Refugiados guatemaltecos, expulsados de M¨¦xico

Unos 1.500 refugiados guatemaltecos, que se hab¨ªan amparado en territorio mexicano, en un paraje llamado Rancho Tejas, han sido dispersados a la fuerza por ¨®rdenes del delegado local de Emigraci¨®n, C¨¦sar Marcos Morales, sin que se sepa a ciencia cierta (se trata de una zona selv¨¢tica de dif¨ªcil acceso) si fueron obligados a regresar a su pa¨ªs de origen.

El presidente de la Comisi¨®n Mexicana de Ayuda a los Refugiados, Luis Ortiz Monasterio, ha tratado de quitar hierro al asunto diciendo que nada ha variado la pol¨ªtica tradicional de asilo y que se trata de un hecho aislado, cuyo origen debe buscarse en autoridades menores, movidas por intereses locales.

Sucesos de esta ¨ªndole no son, sin embargo, del todo nuevos en la reciente historia del exilio masivo de guatemaltecos hacia M¨¦xico. Los mismos pobladores de Rancho Tejas ya fueron desalojados hace cuatro meses de un lugar denominado El Recuerdo por el mismo funcionario migratorio.

En aquella ocasi¨®n regresaron a Guatemala, para reemprender poco despu¨¦s el camino hacia M¨¦xico, ante el acoso del Ej¨¦rcito de Kios Montt.

M¨¢s de 20.000 guatemaltecos se encuentran asilados en M¨¦xico, seg¨²n datos de la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n. Fuentes eclesi¨¢sticas elevan esta cifra hasta 35.000. En la mayor¨ªa de los casos se trata de campesinos ind¨ªgenas que por vinculaciones culturales a su tierra rehusan alejarse de la frontera m¨¢s que unos pocos kil¨®metros.

Frontera entre la jungla

El r¨¦gimen guatemalteco considera que estos campamentos tan pr¨®ximos a la l¨ªnea divisoria constituyen, de hecho, una retaguardia segura para la guerrilla, acusando en ocasiones a M¨¦xico de connivencia con los movimientos armados de oposici¨®n. Esto explica que el Ej¨¦rcito de Guatemala haya realizado varias incursiones en Chiapas; la ¨²ltima conocida, el pasado 13 de octubre, con personal uniformado.La imposibilidad de controlar una frontera en medio de la jungla, en la que apenas unos mojones de piedra, muy distantes entre s¨ª, separan a un pa¨ªs de otro, favorece los ataques de las fuerzas armadas guatemaltecas, que en alguna ocasi¨®n se han llevado consigo rehenes de los que nunca ha vuelto a saberse nada.

Ante el temor de plantear un conflicto fronterizo grave, el Gobierno mexicano mantuvo durante un tiempo una pol¨ªtica contradictoria en relaci¨®n con los refugiados guatemaltecos. A veces los consider¨® indocumentados que entraban en M¨¦xico por razones econ¨®micas, siguiendo una corriente migratoria secular. As¨ª, varios millares de campesinos fueron forzados a regresar a su pa¨ªs. La acci¨®n de ACNUR (Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados) y un fuerte movimiento de opini¨®n en el interior de M¨¦xico, pa¨ªs muy sensibilizado ante este tipo de temas, hicieron que el Gobierno decidiera finalmente dar a estos fugitivos la consideraci¨®n de asilados pol¨ªticos, dot¨¢ndoles del documento migratorio