Andaluc¨ªa: una campa?a m¨¢s tranquila que la del Parlamento aut¨®nomo
ENVIADO ESPECIALLa campa?a transcurre en Andaluc¨ªa con cierta placidez, especialmente si se la compara con la de las elecciones al Parlamento auton¨®mico del pasado mes de mayo, en la que se produjeron momentos de gran crispaci¨®n. El duelo Verstrynge-Garc¨ªa A?overos en Sevilla es quiz¨¢, por el momento, el punto m¨¢s destacable de la campa?a, dada la situaci¨®n de superstar de Alfonso Guerra, cabeza de la lista del PSOE.
La derecha parece dispuesta a apostar fuerte por Sevilla, donde AP ha lanzado en paraca¨ªdas a Verstrynge y UCD encabeza su lista con Garc¨ªa A?overos y Soledad Becerril. AP no ha tenido en las dos elecciones anteriores diputado alguno por Andaluc¨ªa, pero en las auton¨®micas se convirti¨® en la segunda fuerza, bien que a mucha distancia del PSOE, y consigui¨® diecisiete diputados en el Parlamento andaluz, al tiempo que UCI) sufr¨ªa una importante p¨¦rdida.
A la lucha por Sevilla no pueden ser ajenas varias medidas adoptadas recientemente por el partido del Gobierno. Garc¨ªa A?overos anunci¨¦ en Sanl¨²car la Mayor la instalaci¨®n de una f¨¢brica de moneda en dicha ciudad, lo que dar¨ªa trabajo a seiscientos sanluque?os; poco despu¨¦s, Soledad Becerril firmaba en Sevilla un convenio para la construcci¨®n de un aula de la tercera edad; y el pasado viernes, el Consejo de Ministros aprob¨® veintinueve expedientes, por un total de 28.281 millones de pesetas de inversi¨®n privada y la creaci¨®n de 5.098 puestos de trabajo directos y 15.294 indirectos para el gran ¨¢rea de expansi¨®n de Andaluc¨ªa.
En cualquier caso, A.P sigue aqu¨ª una l¨ªnea triunfalista. Las presencias de Verstrynge y Kirpatrick suponen una fuerte inversi¨®n de AP en el Sur. Por su parte, UCD parece cada vez menos convencida de sus posibilidades aqu¨ª, como lo prueba el hecho de que Landelino Lavilla pasara por Sevilla sin hacer apenas ruido.
Los empresarios siguen por el momento una l¨ªnea de concordia, muy en contraste con la feroz campa?a de mayo, cuando lanzaron su dibujo de la manzana y el gusano. Ahora se limitan a convocar reuniones en las capitales de provincia, pero sin declaraciones fuertes.
El PSOE trabaja tranquilo, consciente de su superioridad en la regi¨®n, donde en mayo pas¨® de la mitad de los votos. De hecho, es su gran superioridad lo que resta inter¨¦s a la campa?a, pues se considera que dos tercios de los esca?os en juego son de su propiedad. Los socialistas incluso se han atrevido a emprender la mecanizaci¨®n de la recogida del algod¨®n, algo tremendamente impopular, en plena campa?a. Por contra, ha sido poco clara su actitud al rechazar por el momento que los miembros del Parlamento andaluz reciban retribuciones econ¨®micas, como as¨ª lo hacen los de los otros parlamentos regionales. Los restantes partidos han visto en esta maniobra una falsedad y est¨¢n convencidos de que pasadas las elecciones el propio PSOE reconsiderar¨¢ esta actitud.
Para el PSA, el enemigo es Fraga
El PSA argumenta ante sus afiliados que el PSOE ya tiene bastantes votos para no necesitar el voto ¨²til, le acusa de tibieza en cuestiones como la LOAPA, la OTAN y las bases americanas, y se?ala una y otra vez que "el enemigo es Fraga" y que la bipolarizaci¨®n del voto trae consigo el problema de que Fraga puede comerse posteriormente al PSOE.
Sus contrarios le han lanzado duras acusaciones por el reciente decreto del alcalde de Sevilla y l¨ªder de este partido, Luis Uru?uela, asumiendo el control de todas las responsabilidades de la campa?a electoral en lo que a publicidad se refiere. Por el momento, se estaban produciendo irregularidades en este aspecto en Sevilla, y el PSA no es ajeno a ellas, por lo que esta asunci¨®n plena del control por parte del alcalde ha dado pie a muchas cr¨ªticas.
Por ¨²ltimo, el CDS trabaja casi en silencio, si bien tiene en M¨¢laga a Francisco Villodres, ex portavoz de UCD en el Senado, ctiyos ataques a UCD y PSOE tienen cierto eco, en especial por su insistente argumento del p¨¦simo uso que se le ha dado hasta el momento al fondo de Compensaci¨®n Interterritorial.
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