Los intentos de negociaci¨®n del Gobierno con ETA se remontan a finales de 1976

El primer contacto directo entre representantes de ETA y enviados del Gobierno espa?ol tuvo lugar a fines de 1976. Previamente el gobernador civil de Guip¨²zcoa, Belloch Puig, junto con Juan Manuel Otero Novas, pr¨®ximo entonces al presidente Su¨¢rez, hab¨ªan sondeado ante abogados de presos de ETA la posibilidad de un di¨¢logo. Con este antecedente, a fines de diciembre de 1976, poco despu¨¦s del refer¨¦ndum sobre la ley de Reforma Pol¨ªtica, se produce en Ginebra (Suiza) un primer contacto directo con ETA.Por parte de la rama pol¨ªtico-militar acuden a la reuni¨®n Javier Garayalde, Erreka, y Jes¨²s Mar¨ªa Mu?oz Galarraga. Este ¨²ltimo era uno de los fugados de la prisi¨®n de Segovia que hab¨ªan conseguido atravesar la frontera en abril de aquel a?o. Por parte del Gobierno, o como enviado de ¨¦ste, acude un oficial del Ej¨¦rcito que se presenta como oficial diplomado de Estado Mayor. El contacto apenas supera el nivel de sondeo mutuo, si bien queda claro que los t¨¦rminos de un eventual ¨¢cuerdo tendr¨ªan como elementos esenciales la amnist¨ªa y legalizaci¨®n de los partidos pol¨ªticos, por una parte, y la aceptaci¨®n de una tregua, por otra. Se acuerda celebrar un nuevo contacto con presencia de ETA Militar.

La segunda reuni¨®n tendr¨ªa lugar, tambi¨¦n en Ginebra, en enero o febrero de 1977. A ella acuden los mismos interlocutores de la primera vez m¨¢s Jos¨¦ Luis Etxegaray, Mark, por los poli-milis; dos representantes de ETA Militar, y otras dos personas presentadas por el oficial de Estado Mayor como oficiales del Ej¨¦rcito espa?ol. El periodista Jos¨¦ Mar¨ªa Portel, que ser¨ªa asesinado por ETA en junio de 1978, precisa en su libro Amnist¨ªa arrancada que uno de los miembros de ETAm presente en esta segunda reuni¨®n fue Jos¨¦ Manuel Pagoaga, Peixoto. Por otra parte, seg¨²n unas declaraciones recogidas por Efe el 11 de agosto de 1978, el comisario Andr¨¦s G¨®mez Margarida, reci¨¦n nombrado por entonces jefe superior de polic¨ªa de Galicia, aseguraba "haber llevado personalmente todas las conversaciones, no negociaciones, habidas con ETA".

La reuni¨®n no conducir¨¢ a resultado tangible alguno. Por una parte, los milis evitan cualquier compromiso y se limitan a dejar constancia de su opini¨®n favorable a que sean los partidos integrados en la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS) quienes asuman la responsabilidad de cualquier eventual negociaci¨®n. Por otra, los poli-milis advierten que no pueden garantizar un alto el fuego un¨¢nimemente aceptado por todos sus comandos dado el descontrol de la direcci¨®n respecto al sector bereziak, a punto de romper definitivamente con la organizaci¨®n a causa precisamente de las negociaciones. Dicho sector, encabezado por Apala, se integrar¨ªa pocos meses despu¨¦s en ETA Militar. As¨ª las cosas, el contacto qued¨® interrumpido.

Los 'extra?amientos'

Poco antes de las elecciones del 15 de junio, representantes del Gobierno contactaron con los abogados Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s e l?aki Esnaola, a quienes propusieron la f¨®rmula de los extra?amientos como soluci¨®n provisional al problema de los presos no alcanzados por la amnist¨ªa de 1976. La f¨®rmula es aceptada por los presos, consultados personalmente por los abogados, y son trasladados a Bruselas, Oslo y otras capitales europeas los presos de ETA con mayores condenas (Izko, Gorostidi, Onaind¨ªa, Sarasketa, etc¨¦tera). El ex alcalde de Deva Joaqu¨ªn Aperribai, afiliado al PNV y amigo personal de Marcelino Oreja, desempe?a un papel decisivo.Un nuevo intento negociador, s¨®lo con ETA Militar, se produce en el verano de 1978. Txiki Benegas, desde su puesto de consejero de Interior del Consejo General Vasco, hab¨ªa multiplicado los contactos directos destinados a allanar el camino a una eventual negociaci¨®n directa con el Gobierno central. El gobernador de Guip¨²zcoa -Antonio Ollarzabal-, el abogado I?aki Esnaola y el ya citado Joaqu¨ªn Aperribai habr¨ªan sido algunos de los eslabones intermedios de una cadena que desembocaba en una mesa en la que estaban dispuestos a sentarse el ministro Mart¨ªn Villa, por una parte, y algunos dirigentes de ETA Militar, por otra. En un momento dado los milis habr¨ªan aceptado entrevistarse en Par¨ªs con el ministro de Interior.

Sin embargo, la opini¨®n de la direcci¨®n de ETA no es un¨¢nime respecto a la aceptaci¨®n o no de la negociaci¨®n. Los bereziak, integrados ya en el aparato de los milis son resueltamente contrarios. Como resultado del debate extraordinario convocado para zanjar la pol¨¦mica se llegar¨ªa a una soluci¨®n aparentemente intermedia: se acepta el principio de la negociaci¨®n, pero ¨¦sta debe ser p¨²blica. ETA hace p¨²blico un manifiesto en el que explicita dicha condici¨®n. Pese a la oferta de Mart¨ªn Villa de desplazarse personalmente a Ginebra, el intento de contacto queda inmediatamente quebrado tras hacerse p¨²blica esa condici¨®n.

Despu¨¦s s¨®lo se ha producido la negociaci¨®n entre los dirigentes de Euskadiko Ezkerra y el ministro Ros¨®n, que ha culminado por el momento con la autodisoluci¨®n de ETA-VII Asamblea y la aplicaci¨®n de libertades condicionales o indultos personales a varias decenas de miembros de esta organizaci¨®n encarcelados o exiliados.