La reciente visita del Papa a Espa?a

Estamos asistiendo estos d¨ªas a un espect¨¢culo que, no por esperado, no nos deja de entristecer en nuestra condici¨®n de cristianos pertenecientes a una comunidad de base: la visita del Papa a Espa?a.Entendemos que se est¨¢ manipulando a los cristianos espa?oles por parte de organizaciones religiosas martadamente conservadoras, como pueda ser el Opus Dei; pero esto no tendr¨ªa tanta repercusi¨®n si Juan Pablo II no apoyase expl¨ªcitamente esta campa?a mitificadora y de culto a la personalidad, elevando la figura papal a alturas inalcanzables por el pueblo y atribuy¨¦ndole naturaleza semidivina, cuando, por el contrario, su misi¨®n deber¨ªa ser la de estar al servicio de todo el mundo y no por encima de ¨¦l.

Sin embargo, no acaba aqu¨ª la causa de nuestro pesar, pties el derroche de superficialidad y cerraz¨®n-doctrinal de que ha hecho gala Karol Wojtyla ha superado con mucho el conservadurismo preconciliar. ?C¨®mo puede condenarse, por ejemplo, el divorcio o el aborto de forma tan tajante e indiscriminada si no es desde una visi¨®n excesivamente jerarquizada de la Iglesia, donde el Papa ser¨ªa capaz de dar la clave de cualquier tema sin ni siquiera participar del debate que, de hecho, se est¨¢ dando en la comunidad cristiana, tanto espa?ola como internacional? / (sacerdote) y nueve firmas m¨¢s.