Lech Walesa reitera su firme apoyo a los acuerdos del B¨¢ltico, que hicieron posible el sindicalismo libre polaco
Lech Walesa, presidente del ilegalizado sindicato Solidaridad, reanud¨® ayer su actividad p¨²blica con una conferencia de Prensa en Gdansk, en la que, a pesar de usar un tono moderado, dej¨® claro que "no ha habido ning¨²n acuerdo secreto con el r¨¦gimen ni he prometido nada" y que sigue "siendo fiel a todos los principios de los acuerdos del B¨¢ltico de 1980, de los cuales no me separar¨¦" y que crearon los sindicatos libres. Walesa lleg¨® a su domicilio en el barrio de Zapa, a dos kil¨®metros del centro de Gdansk, en la noche del domingo. Le aguardaban unas quinientas personas, que corearon su nombre y repitieron esl¨®ganes como: "No hay libertad sin Solidaridad".
No ha pasado inadvertido el que, en sus primeras declaraciones, Walesa no haya mencionado expl¨ªcitamente el nombre de Solidaridad. Sin embargo, el l¨ªder del sind¨ªcalismo libre polaco dej¨® claras sus intenciones sin provocar al r¨¦gimen del general Wojciech Jaruzelski."Soy partidario de un acuerdo justo y equitativo", dijo, "pero no nos pondremos de rodillas", y fue expl¨ªcito cuando se le pregunt¨® por su eventual apoyo a los nuevos sindicatos creados por ley a la sombra del poder militar. "Permanezco fiel a los acuerdos de Gdansk de 1980, que prev¨¦n el pluralismo sindical. Cualcluiera que crea en la democracia no puede oponerse a este pluralismo, y quien lo haga est¨¢ en contra de los acuerdos de Gdanks
Walesa habl¨® en la conferencia de Prensa con cautela acerca de la direcci¨®n clandestina, de Solidaridad, que mantiene vivo el esp¨ªritu de lucha del sindicato desde la implantaci¨®n del estado de sitio. "He estado aislado durante once. meses", dijo el l¨ªder sindical, "y estoy mal informado sobre la situaci¨®n. Ante todo es necesario que examine la cuesti¨®n. Por ello, cuando conozca bien las cosas podr¨¦ pronunciarme al respecto".
El antiguo electricista del astillero Lenin de Gdansk confes¨® que su puesta en liibertad le provoc¨® sospechas, al igual que a muchos de sus seguidores, a quienes garantiz¨® en t¨¦rminos inequ¨ªvocos que durante los meses de su internamiento "no firm¨¦ nada, no promet¨ª nada y no negoci¨¦ nada".
Durante la conferencia de Prensa, Walesa tuvo un recuerdo para sus compa?eros que permanecen encarcelados. "Sufro por todos los intemados y mi coraz¨®n est¨¢ junto a ellos. Har¨¦ todo lo que est¨¦ en mi poder para que sean liberados, incluidos aquellos que fueron condenados en virtud del estado de sitio. Har¨¦ todo lo posible para que vuelvan a estar libres, como yo lo estoy ahora; pero para alcanzar tales objetivos actuar¨¦ con medios pac¨ªficos".
Coincidiendo con la liberaci¨®n y las primeras declaraciones de Walesa, el general Jaruzelski respondi¨® a un cuestionario presentado por el diario liberal brit¨¢nico The Guardian, en el que manifest¨® que el futuro de Lech Walesa depender¨¢ de sus actos. "Ser¨¢ juzgado", declar¨® el hombre fuerte de Polonia, "en funci¨®n de la disciplina que observe; de sus declaraciones p¨²blicas, especialmente a la Prensa occidental, y de su actividad futura".
Todos los medios de comunicaci¨®n oficiales polacos se han referido a Walesa como el ex presidente de Solidaridad y han recalcado su situaci¨®n de simple ciudadano y persona privada.
En sus declaraciones a The Guardian, Jaruzelski manifest¨® que est¨¢ impaciente por levantar el estado de sitio, por cuanto supone de obst¨¢culo para el entendimiento nacional, y reiter¨® que la nueva ley sindical ofrece una oportunidad para un movimiento sindical aut¨¦ntico.
Por su parte, Walesa, no explic¨® en la conferencia de Prensa en qu¨¦ utiliz¨® las 36 horas vac¨ªas desde su salida de Arlamow, el pasado s¨¢bado, hasta su llegada a Gdansk.
Algunos rumores se refirieron a la posibilidad de que el l¨ªder obrero se hubiese entrevistado en secreto con Jaruzelski, pero las declaraciones posteriores parecen desmentirlo. El propio Walesa no ha mencionado, ni siquiera indirectamente, el encuentro y ha insistido en la falta de negociaci¨®n por el momento. Por su parte, la agencia de Prensa polaca Pap, al tratar a Walesa de simple ciudadano, le resta importancia oficial para dialogar con el n¨²mero uno del r¨¦gimen.
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