Las negociaciones para la retirada de las tropas sirias e israel¨ªes estacionadas en L¨ªbano est¨¢n empantanadas

Las conversaciones para la evacuaci¨®n de las fuerzas extranjeras de L¨ªbano est¨¢n empantanadas y las negociaciones que mantienen el primer ministro israel¨ª, Men¨¢jem Beguin. y el mediador norteamericano Morris Draper, adjunto de Philip Habib, se enfrentan a escollos dif¨ªcilmente superables. No obstante, el Gobierno norteamericano espera poner en marcha en los pr¨®ximos diez d¨ªas un plan que establezca un calendario para la retirada de sirios, israel¨ªes y palestinos.

En las conversaciones entre Beguin y Draper han aparecido al menos dos escollos de envergadura que pueden bloquear cualquier acuerdo para la evacuaci¨®n. En primer lugar, Israel insiste en que la evacuaci¨®n debe comenzar por la salida de los combatientes de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), unos 5.000 hombres atrincherados en Tr¨ªpoli y en el valle de Bekaa, bajo control sirio. Tel Aviv considera que ¨²nicamente esta evacuaci¨®n puede evitar represalias israel¨ªes en L¨ªbano, e insiste que "no toleraremos nuevas violaciones del alto el fuego, como la emboscada que cost¨® la vida a seis soldados israel¨ªes".Los sirios se niegan a abordar este problema. "La presencia de la OLP es un asunto que tienen que solucionar directamente el Gobierno liban¨¦s y la direcci¨®n palestina. Esto no concierne ni a Siria ni a Israel", ha declarado el presidente sirio, Hafez el Assad, a Philip Habib en Damasco. Beguin afirma que esta posici¨®n es "hip¨®crita" porque considera que la OLP act¨²a en esas zonas que controla Siria con la bendici¨®n de este pa¨ªs.

En cualquier caso, Israel est¨¢ dispuesto a un compromiso: la OLP no se retirar¨ªa la primera, sino a la vez que los sirios. Lo que en ning¨²n caso aceptar¨¢ Tel Aviv es el establecimiento de bases palestinas en territorio liban¨¦s.

El segundo escollo importante reside en que los dirigentes libaneses -el presidente, Amin Gemayel, y el primer ministro, Chafik el Wazzam- insisten en que el Ej¨¦rcito regular liban¨¦s vuelva a ocupar la totalidad del territorio liban¨¦s, incluido el sur, que actualmente controla el comandante Saad Haddad, aliado de Israel.

Israel est¨¢ dispuesto a aceptar que el Ej¨¦rcito liban¨¦s controle el conjunto de L¨ªbano, con la condici¨®n de que previamente se hayan alcanzado "compromisos de seguridad apropiados" para que ninguna fuerza hostil a Israel, palestina o no, pueda penetrar en una zonatamp¨®n de 40 a 45 kil¨®metros al norte de la frontera entre Israel y L¨ªbano. La creaci¨®n de este cintur¨®n de seguridad era el principal objetivo de la operaci¨®n llamada Paz en Galilea, es decir, la invasi¨®n de L¨ªbano. En Tel Aviv temen ahora que la recuperaci¨®n del sur liban¨¦s por el Gobierno central de Beirut acabe por fin con el reino de Haddad sin que se haya concluido un tratado de paz con L¨ªbano o sin que se hayan pactado garant¨ªas de seguridad adecuadas para asegurar la desmilitarizaci¨®n de la zonatamp¨®n citada.

Dicho de otra manera, resulta ahora que el nacimiento de un "r¨¦gimen fuerte e independiente" en Beirut -tan cacareado por Be guin y su ministro de Defensa Ariel Sharon, durante la guerra de L¨ªbano- podr¨ªa volverse contra Israel tras la retirada de las fuerzas hebreas.

Mientras tanto, Estados Unidos quiere acelerar la elaboraci¨®n de un calendario para la retirada de fuerzas en L¨ªbano. Reagan quiere actuar "r¨¢pidamente y con firmeza" en este sentido y aprovechar la relativa calma existente en L¨ªbano, antes de que nuevos incidentes provoquen un aumento de violencia en la zona.