Evren Pach¨¢ y sus c¨®mplices
TURQUIA FUE forzada a votar ayer. El poder militar, llamado Consejo de Seguridad Nacional, y formado por un pu?ado de generales, ha redactado, seg¨²n su propia inspiraci¨®n y conveniencia, una Constituci¨®n que someti¨® a refer¨¦ndum. El presidente de ese Consejo, general Evren -llamado servilmente Evren Pach¨¢, a la manera feudal antigua- ha explicado durante una campa?a que ha conducido personalmente qui¨¦nes son los que han pre tendido, o simplemente deseado, ejercer el voto negativo para este refer¨¦ndum: los traidores, los malversadores y corruptos y los pol¨ªticos. Nadie, por tanto, pudo ayer atreverse a caer en ninguna de esas tres defunciones, de las cuales la m¨¢s grave parece ser la de pol¨ªticos, a juzgar por la frecuencia con la que van a la c¨¢rcel y con la que los tribunales especiales pronuncian penas de muerte contra ellos. La Constituci¨®n no ha tenido m¨¢s comentarios, an¨¢lisis o ex¨¢menes que los hechos por el mismo poder que la ha redactado; una vez promulgada por el voto inevitable y forzado de ayer, su texto continuar¨¢ perpetuando lo injusto, impidiendo la existencia de la oposici¨®n, la pol¨ªtica en general, los intentos de recons trucci¨®n sindical -son los sindicalistas los que reciben mayor n¨²mero de penas de muerte y de largo presidio-, la expresi¨®n de ideas, las manifestaciones y otras formas de lo que, fuera de ese r¨¦gimen, se llaman libertades. Convertir¨¢ al dictador en presidente de la Rep¨²blica, fuente ¨²nica del poder: ¨¦l nombrar¨¢ y podr¨¢ destituir a los miembros del Consejo de Control del Estado (es decir, a quienes te¨®ricamente deben controlarlo a ¨¦l), a los del Tribunal Constitucional, y podr¨¢ disolver la Asamblea Nacional. Si la Constituci¨®n anterior (dem¨®crata) de Turqu¨ªa era una definici¨®n de libertades, esta nueva, se g¨²n la expresi¨®n de sus perpetradores, es una definici¨®n de sus l¨ªmites. Toda una farsa. Es el Ejecutivo -Evren Pach¨¢- quien definir¨¢ los pecados de la Prensa, como el que determinar¨¢ si la libertad de asociaci¨®n debe limitar se o prohibirse a aquellas asociaciones que resulten inconvenientes. No parece f¨¢cilmente explicable para qu¨¦ y por qu¨¦ Evren necesita de tal Constituci¨®n y de un refer¨¦ndum en el que el voto ha sido obligatorio, se ha impedido la pro paganda del no y el secreto del sufragio ha sido vulnerado por el color de las papeletas (blancas las afirmativas, azules las escasas negativas). Nadie, salvo unos h¨¦roes c¨ªvicos, ha tenido la posibilidad de votar no. Es, sin embargo, una costumbre bastante frecuente en los reg¨ªmenes antidemocr¨¢ticos, y los espa?oles de no demasiada edad recordar¨¢n alg¨²n que otro refer¨¦ndum preparado por Franco, con el auxilio de su ministro Fraga, y en con diciones de represi¨®n y con objetivos de perpetuaci¨®n del poder del dictador similares a l¨®s de Turqu¨ªa. En el fondo, esta desverg¨¹enza representa una verg¨¹enza subconsciente y una forma de homenaje a los t¨¦rminos de soberan¨ªa popular y democracia: los tiranos necesitan sentirse legalizados. Los aut¨®cratas no se desprenden nunca de unas formas nobles de democracia: simplemente, las envilecen. Votaciones, asambleas, Prensa o manifestaciones no son negadas por los reg¨ªmenes impuestos por la fuerza, sino que son pose¨ªdas, violadas o profanadas. La nobleza que entra?a la palabra Constituci¨®n fue ayer conscientemente violada en Turqu¨ªa por un r¨¦gimen que, llamado a s¨ª mismo para combatir un terrorismo que en parte considerable sal¨ªa de sus propios adictos, ha implantado un terror institucional en todo el pa¨ªs. El refer¨¦ndum no enga?a a nadie: ni a los turcos ni a los dem¨®cratas de todo el mundo solidarios en la lucha contra el general Evren. S¨®lo servir¨¢ para intentar lavar las conciencias de sus aliados, que en ocasiones como esta m¨¢s bien merecen el nombre de c¨®mplices.
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