Ros Marb¨¢, una musicalidad interesante
Misa de la coronaci¨®n, K. 317 (Mozart) y Primera sinfon¨ªa, en do menor, op. 68 (Brahms).Ana Higueras (soprano), Rachel-Ann Morgan (mezzo-soprano), Heiner Hopfner (tenor) y Luis ?lvarez (bajo). Coro y Orquesta de la RTVE. Director: Antoni Ros Marb¨¢.
Teatro Real, Madrid. 17 de octubre de 1982.
El concierto, de tan imaginativo programa, con el que la Orquesta Sinf¨®nica de RTVE iba a obsequiar a Juan Pablo II con motivo de su viaje a Espa?a, despu¨¦s del retraso de tal acontecimiento, qued¨® en una sesi¨®n m¨¢s de repertorio. De aquel programa se ha conservado s¨®lo la bell¨ªsima Misa de la coronaci¨®n mozartiana y se ha completado con la Primera sinfon¨ªa de Brahms, en la misma semana en que la ONE interpretaba la Cuarta.
A la sesi¨®n sabatina asisti¨® la reina Sof¨ªa, recibida y despedida con la habitual simpat¨ªa que le profesa el p¨²blico filarm¨®nico del Real.
Una s¨®lida carrera
Volv¨ªa al frente de la Sinf¨®nica de RTVE el maestro Ros Marb¨¢, para dar nuevas muestras de que su s¨®lida carrera no es sino consecuencia de la continua depuraci¨®n de un oficio que siempre estuvo al servicio de una sensibilidad musical fin¨ªsima.
El director catal¨¢n plante¨® la Misa de la coronaci¨®n con ponderaci¨®n extremada: orquesta y coro, reducidos, sonaron con redondez, empaste y admirable calidad de l¨ªneas. Cuidad¨ªsimo tambi¨¦n fue el equilibrio de los conjuntos con las voces solistas de Ana Higueras, Rachel-Ann Morgan, Heiner-Hopfner y Luis ?lvarez, todas ellas de grato timbre, buen estilo y peque?o volumen, caracter¨ªstica ¨¦sta que exig¨ªa tal cuidado.
La intervenci¨®n vocal m¨¢s destacada, la de la soprano en el Agnus, tuvo en Ana Higueras una excelente interpretaci¨®n y dio pie al oboe solista para lucir su gran clase.
Con aut¨¦ntico calor fue acogida la versi¨®n que Ros Marb¨¢ hizo de la Primera sinfon¨ªa brahmsiana. Minutos antes hab¨ªamos escuchado a Maag, con otra orquesta, en un Brahms de corte tradicional y sonoridad germ¨¢nica. Ros ve el sinfonismo del hamburgu¨¦s muy de otra forma, fluidificando las texturas como para que puedan colarse rayos de luz mediterr¨¢nea. Es el Brahms latino, por el que optan, hoy como ayer, importantes maestros de la batuta, fundamentalmente italianos.
Ello no implica menoscabo de hondura expresiva cuando, como hizo Ros Marb¨¢, se da con intensidad el juego de tensiones y distensiones tan peculiar en las partituras de Brahms, llenas de vibrante hero¨ªsmo, as¨ª como de remansos l¨ªricos de la m¨¢xima delicadeza. La versi¨®n fue, en suma, no s¨®lo buena, sino algo m¨¢s: interesante.
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