Para el balear medio, la autonom¨ªa es una 'moda' importada de la pen¨ªnsula
La insularidad balear no es s¨®lo f¨ªsica; se refleja tambi¨¦n en su aislamiento respecto a los problemas comunes al ciudadano peninsular. Quiz¨¢ porque el balear, desde 1981, ha alcanzado unos niveles de vida que sit¨²an a la regi¨®n en el puesto n¨²mero uno del pa¨ªs en cuanto a renta per c¨¢pita. El turismo, principal fuente de riqueza de estas islas, vuelve a estar en alza despu¨¦s del bache sufrido en los a?os 1979 y 1980. Las cifras de que se dispone permiten afirmar que la temporada de este a?o ha sidb espl¨¦ndida. Con esta realidad el insular act¨²a como espectador de las tensiones en la pen¨ªnsula.La que s¨ª est¨¢ en crisis es la clase pol¨ªtica balear. Valga como ejemplo que de los seis diputados que representaban a esta regi¨®n en la anterior legislatura, cuatro de UCD y dos del PSOE, s¨®lo uno de ellos, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Santiago Rodr¨ªguez Miranda, se presenta a estas elecciones. La crisis ha tenido repercusiones institucionales de cierta gravedad: el presidente de la UCD balear y del Consejo General Interinsular, Jer¨®nimo Albert¨ª, ha acabado por dimitir de ambos cargos, ha abandonado el partido y se propone constituir una nueva formaci¨®n de ¨¢mbito regional.
Autonom¨ªa, lengua y cultura
Las perspectivas auton¨®micas, que tanto polarizan la vida pol¨ªtica de otras regiones espa?olas y sirven de acicate para el debate p¨²blico, apenas sensibilizan en estas islas a una minor¨ªa de enterados. Quiz¨¢ porque, como afirma Gregori Mir, ex senador en la anterior legislatura y ahora candidato al Congreso de los Diputados en las listas del PSOE, "Baleares es un pueblo hu¨¦rfano, que perdi¨® su historia, y que intenta ahora encontrar un camino que significar¨ªa reencontrarse a s¨ª mismo, sabiendo que a finales del siglo XX ello s¨®lo es posible a trav¨¦s de aceptar o asumir la solidaridad con otros pueblos espa?oles".
Al contrario de lo que ocurre en el Pa¨ªs Valenciano, la pol¨¦mica de la lengua catalana y de la bandera no ha arraigado en las islas. Tam bi¨¦n aqu¨ª el propio Albert¨ª cort¨® de ra¨ªz que una discusi¨®n filol¨®gica se transformara en arma arrojadiza. Desde el primer d¨ªa asumi¨® p¨²blicamente, desde su autoridad como presidente preauton¨®mico y como l¨ªder del partido mayoritario en las Baleares, la UCD, que la lengua balear es una variante m¨¢s del catal¨¢n. Josep Maria LLompart de la Penya, presidente de la Obra Cultural Balear y galardonado con el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes (Premio de Honor de las Letras Catalanas) en 1982 analiza as¨ª el panorama cultural de las islas: "Uno de los aspectos que deber¨ªan tocar los partidos en sus campa?as electorales es esa normalizaci¨®n sociol¨®gica de la lengua y de la cultura propia del Pa¨ªs Balear, si es que podemos denominarlo as¨ª. Sin hacer propaganda de ning¨²n partido pol¨ªtico, los que merezcan mis simpat¨ªas ser¨¢n los que planteen seriamente y con convicci¨®n este problema, siempre y cuando no hagan de ¨¦l un mero punto electoral".
La convocatoria anticipada de las elecciones legislativas actu¨® como detonante que evidenci¨® la crisis interna de los partidos mayoritarios en las islas. A la crisis general de UCD se sum¨® el incumplimiento de la promesa de Landelino Lavilla de que las Cortes no ser¨ªan disueltas sin aprobar antes el estatuto de autonom¨ªa balear, motivo inmediato de la dimisi¨®n del presidente del organismo auton¨®mico. La frustraci¨®n por este retraso en alcanzar la autonom¨ªa no se evidencia en el com¨²n de la gente, sino que se reduce al ¨¢mbito de los c¨ªrculos politizados y a los pol¨ªticos profesionales. Rodr¨ªguez Miranda ha quedado al frente de una UCD reducida por la fuga de un tercio de sus cargos y militantes, tanto hacia el Centro Democr¨¢tico y Social de Meli¨¢ como hacia el Partido Dem¨®crata Liberal de Tomeu Sitjar. Albert¨ª tambi¨¦n se ha llevado su parte, aunque su partido no se presentar¨¢ a las elecciones hasta las auton¨®micas de la pr¨®xima primavera. Con ¨¦l se ha ido el consejero de Turismo del Consejo General, Pedro J. Morey.
Las posibilidades electorales del CDS en las islas son una inc¨®gnita, aunque a su favor,juega la popularidad de Josep Meli¨¢ quien, sin embargo, ya fracas¨® en las elecciones de 1977 cuando encabezaba un partido autonomista de ¨¢mbito balear.
La Federaci¨®n Socialista Balear del PSOE es la clara favorita en las pr¨®ximas elecciones legislativas, pero tambi¨¦n en esta organizaci¨®n la convocatoria electoral ha coincidido con una crisis interna. La Federaci¨®n propuso al radical Francisco Triay como cabeza de lista, pero la candidatura fue vetada por Alfonso Guerra, lo que provoc¨® la dimisi¨®n de la gestora provisional y la constituci¨®n de una nueva, al frente de la cual se ha situado al moderado F¨¦lix Pons, diputado al igual que Triay en la anterior legislatura. Triay cay¨® en desgracia en la direcci¨®n del PSOE cuando, desvel¨® unas supuestas confidencias del rey Juan Calos a Felipe Gronz¨¢lez durante una audiencia. Pons no se presenta a estas elecciones, porque al parecer se le reserva para las auton¨®micas, como candidato a la presidencia del Consejo General Interinsular. La candidatura socialista la encabeza el ex senador Gregori Mir, tambi¨¦n delala moderada del partido. La tercera formaci¨®n pol¨ªtica con posibilidades de cierto respaldo popular es Alianza Popular, dirigida en Baleares por el banquero y ex senador por Ibiza, Abel Matutes, que en esta ocasi¨®n encabeza la lista al Congreso.
El Partit Socialista de Mallorca (PSM), superviviente de aquella Federaci¨®n de Partidos Socialistas que se constituy¨® en los albores de la democracia como alternativa al PSOE, representa a la izquierda nacionalista. En 1979 obtuvo el 12% de los votos y es, junto con el Partido Comunista de las Islas Baleares, una de las otras dos opciones con presencia pol¨ªtica y social.
Mayor inter¨¦s por el turismo
Pero el balear medio vive m¨¢s pendiente del n¨²mero de turistas que llegan al aeropuerto de Palma (Son San Juan) que de otra cosa. La principal fuente de ingresos de los casi 600.000 habitantes del archipi¨¦lago proceden del turismo. El n¨²mero de empleos por sectores econ¨®micos revela la importancia del fen¨®meno tur¨ªstico. As¨ª, en 1979, de un total de 184.139 asalariados censados, la hosteler¨ªa daba trabajo a 34.033, cifra superior a toda la industria en su conjunto (33.514). En segundo lugar, la construcci¨®n, con 22.976 asalariados, y detr¨¢s el comercio (14.545) y los bares, restaurantes y cafeter¨ªas (13.342). El sector industrial que m¨¢s empleo genera es el de la piel, calzado y confecci¨®n, que en 1979 daba trabajo s¨®lo a 8.218 asalariados y se trata de una industria en crisis.
Seg¨²n datos del pasado mes de agosto facilitados por el Instituto Nacional de Empleo (INEM), el n¨²mero de parados en las Baleares ascend¨ªa a 23.918 de un total de poblaci¨®n activa de 209.800, lo cual supone una tasa de desempleo del 11,4%. La encuesta de poblaci¨®n activa que realiza el Instituto Nacional de Estad¨ªstica refleja un n¨²mero de parados sensiblemente superior: 33.400 (13,8%). En cualquier caso es un paro inferior a la media espa?ola, que rozaba en esas fechas el 16%.
Estos datos son un fiel reflejo de la buena temporada tur¨ªstica de este a?o, pese a que el 60% de los parados pertenecen al ramo de la hosteler¨ªa. El director provincial del INEM declar¨® a este diario que esp era que los datos de septiembre reflejar¨¢n tambi¨¦n una recuperaci¨®n del nivel de empleo, e incluso los de octubre, si se confirma que la temporada tur¨ªstica se prolongar¨¢ unos meses m¨¢s. De todas formas, en el INEM prev¨¦n que en noviembre y diciembre habr¨¢ de 12.000 a 15.000 parados m¨¢s, procedentes en su mayor parte del sector de la hosteler¨ªa. Se trata del paro estacional, que ser¨¢ reabsorbido en la primavera cuando se reanude la temporada tur¨ªstica.
Los datos que obran en poder de la Secretar¨ªa de Estado de Turismo en las islas demuestran la buena temporada tur¨ªstica de este a?o. El mejor s¨ªntoma de que esto es as¨ª es el incremento en el n¨²mero de viajeros llegados a los tres aeropuertos de las islas (debe tenerse en cuenta que m¨¢s del 90% de ellos llegan a las Baleares por avi¨®n). Hasta el 31 de agosto hab¨ªan llegado al aeropuerto de Palma casi tres millones de viajeros, 225.000 m¨¢s que en el mismo per¨ªodo del a?o pasado. Los incrementos en los aeropuertos de Ibiza y de Menorca han sido tambi¨¦n notables. Seg¨²n previsiones de Mat¨ªas Mut, de la Secretar¨ªa de Estado para el Turismo, el aeropuerto de Palma registrar¨¢ a final de a?o un movimiento total de ocho millones de pases, lo cual supone unos cuatro millones de viajeros, y que coloca a Son San Juan en el primer lugar los aeropuertos espa?oles.
La econom¨ªa balear se caracteriza tambi¨¦n por su minifundismo, siendo la mayor¨ªa de las empresas peque?as y medianas. Datos de la patronal balear cifran en 30.000 el n¨²mero de empresas existentes en las islas, para una poblaci¨®n activa de 209.800 personas.
La industria tur¨ªstica genera un volumen de renta en la regi¨®n lo suficientemente elevado para que el balear medio viva bien. Este nivel de vida genera una forma de pensar y vivir particular, alejada de las procupaciones y problemas peninsulares. Resulta significativa la actitud del balear ante el proceso auton¨®mico, pasiva y escasamente interesada. El estatuto de autogobierno, uno de los que se quedaron sin aprobar al adelantarse la disoluci¨®n de las Cortes, s¨®lo es esperado aqu¨ª como resultado de una moda imperante en la pen¨ªnsula. En general se desconoce su verdadero significado.
La insularidad, claro est¨¢, tiene tambi¨¦n sus contrapartidas negativas: los transportes especialmente. Los habitantes de las Baleares se quejan del trato discriminatorio que, como archipi¨¦lago, reciben en relaci¨®n a las Canarias.
Despu¨¦s de mucho reclamar, los bale¨¢ricos obtuvieron un descuento del 25% en los precios de los pasajes para los viajes a y desde la pen¨ªnsula, pero s¨®lo un 10% en los viajes entre islas, indispensables en un archipi¨¦lago que concentra en Palma la mayor parte de los servicios.
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