El Vaticano hace examen de sus cuentas
Los cardenales tendr¨¢n que estudiar el modo de afrontar la deuda anual de la Santa Sede, que este a?o es de treinta millones de d¨®lares.
La primera vez que Juan Pablo Il reuni¨® el Colegio Cardenalicio fue en 1.979. De aquella primera reuni¨®n naci¨® la creaci¨®n de la comisi¨®n de quince cardenales, de pa¨ªses ricos y pobres, para estudiar de un modo especial el delicado problema de las finanzas de la Santa Sede. Esta comisi¨®n est¨¢ reunida en este momento en Roma y prepara un informe sobre el tema para la sesi¨®n plenaria de todos los cardenales. Tanto la reuni¨®n de los quince como la del plenum estaban previstas antes de que es tallara el esc¨¢ndalo Marcinkus-Calvi. Pero, evidentemente, ese ser¨¢ el tema m¨¢s candente a debatir: c¨®mo afrontar la deuda anual de la Santa Sede, que este a?o es de treinta millones de d¨®lares. Pera antes, los cardenales, como ya han indicado, desean ser informados a fondo de lo que es paja y de lo que es centeno en todo lo que se ha dicho y escrito, en todo el mundo, sobre el caso Marcinkus y sobre las acusaciones que al IOR (el Instituto Obras de Religi¨®n), presidido por el arzobispo americano, le han hecho la Magistratura y el Gobierno italiano. Y es que, junto a la elecci¨®n de un Papa, decretada en los laberintos impenetrables del c¨®nclave secreto, el balance de las finanzas es uno de los dos tab¨²es fundamentales que en vuelven el planeta vaticano.Nunca ha sido f¨¢cil bucear en las profundidades de las finanzas vaticanas. No lo es tampoco hoy, a pesar de que los recientes esc¨¢ndalos de la quiebra de dos banqueros italianos de fama internacional, Michele Sindona y Roberto Calvi, estrechamente unidos al Vaticano, han obligado a poner muchas cosas sobre el tapete.
La moderna electr¨®nica parece que ha conseguido adue?arse de parte de aquellos secretos del primer tab¨² vaticano: la elecci¨®n de un Papa. Se dice, por ejemplo, que los concili¨¢bulos del ¨²ltimo c¨®nclave, que eligi¨® a Karol Wojtyla, est¨¢n ya en los archivos de algunos servicios secretos extranjeros. Sin embargo, del segundo, el de las finanzas, nadie ha conseguido aclararse a¨²n.
Baste pensar que el mismo Pablo VI, que hab¨ªa decidido enterarse del estado de las finanzas de su min¨²sculo pero, poderoso Estado, muri¨® sin conseguir publicar un balance claro. Y hace s¨®lo unas semanas que el entonces famoso y din¨¢mico sustituto de la Secretar¨ªa de Estado y amigo personal de Montini, el recientemente fallecido monse?or Giovanni Benelli, revel¨® en una entrevista que "yo, en diez a?os de secretario de Estado, jam¨¢s vi un balance del IOR, y eso que intentaba controlarlo todo".
Pero, entonces, se preguntan los observadores, si estas benditas finanzas son un tab¨² para el mismo Papa y sus m¨¢s estrechos colaboradores, ?qui¨¦n las conoce de verdad?
A esto se a?ade hoy el hecho grave de que el Ministerio del Tesoro italiano y los inspectores del Banco Central de Italia afirman que el IOR, el banco del Papa, deber¨¢ pagar por sus responsabilidades en la quiebra del Banco Ambrosiano, del suicidado Roberto Calvi, m¨¢s de 100.000 millones de pesetas. Pero si el IOR puede manejar cifras de tal calibre, ?c¨®mo se puede hablar de crisis financiera de la Santa Sede?
Para poder entender algo de todo este complejo laberinto es preciso distinguir diversas cosas dentro de ese gran archipi¨¦lago que constituyen las finanzas vaticanas... y explicar que en dicho archipi¨¦lago existe una isla encantada, aut¨®noma, solitaria, con plena independencia, de la cual ni el Papa ha sabido nunca nada: es el IOR, el Instituto Obras de Religi¨®n, presidido hoy por el cacareado arzobispo norteamericano Paul Marcinkus, considerado como el gran banquero pontificio. Le ayudan dos banqueros italianos seglares, cat¨®licos: Luigi Minnini, padre de catorce hijos, y Pellegrino de Strobel. El primero ha estado ya en la c¨¢rcel por el c¨¢so Sindona y ahora ambos, junto con el arzobispo Marcinkus, est¨¢n bajo el control de los jueces italianos y sin pasaporte por el crak de Roberto Calvi.
La gran disputa en estos momentos es si de verdad el Vaticano tendr¨¢ o no que pagar las deudas del ex Banco Ambrosiano, tras haber permitido a Roberto Calvi toda una serie de operaciones irresponsables con filiales de su banco en el extranjero gracias a 53, cartas de aval (patronage) firmadas por el presidente del IOR, monse?or Marcinkus. El Vaticano afirma que eran s¨®lo cartas defavor a Calvi y que no tienen valor jur¨ªdicamente. Lo contrario opinan el Banco de Italia, el ministro del Tesoro y los jueces de Mil¨¢n. Si el Vaticano, por haber jugado con gran habilidad, resultara defendible desde el punto de vista estrictamente jur¨ªdico, ?esto le absolver¨ªa moralmente?, se preguntan muchos cat¨®licos y seglares ante los acreedores del ex Ambrosiano, la mayor parte de los cuales, parad¨® jicamente, son institutos religiosos y peque?os bancos cat¨®licos apoyados por curas y obispos. Pero para poder internarse en estos meandros jur¨ªdico-morales es necesario recordar c¨®mo han nacido dentro del Vaticano- las tentaciones de los negocios. C¨®mo de las limosnas de los fieles se ha pasado a las grandes operaciones financieras con inversiones en medio mundo.
Canales de ingresos
Hay que tener en cuenta cu¨¢les son hoy los canales conocidos y p¨²blicos de los ingresos de la ciudad del Vaticano con los cuales se sostiene econ¨®micamente toda la m¨¢quina que gira alrededor del Papa, desde los nuncios apost¨®licos a los trabajadores del Vaticano, al servicio de seguridad, a las diversas congregaciones romanas, a los viajes del Papa y de sus colaboradores a trav¨¦s del mundo, etc¨¦tera. En total, seis son esos canales conocidos.
1. El ¨®bolo de san Pedro es la colecta que cada a?o se hace en todas las di¨®cesis del mundo el d¨ªa 29 de junio, fiesta de San Pedro y San Pablo, y cuya recaudaci¨®n se env¨ªa directamente al Papa. ?C¨®mo naci¨® esta iniciativa? Cuando en 1849 P¨ªo IX estaba en exilio voluntario en Gaeta, el Vaticano estaba sin un real. Todo el dinero se hab¨ªa gastado para defenderse de las intemperancias liberales y resurgimentales de los s¨²bditos de Su Santidad. Las arcas pontificias estaban vac¨ªas de verdad. ?Qu¨¦ hacer? La situaci¨®n la resolvi¨® un cardenal de gran inteligencia y fantas¨ªa, Gi¨¢como Antonelli. Se le ocurri¨® organizar una colecta mundial entre todos los fieles cat¨®licos para ayudar al Papa. Y los resultados fueron sorprendentes, sobre todo en Francia.
La idea cuaj¨® hasta el punto de que en 1960 dicha colecta qued¨® institucionalizada: se llamar¨ªa ¨®bolo de san Pedro. Permanece a¨²n en nuestros d¨ªas. Es la mayor fuente de ingresos del Vaticano. La suma recogida cada a?o es, adem¨¢s, un term¨®metro para conocer la popularidad del Papa en el mundo. Por ejemplo, creci¨® mucho con Juan XXIII y disminuy¨® con Pablo VI, sobre todo porque era considerado en los paises mas ncos como un poco "de izquierdas". Ahora, con el papa Wojtyla lanzado por la publicidad de sus viajes intemacionales, ha vuelto a aumentar considerablemente. Dicho ¨®bolo fue la salvaci¨®n del Vaticano cuando ¨¦ste perdi¨® los estados pontificios y dej¨® de recibir los impuestos de los s¨²bditos de media Italia.
2. F¨¢brica de San Pedro. Administra todos los ingresos de los fieles y turistas que pasan por la bas¨ªlica: misas, limosnas, etc¨¦tera. D¨ªcen que est¨¢ en d¨¦ficit.
3. El governatorato. Se encarga de administrar los museos, la venta de sellos, monedas, la radio vaticana, etc¨¦tera. Tambi¨¦n este departamento se asegura que tiene un balance negativo.
4. Ex Propaganda Fide. Es la que recoge la recaudaci¨®n cada a?o del D¨ªa del Domund y se encarga de ayudar a las misiones cat¨®licas. No llega al Vaticano.
5. El IOR, el famoso banco presidido por monse?or Marcinkus. Junto con Propaganda Fide, esta instituci¨®n es la ¨²nica que no depende de la Secretar¨ªa de Estado. Es aut¨®noma y de esta autonom¨ªa, que le ha convertido en un feudo, han podido surgir los esc¨¢ndalos de Sindona y Calvi.
Por todo control tiene una comisi¨®n de cinco cardenales de curia que se re¨²nen una vez al a?o con monse?or Marcinkus. Este les pone dentro de una carpeta -que no pueden llevarse a casa- un fajo de papeles llenos de n¨²meros y operaciones bancarias que los dichos cardenales ni leen, porque les parece chino. Ellos preguntan s¨®lo si el IOR gana o pierde y se f¨ªan de monse?or Marcinkus, el cual, seg¨²n voces que corren en el Vaticano, les coloca dentro de la carpeta un sobre con cinco millones de liras "para sus obras de caridad" y "por las molestias de asistir a la reuni¨®n".
El IOR naci¨® el 27 de junio de 1942. Lo fund¨® P¨ªo XII. La sigla significa Instituto Obras de Religi¨®n. En el Vaticano se enfadan cuando se dice que es un banco, pero lo cierto es que dicho instituto act¨²a como tal en toda regla, con todas sus tentaciones especulativas. Es un banco en el que tienen su cuenta casi todos los institutos, congregaciones y ¨®rdenes religiosas de medio mundo, todos los nuncios apost¨®licos y todo el personal seglar y eclesi¨¢stico del Vaticano. Hasta el Papa tiene su cuenta personal. La de Juan Pablo Il tiene el n¨²mero 16/16. Originanamente, las ganancias del IOR deb¨ªan ser destinadas a obras de beneficencia y religi¨®n, pero lo cierto es que nadie sabe ad¨®nde van a parar, ya que ni siquiera acaban en las arcas vaticanas tradicionales. Por eso el Papa puede decir con verdad que el Vaticano tiene graves dificultades econ¨®micas, porque no cuenta con el IOR.
6. El APSA es la Administraci¨®n Especial de la Santa Sede, creada por P¨ªo XI para administrar el regalo hecho por Benito Mussolini al Vaticano el 29 de febrero de 1929, fecha de la firma de los pactos de Letran. Aquel regalo y aquella firma sellaron el final de las disputas entre la Santa Sede y el Estado italiano. La cantidad fue de setecientos millones de liras de aquella ¨¦poca y de 100.000 millones en buoni del Tesoro, al 5%. El APSA, adem¨¢s de administrar estos fondos de entonces, tiene tambi¨¦n la responsabilidad de todo el patrimonio actual de la Santa Sede, que se calcula en unos doscientos millones de d¨®lares. Su mayor riqueza est¨¢ constituida por 5.000 pisos alquilados. Pero el balance es negativo porque tiene que hacer frente a los 4.000 empleados del Vaticano, a la manutenci¨®n de los edificios p¨²blicos, a la publicaci¨®n del Osservatore Romano, etc¨¦tera.
Para controlar los diversos organismos que se encargan de las finanzas vaticanas, Pablo VI instituy¨® el 15 de agosto de 1967 la PAE, es decir, la Prefectura para los Asuntos Econ¨®micos de la Santa Sede. Es una especie de tribunal de cuentas y tambi¨¦n del Ministerio de las Finanzas. Pero misteriosamente tambi¨¦n esta vez el IOR qued¨® fuera del nuevo organismo papal y, por tanto, aut¨®nomo y sin control. Es un misterio.
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