La carta china

Aun en los tiempos en que la carta china constitu¨ªa un triunfo en manos americanas y occidentales, no faltaban especialistas que advirtieron que no pod¨ªa ser duradera la disputa ideol¨®gica y pol¨ªtica entre Pek¨ªn y Mosc¨². Esta advertencia se ha visto confirmada: en Washington se sigue con creciente atenci¨®n e inquietud c¨®mo el nuevo jefe sovi¨¦tico, Andropov, se esfuerza en intensificar las relaciones con China. ( ... )Los dos pa¨ªses comunistas gigantes, desde el peor momento de sus relaciones -durante los incidentes de 1969 en r¨ªo Ussuri-, hab¨ªan ido poco a poco aproxim¨¢ndose. Pese a los ret¨®ricos ataques contra los mao¨ªstas, persist¨ªa el deseo sovi¨¦tico de una normalizaci¨®n con su gran vecino oriental, lo que era bien conocido por la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Desde la ¨²ltima visita de Deng Xiao Ping a Washington, durante la presidencia de Carter, se hizo evidente que Pek¨ªn no se dejar¨ªa instrumentalizar por Estados Unidos. ( ... )

Por otra parte, algunos te¨®ricos americanos afirman que a Estados Unidos no le interesa la tensi¨®n permanente entre Mosc¨² y Pek¨ªn o la repetici¨®n de incidentes militares entre ambos pa¨ªses. ( ... )

Ahora bien, lo ¨²nico cierto es que Reagan deber¨ªa cambiar su pol¨ªtica con China y que los acuerdos de Shanghai de 1972 ya no son suficientes. Existe la posibilidad de que Washington, mediante la concesi¨®n de ayuda econ¨®mica a China y el suministro de armamento, logre intensificar y mejorar sus relaciones con ese pa¨ªs.

, 24 de noviembre