La duda 'hamletiana'
"La ¨²ltima vez que vi a Miguel Boyer fue en la gigantesca manifestaci¨®n que hubo en Madrid cuando llegaron al cementerio civil de Madrid los restos de Largo Caballero", dec¨ªa hace pocas semanas uno de los diputados del PSOE. Con ello pretend¨ªa reflejar dos aspectos: la posible contradicci¨®n de que uno de los socialistas m¨¢s moderados asistiese al entierro en Espa?a del llamado Lenin espa?ol, y el eventual alejamiento del actual superministro econ¨®mico de las estructuras b¨¢sicas del partido.Siguiendo la biograf¨ªa de Boyer, 49 a?os, nacido en San Juan de Luz de una familia republicana aza?ista, se puede comprender que no existe tal contradicci¨®n. Boyer est¨¢ casado con Carlota Bustelo, hermana del actual presidente del INI, Carlos Bustelo, y prima de Leopoldo Calvo-Sotelo. Realzando su moderaci¨®n, hay que recordar que Boyer era socialista cuando m¨¢s del 90% de los que hoy militan en el PSOE no lo eran o ni siquiera conoc¨ªan que siguiese operando el partido. Ingres¨® en la entonces radical Asociaci¨®n Socialista Universitaria (ASU) en 1958, y en el PSOE, en los primeros a?os sesenta, al que ha continuado afiliado hasta ahora, con una breve interrupci¨®n de dos meses, durante los cuales milit¨® en el Partido Socialdem¨®crata de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez.
Sin embargo, existe la creencia generalizada de que Boyer ha estado repet¨ªdamente alejado de los miembros del aparato socialista que han realizado los diferentes programas econ¨®micos en los dos ¨²ltimos a?os. Este alejamiento es el que produjo cierta sorpresa cuando hace tres semanas, una vez conocido el triunfo socialista en las elecciones, Boyer apareci¨® junto con Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra en la cumbre celebrada con los m¨¢s altos representantes del empresariado espa?ol y se anunci¨® que habr¨ªa un superministerio formado por Hacienda, Econom¨ªa y Comercio. Desde este momento, Boyer se convirti¨® en su titular con poco margen de duda.
Para comprender la ascensi¨®n de este economista-f¨ªsico, ciclot¨ªmico -que un d¨ªa abandon¨® su esca?o en el Congreso "por aburrimiento"-, hay que aportar un dato: la confianza pol¨ªtica y personal de Felipe Gonz¨¢lez en ¨¦l, sustentada en muchos a?os de amistad y asesoramiento. Cuando Gonz¨¢lez, reci¨¦n elegido secretario general del PSOE, lleg¨® a Madrid, no conoc¨ªa a la clase pol¨ªtica del momento, y el lujoso chal¨¦ madrile?o que Boyer tiene en El Viso fue testigo de numerosas entrevistas de importancia capital para entender el desarrollo de la transici¨®n.
Para conectar con el aparato del partido, Boyer se ha rodeado por buena parte de los t¨¦cnicos que han participado en la elaboraci¨®n de las tesis del PSOE. Secretarios del Estado, subsecretarios y directores generales de Econom¨ªa, Hacienda y Comercio, estas personas -algunas de ellas ajenas al partido- mantendr¨¢n una l¨ªnea ejecutiva complementaria con la permanente duda hamletiana de Boyer. Por otra parte, el superministro tiene mucho que a?adir a lo que les falta a otros representantes econ¨®micos del PSOE: sus relaciones con los poderes econ¨®micos y con la llamada beautiful people (profesionales progresistas de alto nivel econ¨®mico).
Miguel Boyer fue subdirector de Estudios del INI bajo la direcci¨®n de Juan Manuel Kindel¨¢n; tras un grave accidente de KindeI¨¢n, Claudio Boada, a la saz¨®n presidente del INI, le ascendi¨® a director del departamento, cargo en el que permaneci¨® bajo la presidencia de Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. Posteriormente fue contratado como director de Planificaci¨®n Estrat¨¦gica de Explosivos Riotinto, bajo la direcci¨®n de Leopoldo Calvo Sotelo y Juan Mir¨® Chavarr¨ªa. M¨¢s adelante se incorpor¨® al Servicio de Estudios del Banco de Espa?a, gobernado por Jos¨¦ Ram¨®n Alvarez Rendueles y Mariano Rubio. El a?o pasado, CIaudio Boada repesc¨® a Miguel Boyer para el staff del Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH), cargo que ocupaba en la actualidad.
Sus posiciones econ¨®micas moderadas conectan con lo que el PSOE ha venido defendiendo en los ¨²ltimos tiempos: la necesidad de modernizar el pa¨ªs antes que hacer socialismo. Estas posturas son las que le deciden declarar casi a un tiempo que "no hay apenas diferencia entre la pol¨ªtica econ¨®mica que pueden aplicar el PSOE y UCD" y que "la autogesti¨®n en la empresa se implantar¨¢ en Espa?a, aunque no llegue ni ma?ana ni pasado".
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