El ingreso en la CEE divide al empresariado canario, sin ofrecer esperanzas de soluci¨®n al problema del desempleo
Las pr¨®ximas elecciones legislativas son contempladas desde Canarias con reservas y expectativas de soluci¨®n para los problemas. Las islas tienen la sensaci¨®n de que marchan en el vag¨®n de cola del pa¨ªs y no han logrado en las dos legislaturas democr¨¢ticas superar las desventajas de su posici¨®n perif¨¦rica. Casi al final del ¨²ltimo per¨ªodo de sesiones del Parlamento fue aprobado el Estatuto de Autonom¨ªa, que abre nuevas esperanzas para los canarios. Entretanto, el ingreso en la CEE divide al empresariado sin que suponga una esperanza de soluc¨ªon a la crisis econ¨®mica cuya m¨¢xima expresi¨®n es el alto ¨ªndice de paro.Todos los pol¨ªticos, empresarios y sectores sociales coinciden en que la situaci¨®n que atraviesan las islas no es como para echar las campanas al vuelo. La palabra crisis es reiteradamente utilizada. El ¨²ltimo dato, la solicitud de expediente de crisis de una compa?¨ªa multinacional tabaquera establecida en Gran Canaria y La Palma, la Gulf and Western, que pone en peligro de paro a m¨¢s de quinientos trabajadores, ha avivado el grave momento de este sector industrial en las islas y es un buen ejemplo de la tambaleante econom¨ªa canaria.
Unos 100.000 canarios est¨¢n desempleados, seg¨²n los sindicatos, cuando la poblaci¨®n insular es tan s¨®lo de 1.400.000 habitantes. El ¨ªndice est¨¢ por encima de la mayor¨ªa de las regiones del pa¨ªs. Las cifras oficiales son m¨¢s optimistas y hablan de urios 70.000 desocupados, pero lo cierto es que en Canarias el elevado ¨ªndice demogr¨¢fico, y por consiguiente la gran incidencia de la poblaci¨®n juvenil, convierte el problema de la falta de trabajo en una enfermedad, la enfermedad del parado que, para colmo de males, tiene una mayor incidencia por culpa de la misma?nsularidad. Por otra parte el isle?o ya no quiere ernigrar a Am¨¦rica, como ha venido haciendo desde el siglo XVI hasta comienzos de ¨¦ste.
El reto de la CEE
"En Canarias cuando se ha querido resolver el problema del tabaco se ha cogido el r¨¢bano por las hojas. En lugar de criticar al monopolio Tabacalera S. A. y que darnos tan s¨®lo en lamentarnos de un mal pliego de condiciones que contingenta al tabaco isle?o, deber¨ªamos abogar por una pol¨ªtica global para el archipi¨¦lago en el sector, que lo ponga en condiciones de entrar en la CEE", se?ala Oswaldo Brito, asesor sindical de la Asociaci¨®n de Trabajadores del Tabaco y Derivados (ATTD), mayoritaria en el sector.
Y es que la CEE es toda una inc¨®gnita que divide al empresariado canario. Unos ven en la integraci¨®n la muerte del r¨¦gimen econ¨®mico fiscal (REF), que representa un derecho hist¨®rico, y por tanto se oponen rotundamente o exigen como condici¨®n la continuidad de aquel. Otros, en cambio, ven necesariala entrada en la CEE y no ocultan su opini¨®n de que el REF ya no es v¨¢lido para estos tiempos tal y como est¨¢ dise?ado, por lo que solicitan una puerta especial de entrada a la comunidad. El debate entre comerciantes e industriales no ha terminado y, como dice Juan Jes¨²s Garc¨ªa Sanju¨¢n, presidente de la Confederaci¨®n Provincial de Empresarios de Tenerife (Copete): "Este es uno de nuestros retos".
En definitiva, lo que Canarias se juega es un cambio de modelo econ¨®mico. La mayor parte de los economistas canarios aceptan que el actual es¨¢ agotado. Y ya han comenzado a sonar voces desde la Junta de Canarias, el organismo preauton¨®mico, partidarias de una zona libre bancaria para el archipi¨¦lago. "Esto de so?ar con que Canarias un d¨ªa sea un para¨ªso fiscal me parece como un nuevo intento de la burgues¨ªa local de buscar una varita m¨¢gica para resolver los problemas, de igual forma que antes la cochinilla, el pl¨¢tano, el tomate o el turismo fueron presentados como la panacea", se?ala el economista Antonio Gonz¨¢lez Vieitez, que ve en esta propuesta reci¨¦n planteada un paso m¨¢s para la especulaci¨®n sin resultados productivos. Se echa en falta, eso s¨ª, una m¨¢s decidida voluntad inversora de la Administraci¨®n p¨²blica a trav¨¦s de los Presupuestos Generales del Estado Despu¨¦s del famoso plan Su¨¢rez de 1978, que sum¨® por primera vez 20.000 millones de pesetas, las cifras han sido menos importantes.
Dos leyes, la de agua y la de pesca, han sido en los ¨²ltimos a?os una cuesti¨®n pendiente. La ley de agua, buscada por muchos, es es perada como la soluci¨®n a la especulaci¨®n y al agotamiento de este recurso, que en Las Palmas ha llegado a provocar situaciones l¨ªmites. Un proyecto de planificaci¨®n hidr¨¢ulica pasado recientemente a la discusi¨®n de los distintos sectores por parte de la Administraci¨®n ha sido fuertemente contestado por los propietarios de las galer¨ªas de aguas, que lo han calificado como socializante, en contra de quienes consideran que viene a racionalizar las explotaciones acu¨ªferas. Otro cantar es la ley de pesca, -aprobada hace varios a?os como compensaci¨®n por la firma del primer convenio de pesca con Marruecos, relativo al banco canario-sahariano que ha sido incapaz de dotar al archipi¨¦lago de una flota pesquera propia. La Federaci¨®n Canaria de Cofrad¨ªas de Pescadores emiti¨® recientemente un largo comunicado denunciando esta situaci¨®n.
Pero no todos son problemas econ¨®micos. Si bien es cierto, seg¨²n un informe de Sofemasa sobre la situaci¨®n social de las islas, que un 54% de los canarios son partidarios de que el archipi¨¦lago sea una comunidad aut¨®noma, el Estatuto, no fue recibido con gran entusiasmo en las islas. Y la culpa la tuvo el viejo pleito insular que divide a las dos provincias actuales desde 1927, por obra de Primo e Rivera. El reparto de sedes auton¨®micas resucit¨® la lucha interprovincial. Ahora la unidad regional s¨®lo podr¨¢ ser reconstruida por el Gobierno aut¨®nomo y el Parlamento canario, que ser¨¢n elegidos despu¨¦s de la consulta del pr¨®ximo d¨ªa 28.
Los cabildos ponen reparos a la autonom¨ªa
Jos¨¦ Miguel Galv¨¢n Bello y Fer nando Jim¨¦nez, ambos de UCD y presidentes de los cabildos de Tenerife y Gran Canaria, las dos islas mayores, no han compartido la idea plasmada en el texto auton¨®mico aprobado, de que dichas cor poraciones con cinco siglos de an tig¨¹edad sean dirigidas por el futu ro Gobierno aut¨®nomo. El traspaso de su facultad recaudatoria de los arbitrios insulares a la Junta de Canarias provoc¨® una polvareda. Hoy los cabildistas llegan a enfren tarse incluso a la autonom¨ªa, y dicen: "Si ya ten¨ªamos cabildos para qu¨¦ queremos Estatuto". Los partidos tienen ahora la responsabilidad de llenar de credibilidad la autonom¨ªa a los ojos de los poderes econ¨®micos.
La divisi¨®n provincial lleg¨® este a?o a la universidad. El rector del primer centro docente en Canarias con sede en La Laguna (Tenerife), Gumersindo Trujillo, declara a prop¨®sito de la apertura del nuevo curso acad¨¦mico que ¨¦ste tendr¨¢ un car¨¢cter especial tras las convulsiones desatadas en los ¨²ltimos meses, y propone la creaci¨®n de un patronato para evitar la fragmentaci¨®n provincial de la Universidad canaria", ante las pretensiones de sectores acad¨¦micos de Las Palmas de que sea creada otra universidad human¨ªstica en su provincia. Doscientas mil personas llegaron a salir a la calle en Las Palmas para apoyar esta petici¨®n que el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia ha tratado de neutralizar con un reciente paquete de medidas. La Universidad canaria registra una preocupante escasez de medios econ¨®micos y humanos.
Para el sindicato de trabajadores de la ense?anza de Canarias, un solo dato es suficiente para dar idea del caos de la ense?anza en Canarias: la cifra de maestros y profesores de instituto y formaci¨®n profesional sin trabajo, unos 14.000 en total. Un viejo problema, el traslado de profesores de la pen¨ªnsula a las islas, ha sido motivo de protestas y, en d¨ªas pasados, de movilizaciones por parte de este colectivo. "La privatizaci¨®n de la ense?anza en las islas es muy importante y, de otro lado, la educaci¨®n preescolar est¨¢ desasistida en la escuela p¨²blica, en tanto que en la de adultos las aulas se masifican cada vez m¨¢s", afirma un portavoz de este sindicato.
El mismo mal afecta a la sanidad p¨²blica. Los centros cl¨ªnicos ajenos a la Seguridad Social perciben mensualmente un promedio de cuatrocientos millones de pesetas de aqu¨¦lla por servicios concertados. Si a un director social del Instituto Nacional de la Salud (Insalud) le cost¨® en Tenerife el cese en su cargo la denuncia, entre otras cosas, de esta situaci¨®n, y en Las Palmas ceses y dimisiones se confunden, la privatizaci¨®n de la medicina en las islas parece irreversible.
La sociedad canaria asiste a un problema generacional preocupante. Los ¨ªndices de delincuencia juvenil y de adicci¨®n a la droga est¨¢n a la cabeza nacional. En Tenerife, un centro para la rehabilitaci¨®n de toxic¨®manos, considerado una experiencia nueva en el pa¨ªs, lucha contra esta enfermedad que en las islas act¨²a de f¨®rma acentuada entre la juventud. "El porro no es el problema. Yo acabar¨ªa de manera radical con esa aut¨¦ntica mafia del intermediario que utiliza a los j¨®venes sin escr¨²pulos", apunta Luis Mardones, de UCD, ex subsecretario de Consumo.
La democracia ha estimulado en Canarias la creaci¨®n intelectual, pero, como indica el cr¨ªtico y escritor Domingo P¨¦rez Minik, "¨¦sta ha sido un arma de doble filo, ya que vivimos uno de los momentos de mayor emigraci¨®n cultural en las islas. El creador se siente oprimido aqu¨ª e intenta buscar horizontes m¨¢s amplios".
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