Las investisgaciones del s¨ªndrome t¨®xico alertan sobre la presunta toxicidad de unos seis millones de kilos de aceite de colza
Recientes investigaciones oficiales sobre el envenenamiento masivo por aceite adulterado, basadas en una informaci¨®n de las autoridades francesas, han abierto serias dudas sobre la presunta toxicidad de unos seis millones de kilos de aceite de colza sin desnaturalizar introducidos de contrabando en Espa?a y distribuidos para la mezcla fraudulenta de grasas comestibles.
Francisco T¨¢rrega, de Industrias T¨¢rrega, SA, uno de los implicados en el sumario por el s¨ªndrome t¨®xico, ha confesado ante el juzgado de delitos monetarios que su empresa introdujo de contrabando 40.000 kilos de aceite de colza bruto. Con esta reciente declaraci¨®n, Francisco T¨¢rrega correg¨ªa la efectuada en septiembre del a?o pasado, en la que sostuvo que la aludida importaci¨®n estaba legalmente constituida por ¨¢cidos grasos, distribuidos entre sus habituales clientes de la industria no alimentaria. T¨¢rrega, de forma similar a como hab¨ªa hecho anteriormente L¨ªpidos Ib¨¦ricos, reconoc¨ªa as¨ª su delito monetario ante el avance de las investigaciones.Paralelamente, las autoridades de Aduanas han requerido de las autoridades francesas un informe sobre el aceite de colza comprado por Industrias T¨¢rrega, SA, e introducido ilegalmente en Espa?a. Dicho informe se?ala que se trata de un "aceite de colza para usos industriales no apto para el consumo alimentario".
Industrias T¨¢rrega, SA, compr¨® dicho aceite a la empresa Oligari, de Par¨ªs, por intermedio de otra empresa, Elicomex, con sede en Ginebra (Suiza). Esta ¨²ltima empresa fue creada por la propia Industrias T¨¢rrega, SA, con un capital en divisas de 2.300.000 pesetas, al parecer tambi¨¦n sacadas ilegalmente del pa¨ªs, y asunto ¨¦ste por el que el juzgado de delitos monetarios ha ordenado el procesamiento de T¨¢rrega.
De tres a seis millones de kilos
Las, citadas investigaciones en torno a Industrias T¨¢rrega, SA, han llevado a pensar a los investigadores espa?oles en la posibilidad de que el aceite de colza sin desnaturalizar y te¨®ricamente apto para el consumo humano que tambi¨¦n introdujo en Espa?a de contrabando la empresa L¨ªpidos Ib¨¦ricos sea de las mismas caracter¨ªsticas "no aptas" que el contrabandeado por aqu¨¦lla.
Se aumentan as¨ª las sospechas sobre la presunta nocividad del aceite de colza contrabandeado por L¨ªpidos, el cual fue utilizado en el circuito alimentario para formar parte de la mezcla vendida como aceite de oliva.
El contrabando realizado por L¨ªpidos Ib¨¦ricos, SA, de aceite colza sin desnaturalizar, comestible, del que hasta ahora se ten¨ªa noticia, estaba cuantificado en unos tres millones de kilos, que entraron por Barcelona en tres barcos, cantidad asumida por dicha empresa al reconocer la infracci¨®n en declaraciones posteriores a las primeras, en que neg¨® su relaci¨®n con este tipo de comercio. Nuevas investigaciones vienen, sin embargo, a incrementar en el doble, al menos, el n¨²mero de kilos de tal aceite introducidos por L¨ªpidos, si bien no se ha llegado a determinar el procedimiento de entrada de estos otros tres millones de kilos.
La nueva cifra se desprende de las facturas de compras realizadas a L¨ªpidos por dos de sus principales clientes: Franco, de Tarragona, y Alamar, de Valencia, entre los cuales alcanzan la cantidad de 5.900.000 kilos del citado aceite.
El agente causal que ha producido el s¨ªndrome t¨®xico sigue siendo un misterio para los investigadores cient¨ªficos, pese a que en su momento se determinara como factor de toxicidad la presencia de anilidas en algunos de los aceites adulterados distribuidos en el circuito alrededor del cual se produjo el envenenamiento masivo. Aunque tales anilidas parecen proceder del desnaturalizanante con que iba marcado el aceite de colza para uso industrial importado por Rapsa y desviado al consumo alimentario, no se descarta la posibilidad de que la toxicidad causante de la cat¨¢strofe se originase en otros factores o en otros aceites de los mezclados.
En este sentido, los datos que ya constan en el sumario obligan a una revisi¨®n a fondo del caso L¨ªpidos. Esta empresa, a trav¨¦s de Miguel Par, en prisi¨®n, sostiene que el aceite de colza que distribuyeron era comestible y que su ¨²nica implicaci¨®n en el caso se reduce a un delito por contrabando.
A la se?alizaci¨®n ahora efectuada por las autoridades francesas respecto a Industrias T¨¢rrega, que indirectamente alerta sobre L¨ªpidos Ib¨¦ricos, se a?ade el hecho de que, al parecer, varios de los vendedores de aceite adulterado y t¨®xico s¨®lo hab¨ªan comprado un tipo de aceite de colza: el procedente de L¨ªpidos Ib¨¦ricos. Entre ¨¦stos est¨¢n las empresas Castro, de Marchena; Alabar, de Reus; Pastor, de Fuenlabrada de los Montes, y Hermanos de Pablo, de Brenes. En este contexto cobra, asimismo, nuevo inter¨¦s la devoluci¨®n de 200.000 kilos de aceite de colza que hizo en su d¨ªa -junio de 1981- la empresa Aceites Bau a la empresa L¨ªpidos, a pesar de que no los hab¨ªa adquirido de ¨¦sta, sino del mayorista Franco.
Los investigadores judiciales, no obstante, encuentran dificultades para este trabajo, entre otros motivos, por la falta de conocimiento sobre el resultado de algunos an¨¢lisis ya efectuados. Es el caso de los realizados por Comercio en la empresa de Salvador Alamar, de Valencia, de los cuales se tienen noticia de que existen, y de que en alg¨²n caso indican toxicidad, por propias declaraciones del afectado ante el juez, pero no porque aquel departamento ministerial lo haya comunicado.
Salvador Alamar: pieza clave
El proceso de clarificaci¨®n de las mezclas y la confluencia de circuitos de aceites diversos para la adulteraci¨®n, as¨ª como de la determinaci¨®n final de la causa de la toxicidad, tiene una de sus piezas clave en la persona de Salvador Alamar, sobre el que, en los ¨²ltimos d¨ªas, se ha cursado orden de detenci¨®n y que tambi¨¦n ha desaparecido.
Al declarar, recientemente, ante el juez Barcala, Salvador Alamar se comprometi¨® a volver a prestar declaraci¨®n unos d¨ªas despu¨¦s. Pero ya no se present¨®.
Diversos indicios se?alan la implicaci¨®n de Alamar en el mercado fraudulento del aceite. Alamar prefinanciaba a L¨ªpidos Ib¨¦ricos, seg¨²n denotan las investigaciones realizadas, por cuanto, siendo cliente de dicha empresa, era ¨¦sta quien se encontraba en deuda de 55 millones de pesetas con Alamar. Su relaci¨®n comercial con Industrias T¨¢rrega, SA, le llev¨® tambi¨¦n a avalarla en el momento en que suspendi¨® pagos.
La desaparici¨®n de Alamar se ha producido a ra¨ªz de que el juez ordenase el ingreso en prisi¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Abascal Romero, de Sevilla, tras tomarle declaraci¨®n. Esta declaraci¨®n se produjo inmediatamente despu¨¦s de la del propio Alamar. Si bien ¨¦ste volvi¨® a negar una vez m¨¢s sus implicaciones, y fue citado para unos d¨ªas despu¨¦s, Abascal se derrot¨®.
De la declaraci¨®n de ¨¦ste se desprende que fueron falsas las manifestaciones de ambos a la polic¨ªa, el a?o pasado, respecto a la calidad y cantidad de kilos distribuidos por ellos. Abascal ha explicado que, cuando fue detenido por la polic¨ªa en Sevilla, en 1981, le dejaron telefonear a Alamar y posteriormente le dejaron ir a su casa, momentos en que se puso de acuerdo con el empresario de Valencia para realizar sus instrucciones. En s¨ªntesis, manifest¨® que Alamar le indic¨® que dijese a la polic¨ªa sevillana que s¨®lo hab¨ªan distribuido 40.000 kilos de aceite, de los 900.000 que en realidad hab¨ªan comercializado. Falsific¨® facturas y albaranes al efecto y prepar¨® convenientemente varias muestras de aceite para entregar a la polic¨ªa, seg¨²n le orden¨® Alamar. Asimismo, cambi¨® el contenido de uno de los cinco camiones de aceite adulterado que escondieron en un garaje cuando la polic¨ªa fue a investigar.
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