Entre la ropa vieja juvenil y el veneciano
La ropa vieja al gusto punky, y los vaporosos vestidos de tipo veneciano son, seguramente, las dos puntas de la moda para este oto?o-invierno, presentada por los almacenes Galer¨ªas Preciados la semana pasada, en un espect¨¢culo que olvid¨® los pases tradicionales de pasarela e incluso a los modelos profesionales, para hacer mover sus vestidos en una serie de cuadros adecuados y por los bailarines de un cabaret de lujo: el Scala de Madrid.A lo largo del d¨ªa y la tradici¨®n de vestirse, -informal mientras se ve la luz, m¨¢s vestido cuando ¨¦sta se acaba, muy vestido ya entrada la noche- y reservando las pieles para el final, pasaban los cuadros m¨®viles, bailados, metidos dentro de la escenograf¨ªa del Scala, con sus motos y sus bicicletas, y una m¨²sica conocida y pegadiza, moderna, a tono con el gusto joven y, sobre todo, con el ya menos joven de quienes tiene que, m¨¢s que comprar, pagar los modelos.
Los pa?uelos y los chales, a veces de firma evidente, jugaban un importante papel en este desfile y un poco en todas las horas y todas las edades: se lleva la ropa acumulada, el traje de chaqueta sobre el que va un chaquet¨®n, sobre el que va una capa, sobre la que va una pa?oleta... A veces es una prenda que se finge dos o tres. Otras, la fantas¨ªa y el fr¨ªo lo consiguen.
Pero, volviendo a las firmas, Galer¨ªas Preciados pasa varias y prestigiosas. Seg¨²n su jefe de. compras, Antonio L¨®pez V¨¢zquez, hay dos maneras de conseguir estos dise?os con rostro, prendas que se pagan por su nombre como garant¨ªa sobre todo de moda y buen dise?o: el primero es la simple importaci¨®n de los objetos. La otra es la concesi¨®n de la firma extranjera a fabricantes espa?oles, pagando, en concepto de royalty, un porcentaje variable entre el siete y el 12%. El encargado de esta transacci¨®n es el fabricante espa?ol.
Y es que algo ha cambiado, y precisamente en un momento de crisis econ¨®mica, en la manera de entender los objetos deseables para el consumo propio. Nunca como ahora funcionan las marcas de dise?o. Se vende nombre. Por eso, los grandes almacenes participan tambi¨¦n en la guerra de las marcas, al tiempo que las grandes boutiques mundiales instalan sus escaparates en la ciudad, al tiempo que mantiene firmas propias de dise?o como Kein Martino en lo juvenil.
La crisis, por fin, parece definir tambi¨¦n el gusto de este in vierno, y ¨¦sto en dos sentidos: por un lado, una necesidad gene ralizada de vestirse m¨¢s: de ah¨ª la moda veneciana, o la reaparici¨®n del traje entero para chicos, Por otro, enlazando con las modas vitales y musicales de los punk, cuya relaci¨®n con la p¨¦rdida de la escolaridad y el primer empleo est¨¢ ya estudiada, esta ropa avejentada antes de su estreno sociolog¨ªa aparte, se trata deprendas c¨®modas, agradables y, por qu¨¦ no, bonitas.
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