Lector impenitente y socialdem¨®crata convencido
Suele encontr¨¢rsele, en las ma?anas de los s¨¢bados, en la Librer¨ªa Francesa del paseo de Gracia barcelon¨¦s. Se acerca, con movimientos autom¨¢ticamente sigilosos, a un estante donde yacen las novedades po¨¦ticas, entre las que el dependiente acostumbra a guardarle el ¨²ltimo ejemplar de la revista italiana L'Espresso. Es el verdadero Ernest Lluch, un feroz, implacable, tenaz e inmisericorde devorador de p¨¢ginas.Lluch naci¨® en Vilassar de Mar, en la comarca barcelonesa del Maresme, el 31 de enero de 1937, y es licenciado en Ciencias Econ¨®micas por la Universidad de Barcelona y profesor agregado de Historia de las Doctrinas Econ¨®micas. Sus actividades pol¨ªticas se remontan a su ¨¦poca de estudiante, en la que fue el primer delegado elegido democr¨¢ticarnente, desde el final de la guerra civil, en la Universidad de Barcelona. Fundador de Convergenc¨ªa Socialista y despu¨¦s portavoz parlamentario del grupo Socialistes de Catalunya, destac¨® en los grandes debates econ¨®micos de los Gobiernos de UCD y origin¨® pol¨¦mica dentro de su mismo partido al defender una LOAPA remozada, pero LOAPA al fin y al cabo, que tan dif¨ªcil de digerir est¨¢ resultando al socialismo catal¨¢n.
Como economista, trabaj¨® en banca y en urbanismo, en Banca Catalana-primera ¨¦poca y en el Area Metropolitana de Barcelona. En la ense?anza, ocupa la C¨¢tedra de Historia de las Ideas Econ¨®micas en la Universidad de Barcelona. El r¨®tulo de esta c¨¢tedra se aproxima a la definici¨®n que mejor le encaja: buscador, reconstructor y difusor de ideas. Su tesis doctoral, le¨ªda hace ahora doce a?os y publicada en 1973 con el t¨ªtulo El pensament econ¨®mic a Catalunya, 1760-1840, simboliza perfectamente esta posici¨®n arquitectural de la econom¨ªa: Lluch busc¨® y encontr¨® un pensamiento econ¨®mico catal¨¢n surgido al comp¨¢s de la revoluci¨®n industrial, no s¨®lo en las grandes figuras olvidadas, sino tambi¨¦n en materiales castigados por la censura de la ¨¦poca y en su repercusi¨®n en la vida cotidiana a trav¨¦s de la Prensa.
Esta tarea de reconstrucci¨®n no se apoy¨® s¨®lo en arquitrabes del pasado. Este hombre de 45 a?os,con una memoria prodigiosamente ir¨®nica, ha estado durante: muchos a?os lanzado, desde su primer estudio veintea?ero sobre el comercio exterior de Catalu?a, a la labor de equipo. Miembro del C¨ªrculo de Econom¨ªa, en el que coincidi¨® por los sesenta con un Ferrer Salat en su esplendor europe¨ªsta, fue luego inspirador del movimiento de especialistas conocido como Econom¨ªa Cr¨ªtica, que tuvo su fulgor progresista y barcelon¨¦s en los primeros setenta y cre¨® escuela tambi¨¦n en Valencia, adonde le llev¨® la carrera un?versitaria. Tambi¨¦n forma parte del jurado del Premi d'Honor de les Lletres Catalanes.
Enamorado de las ideas -y de su mujer y sus tres hijas, principales vicios, junto a la lectura, de sus fines de semana en su mas¨ªa gerundense, lejos del puente a¨¦reo, habitual desde 1977, en que fue elegido diputado-, Ernest Lluch no se aferra a ellas con el ardor del fan¨¢tico: m¨¢s bien parece utilizarlas en la b¨²squeda de una posici¨®n operativa.
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