Los negocios con la Uni¨®n Sovi¨¦tica van bien
El clima de austeridad y privaciones que atraviesa Yugoslavia constituye un buen caldo de cultivo para que surjan brotes de descontento social, que hasta ahora tienen un car¨¢cter aislado. En el campo de los contactos con el exterior, Mosc¨² y Belgrado parecen haber estabilizado sus relaciones tras la muerte del presidente Josip Broz Tito. Los negocios con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, principal abastecedor de petr¨®leo, van bien y este pa¨ªs es el socio econ¨®mico m¨¢s importante de la no alineada Yugoslavia.
Con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, los negocios van bien y aquel pa¨ªs, adem¨¢s de ser, junto con Irak, el principal abastecedor de petr¨®leo a Yugoslavia, es tambi¨¦n el socio comercial m¨¢s importante. A ra¨ªz de la muerte de Tito, las relaciones Mosc¨²-Belgrado parecen haberse estabilizado en base a la plena aceptaci¨®n, al menos formalmente, del hecho del no alineamiento yugoslavo. La Prensa yugoslava se dispara ahora con mucha menor frecuencia contra puntos de la pol¨ªtica internacional sovi¨¦tica, y m¨¢s preocupa en Yugoslavia la tolerancia que Occidente podr¨ªa concederle al terrorismo ustachi croata que los tanques b¨²lgaros o h¨²ngaros estacionados al otro lado de la frontera.Hace meses, el comit¨¦ de relaciones internacionales de la Asamblea yugoslava juzg¨® desfavorablemente el ingreso de Espa?a en la OTAN, y se respira un clima de apoyo al desarme y contrario a la 'instalaci¨®n de cohetes estadounidenses al otro lado del Adri¨¢tico, en Sicilia. Tampoco encantan maniobras como las que el Pacto de Varsovia, celebr¨® hace semanas en Bulgaria, fronteriza con Yugoslavia.
Este a?o no se han publicado cifras sobre el n¨²mero de huelgas, pero el clima de austeridad y privaciones que vive el pa¨ªs podr¨ªa ser caldo de cultivo para nuevos brotes huelgu¨ªsticos. Hasta la fecha, las huelgas yugoslavas no han sido espectaculares ni econ¨®micamente importantes, excepto las de los astilleros de Split, hace a?os.
Es el pulso entre la Iglesia cat¨®lica croata y el Estado lo que constituye el conflicto pol¨ªtico m¨¢s importante. La Iglesia croata es acusada de recibir abundante financiaci¨®n de los alemanes, casi tanto como la polaca, seg¨²n el diario croata Vijesnik. Jakov Blazevic, hasta hace poco presidente de la presidencia colectiva de Croacia, atac¨® frontalmente al Vaticano, acus¨¢ndolo de desplegar actividades hostiles por no venir de una instancia oficial.
El Vaticano insiste en que, si alg¨²n papel tiene en la vida pol¨ªtica interior yugoslava, es el de dar consejos moderadores a los curas croatas m¨¢s integristas. Pero no niega ver con simpat¨ªa la lucha del clero por mayores derechos de catequizaci¨®n y manifestaci¨®n.
Milivoy Krstich empu?¨® una noche en el pueblo serbio de Svetozarevo un martillo y se lanz¨® a destrozar todos los escaparates de los establecimientos socializados, esquivando cuidadosamente los de particulares. Lunas de peluquer¨ªas, establecimientos de electrodom¨¦sticos, barber¨ªas y hasta los buzones de correos saltaron hechos a?icos por el martillo de Milivoy. Ya desfogado y m¨¢s tranquilo, se present¨® en la primera comisar¨ªa y entreg¨® su martillo al miliciano de turno, declar¨¢ndose culpable de "vandalismo contra la propiedad social por estar harto e indignado de buscar trabajo durante dos a?os".
Milivoy es uno de los muchos parados que tambi¨¦n la econom¨ªa de mercado yugoslava ha producido. Se calcula que hay un 2% de parados a nivel federal. Si la Rep¨²blica de Eslovenia, la m¨¢s desarrollada del pa¨ªs (con rentas similares a la espa?ola), no conoce el paro m¨¢s que en dimensiones anecd¨®ticas, el Kosovo del nacionalismo alban¨¦s tiene m¨¢s del 20% de la poblaci¨®n activa desempleada. Consideran los yugoslavos que se ha llegado a un l¨ªmite al respecto.
En Kosovo, regi¨®n aut¨®noma de mayor¨ªa albanesa, pero englobada en la Rep¨²blica yugoslava de Serbia, reina una calma tensa, s¨®lo rota por brotes espor¨¢dicos de manifestantes, pedradas y octavillas que piden la Rep¨²blica Kosovar.
Fuertes contingentes de polic¨ªa y refuerzos militares patrullan la zona, habi¨¦ndose producido en dos a?os veintis¨¦is agresiones de poca importancia contra polic¨ªas y unas cuarenta contra militares. Hace poco se expuls¨® a un grupo de profesores de la Universidad de Kosovo por simpat¨ªas con los nacionalistas. Tambi¨¦n los estudiantes est¨¢n sometidos a un severo sistema de selecci¨®n.
El ministro del Interior, Stane Dolanc, el esloveno que en su d¨ªa se crey¨® iba a sustituir a Tito antes de que ¨¦ste institucionalizara el sistema de sucesi¨®n colectiva, trata de contener a los sectores nacionalistas serbio-eslavos, que, azuzados por el nacionalismo de la minor¨ªa albanesa de Yugoslavia en sus santos lugares medievales de Kosovo, querr¨ªan echar a Albania a todos los albaneses yugoslavos.
Papeles invertidos
Durante a?os fue Yugoslavia el para¨ªso de todos los contrabandistas y consumidores frustrados del este de Europa. Al poder conseguir mucho m¨¢s f¨¢cilmente pasaporte para la no alineada Yugoslavia que para Italia o Francia, b¨²lgaros, rumanos y hasta h¨²ngaros ven¨ªan a gastarse sus ahorros en Belgrado en perfumes caros, caf¨¦ y ropa de lujo. Ahora, los papeles han cambiado, y as¨ª seguir¨¢n durante tres o cuatro a?os. Se ha descubierto una red organizada que introduc¨ªa en el pa¨ªs toneladas de caf¨¦ y otros art¨ªculos en camiones frigor¨ªficos griegos.
Ahora, los yugoslavos van a Bulgaria y Hungr¨ªa a por caf¨¦, gasolina, jam¨®n y ropa de ni?o.
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