, por ¨²ltimo, una fant¨¢stica superposici¨®n de piezas para lograr un estilo recargado y arm¨®nico.
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