Franz Josef Strauss, el "padrino" b¨¢varo, renueva su reinado pol¨ªtico sobre Munich
Los liberales (FDP), que provocaron la ca¨ªda del canciller socialdem¨®crata Helmut Schmidt, no consiguieron ayer alcanzar el 5% de votos en las elecciones al Parlamento regional de Baviera, por lo que quedar¨¢n, como ocurri¨® hace dos semanas en el Estado de Hesse, sin representaci¨®n parlamentaria. Los verdes (ecologistas) tampoco consiguieron rebasar la barrera del 5%. Los socialcristianos b¨¢varos de Franz Josef Strauss (CSU) con un resultado alrededor del 59% y los socialdem¨®cratas (SPD) con un 31% mantuvieron sus posiciones de hace cuatro a?os. En el Landtag de Baviera solo estar¨¢n representados los socialcristianos (CSU) y socialdem¨®cratas (SPD).
En una primera reacci¨®n, el presidente de Gobierno de Baviera, Franz Strauss, dijo que el resultado obtenido por su partido pod¨ªa haber sido mejor de no mediar las "turbulencias de Bonn". Strauss destac¨® que en Baviera se rompi¨® "la irresistible serie de victorias de los verdes" y concluy¨® que "Baviera fue un Estado gobernable, es gobernable y ser¨¢ gobernable".Un sondeo de opini¨®n que publica hoy, lunes, el semanario Der Spiegel da a los liberales, a nivel federal, s¨®lo un 3% de votos, y su presidente, el ministro de Asuntos, Exteriores Genscher, es actualmente el pol¨ªtico m¨¢s impopular del pa¨ªs, por debajo incluso de Strauss, que a nivel federal sol¨ªa ser el farolillo rojo de la popularidad. Genscher reconoci¨® anoche que el resultado es "una grave derrota" y "una repercusi¨®n de los acontecimientos suprarregionales y la campa?a que se hace en contra nuestra".
El nuevo canciller federal, el democristiano Helmut Kohl (CDU), intent¨® echar una mano a su nuevo socio de coalici¨®n, cuando dijo que "todav¨ªa faltan seis meses para las elecciones federales", y atribuy¨® el mal resultado de los liberales "a la incre¨ªble campa?a de calumnias de los socialdem¨®cratas de Baviera".
El 'toro de Baviera'
El final de la coalici¨®n social-liberal y la ca¨ªda del canciller Helmut Schmidt ha permitido la reaparici¨®n en Bonn del jefe del Gobierno b¨¢varo, Franz Josef Strauss, que, hasta entonces, parec¨ªa condenado a gobernar en Baviera y olvidar sus aspiraciones de primer orden en la RFA.La apariencia externa de Strauss enga?a. Bajo su aspecto tosco y temperamental, que le vali¨®, entre otros, el mote de el toro de Baviera, se esconde una inteligencia brillante y uno de los pol¨ªticos de m¨¢s talento de la historia de la RFA. Strauss encarna en el extranjero la imagen de la ultraderecha, e incluso de una posible resurrecci¨®n del nazismo, pero esta visi¨®n es simplista. Strauss es demasiado inteligente y anal¨ªtico, cualidades que le permiten calibrar en cada situaci¨®n toda la gama de ventajas e inconvenientes, lo que muchas veces provoca una respuesta indecisa, de hombre capaz de ver todos los riesgos de una decisi¨®n.
A pesar de los esfuerzos de sus enemigos, no fue posible encontrar en el pasado de Strauss huellas apreciables de colaboraci¨®n con los nazis. Hijo de un carnicero muniqu¨¦s cat¨®lico, a Strauss le gusta recordar que su padre le dio una bofetada el d¨ªa en que se junt¨® con un grupo de nazis que marchaban por las proximidades de la carnicer¨ªa paterna. Las indagaciones en archivos s¨®lo permitieron encontrar la pertenencia de Strauss a un grupo deportivo nacionalsocialista. El joven Strauss fue un estudiante excelente, sac¨® la mejor nota de todos los bachilleres b¨¢varos, y tambi¨¦n ten¨ªa cualidades para el deporte: se proclam¨® campe¨®n en varias pruebas ciclistas en su juventud.
La carrera pol¨ªtica de Strauss va vinculada a la historia de la nueva RFA, surgida de las ruinas de la guerra mundial. Esc¨¢ndalos pol¨ªticos y un tufo de corrupci¨®n acompa?an sus ascensos y ca¨ªdas, pero, cual, ave f¨¦nix, siempre resurge de sus cenizas.
Amparado por un partido absolutamente incondicional, la Uni¨®n Socialcristiana de Baviera (CSU), y la devoci¨®n del electorado b¨¢varo, Strauss ha superado todas las crisis y altibajos de su larga carrera pol¨ªtica. Ning¨²n pol¨ªtico alem¨¢n habr¨ªa sido capaz de salir adelante despu¨¦s de haber mentido ante el Parlamento federal, haber estado implicado en multitud de procesos y esc¨¢ndalos, e incluso haber sido robado por dos prostitutas en una calle neoyorquina, en circunstancias m¨¢s que comprometedoras. Los electores b¨¢varos parecen consentirle todo, porque Strauss es la encarnaci¨®n de la astucia campesina, un tramposo capaz de dar una lecci¨®n "a esos prusianos de mierda".
Con la cobertura de su partido, la CSU, y la fidelidad del electorado b¨¢varo, que le asegura el 60% de votos en cada elecci¨®n, Strauss puede operar pol¨ªticamente en la RFA.
La ideolog¨ªa de Strauss es completamente reaccionaria, la visi¨®nde una derecha conservadora, para quien todo lo que sea anticomunista vale, porque lo que est¨¢ en juego es "la libertad o el socialismo", aunque, si se trata de combatir al socialismo, tambi¨¦n se pueden dar un par de cortes a la libertad.
En su anticomunismo, Strauss no le hace ascos a apoyar a toda clase de dictadores derechistas. Cuando el golpe de Chile, y ante las cr¨ªticas a los cr¨ªmenes de Pinochet, Strauss simplific¨® con la frase: "Cuando los militares intervienen, las cosas no son como si los franciscanos reparten la sopa".
Esta visi¨®n derechista del mundo y la pol¨ªtica le hacen buscar aliados en todas las fuerzas reaccionarias, en contra incluso de su partido hermano, la CDU. Mientras los democristianos de Bonn, la CDU, apoyaban en Espa?a a la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD), Strauss se volcaba en favor de la Alianza Popular de Fraga y entregaba cantidades en met¨¢lico a pol¨ªticos como Cruz Mart¨ªnez Esteruelas en casa del c¨®nsul de la RFA en M¨¢laga, Juan Hoffmann.
La estrella de Strauss a escala federal entr¨® en declive tras las elecciones de 1980, cuando, despu¨¦s de haber impuesto su candidatura a canciller, obtuvo un 4% menos que Helmut Koffl en las elecciones de 1976. El destino de Strauss pareci¨® sellado para siempre dentro de las fronteras del Estado libre de Baviera, hasta que la reciente crisis de Bonn le brind¨® de nuevo la oportunidad de saltar a la palestra federal, y quiz¨¢ dictar de nuevo la pol¨ªtica en Bonn. La jugada de Strauss fracas¨® de momento. Kohl, aliado con el liberal Genscher, y los electores de Hesse frenaron los planes de Strauss de llegar a ministro de Asuntos Exteriores y vicecanciller en un Gobierno monocolor democristiano, con Kohl como canciller y Strauss de hombre fuerte.
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