Los ordenadores personales, un medio ¨²til de aproximaci¨®n a la inform¨¢tica
"No se ponga nervioso al enfrentarse por primera vez a su ordenador. Es muy f¨¢cil. Todo empieza con la presentaci¨®n del men¨² para que usted elija...". Con estas frases u otras parecidas empiezan los manuales dirigidos a los usuarios de los ordenadores llamados personales, que este a?o han demostrado en la feria de la inform¨¢tica, SIMO, que se clausura ma?ana en Madrid, que empiezan a ocupar un lugar importante en el mercado.
Acercar los ordenadores a la peque?a empresa, a profesionales y hogares significa realizar un esfuerzo por desmitificar la inform¨¢tica y hacerla asequible a quien no tiene la menor formaci¨®n en este campo, hasta ahora reservado a los iniciados. "La aparici¨®n de la inform¨¢tica se puede comparar a la de la escritura", se?ala Javier Garc¨ªa, de CITEMA, fundaci¨®n promotora del SIMO, y director t¨¦cnico de una empresa que comercializa ordenadores, "y la aparici¨®n de la inform¨¢tica personal significa lo mismo que signific¨® la imprenta, que hizo que la lectura y la escritura salieran de un c¨ªrculo limitado. Ahora todo el mundo sabe leer y escribir, y dentro de pocos a?os todo el mundo deber¨¢ tener unos conocimientos b¨¢sicos de inform¨¢tica para ejercer cualquier actividad".Aunque las definiciones no est¨¦n todav¨ªa muy cuajadas, se puede decir que el ordenador personal es el destinado a que lo utilice una sola persona en cada momento, con la salvedad de que esta persona no es un t¨¦cnico en inform¨¢tica y, probablemente, nunca antes ha pasado de manejar una calculadora electr¨®nica. Esto tiene repercusiones en dos campos; por un lado, el ordenador tiene que salir del c¨ªrculo de iniciados, lo que significa desde adoptar nueva nomenclatura -fuera siglas y n¨²meros que no dicen nada y bienvenidos los nombres cortos, euf¨®nicos, los logotipos y todas las t¨¦cnicas del marketing-, a simplificar los programas y perfeccionar todo para hacer m¨¢s atractivo y c¨®modo el manejo a los clientes potenciales. Por otro lado, el ordenador debe convertirse en un elemento cotidiano, como lo es un televisor en un hogar o una fotocopiadora en una oficina. Pasa a ser, por tanto un bien de consumo, en la mayor¨ªa de los casos no estrictamente imprescindible.
El ordenador personal se acerca al p¨²blico adoptando formas ya conocidas: teclado de m¨¢quina de escribir, con impresora de puntos o de margarita para una mejor calidad de impresi¨®n, posibilidad de utilizar la pantalla del televisor para presentaci¨®n de los datos, integraci¨®n de la m¨²sica, el color y, en suma, interacci¨®n con los dem¨¢s elementos familiares al usuario.
Dos sectores diferenciados
En el campo de los ordenadores personales existen dos sectores con una frontera no muy clara, fijada por el precio, que suele estar en relaci¨®n directa con las prestaciones que es capaz de dar el ordenador. Los verdaderos ordenadores personales, seg¨²n los entendidos, son los que tienen un precio que oscila entre las 200.000 pesetas y el mill¨®n de pesetas. Son empresas que nacieron para este sector del mercado, como Apple, o grandes firmas del sector de la inform¨¢tica y la electr¨®nica que han querido introducirse en un mercado potencialmente atractivo, como Digital, IBM, Wang, Philips, Olivetti o Sanyo, por citar algunas de las numerosas existentes. Suelen constar de una unidad central de proceso (CPU) con memoria de trabajo, una pantalla, un sistema de almacenamiento de datos o memoria externa en diskettes (discos flexibles), y una impresora para poner los datos en papel.En los ordenadores m¨¢s grandes de esta gama el soporte de la memoria externa suele ser el disco r¨ªgido, que tiene mayor capacidad de almacenamiento y mayor velocidad de acceso. Los personales son ordenadores dirigidos a la peque?a empresa, lo que en el argot inform¨¢tico se llama la mecanizaci¨®n del pobre, y a profesionales de libre ejercicio, como m¨¦dicos, abogados, corredores de bolsa, ingenieros, arquitectos, escritores... Sirven para llevar al d¨ªa la facturaci¨®n, la contabilidad, hacer c¨¢lculos t¨¦cnicos, tratamiento de textos y existen programas numerosos para aplicaciones espec¨ªficas seg¨²n las profesiones.
Por debajo de esta gama est¨¢ el campo de los ordenadores dom¨¦sticos, lo que en Estados Unidos se llaman home computers, y que muchos expertos comparan a calculadoras electr¨®nicas sofisticadas. Sin embargo, es un campo que evoluciona muy r¨¢pidamente, y se perfecciona tambi¨¦n r¨¢pidamente. Los precios bajan de a?o en a?o, pero actualmente este tipo de ordenadores son limitados en sus prestaciones. Los ordenadores dom¨¦sticos, que se pueden adquirir desde las 20.000 pesetas, suelen constar de una unidad central de proceso (CPU) de peque?o tama?o y atractivo dise?o, con una memoria interna muy peque?a. A esto se a?ade normalmente una impresora, y tienen la posibilidad de visualizar datos en la pantalla de un televisor, y la de almacenar programas en casetes musicales de las utilizadas corrientemente. Algunos equipos son compactos y port¨¢tiles. Junto con el ordenador se suelen vender cartuchos, que constituyen la denominada memoria muerta, que se puede leer, pero no modificar.
Los m¨¢s vendidos
La limitaci¨®n de prestaciones no impide que este tipo de ordenadores est¨¦n siendo los m¨¢s vendidos. Marcas como Atari, Sinclair o Commodore empiezan a ser conocidas del gran p¨²blico. Estos peque?os ordenadores son como juguetes, tanto para ni?os como para mayores, y en ellos ven los expertos la base de una educaci¨®n necesaria para las nuevas generaciones, que se van a encontrar la inform¨¢tica en todos y cada uno los campos en los que act¨²en dentro de cinco o diez a?os. La manipulaci¨®n de un simple ordenador de este tipo en casa permitir¨¢ al ni?o adquirir la mentalidad inform¨¢tica y, adem¨¢s, tienen unas grandes posibilidades educativas, que ahora empiezan a desarrollarse. Para los mayores con ciertas posibilidades econ¨®micas la novedad es casi la misma, porque tampoco saben inform¨¢tica.Este tipo de ordenadores lo compran aficionados a la inform¨¢tica, universitarios o t¨¦cnicos que quieren practicar, que empiezan a hacer sus pinitos de programaci¨®n y que disfrutan con la m¨¢quina. Adem¨¢s, pueden utilizarlo para mantener en orden sus cuentas, sus inversiones en bolsa y cosas similares.
En Espa?a el mercado de los ordenadores personales es muy reciente, tiene dos o tres a?os de antig¨¹edad. Este a?o, con la introducci¨®n de marcas punteras en todo el mundo y de cadenas de distribuci¨®n multinacionales, es cuando el mercado ha empezado a cobrar importancia.
"En Espa?a ahora mismo tenemos de todo, aunque en poca cantidad," explica Javier Garc¨ªa, "y por eso mismo el mercado es ca¨®tico. Ante las perspectivas de venta f¨¢cil, se importan muchas marcas, y yo estoy seguro de que no existe personal especializado suficiente para prestar un soporte adecuado tan amplio". El usuario corre as¨ª el peligro de encontrarse dentro de dos a?os con un ordenador que ya no se comercialice, o de no tener la posibilidad de efectuar consultas, disfrutar de soporte t¨¦cnico o ampliar el ordenador que compr¨¦ con tanta ilusi¨®n. La tendencia, probablemente, ser¨¢, en los pr¨®ximos dos o tres a?os, al predominio de cuatro o cinco marcas. Alrededor de estas marcas se estructurar¨¢n los clubes de usuarios, las bibliotecas de programas, la posibilidad de programaci¨®n de software, los libros y revistas y todos los elementos de un ambiente todav¨ªa incipiente en Espa?a, pero que se desarrolla inevitablemente, como se ha visto en otros pa¨ªses, en paralelo.
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