Las promesas socialistas

Ha ganado el PSOE, de lo cual me congratulo, pues yo le he ayudado con la modest¨ªsima aportaci¨®n -eso s¨ª, muy demandada- de mi voto. Ahora se espera que meta en cintura a los golpistas sin necesidad de restituir la pena de muerte. Se bandear¨¢ con el llamado terrorismo -mejor lucha armada- de forma previsiblemente m¨¢s inteligente que sus predecesores. Hasta es posible que nos iguale,. a nivel econ¨®mico y laboral, a la digna miseria europea. En cambio, no nos sacar¨¢ de la OTAN, todo hay que comprenderlo, pues no es f¨¢cil desprenderse de un seguro de vida frente a potenciales salvadores de la patria.Pero lo m¨¢s preocupante de las expectativas del partido triunfador no es, sin embargo, su posibilidad de cumplir promesas, sino su Msustancialidad en algunas materias. Ha prometido crear 800.000 puestos de trabajo -cifra que corre cualquier riesgo, incluido el de trocarse en cabal¨ªstica o m¨¢gica, pero no el de olvidarse- y adem¨¢s ha propuesto un programa (?) medioambiental. El fantasma de las presiones desarrollistas por la v¨ªa de la demagogia del puesto de trabajo, unido a esa falta de solidez de suu pol¨ªtica medioambiental es, o puede ser, una mezcla tristemente- explosiva. Ruego, en definitiva, al PSOE que no olvide -por muchas prioridades que se invoquen- nuestra marginalidad econ¨®mica (o satelizada) frente a nuestra privilegiada posici¨®n ecol¨®gica. /