Peque?as guerras y grandes batallas de una gran ciudad
Narc¨ªs Serra se ha despedido de la alcald¨ªa de Barcelona asegurando que deja el cargo que m¨¢s ilusi¨®n le ha hecho
El primer tira y afloja en el primer ayuntamiento democr¨¢tico que Barcelona conoc¨ªa en muchos a?os, fue por el reparto de las ¨¢reas; el segundo, por la asignaci¨®n de los despachos. Hubo quien fue un d¨ªa antes a echar una mirada a su futuro cub¨ªculo. Los tenientes de alcalde acabaron sorte¨¢ndoselos. El entonces teniente de alcalde convergente Antoni Comas estuvo entre los m¨¢s afortunados. Al teniente de alcalde comunista Josep Miquel Abad, en cambio, le toc¨® una dependencia vetusta. Entre los concejales se produjeron las verdaderas disputas, con el problema adicional de que el Pacto de Progreso daba menos margen a componendas: Y a peque?as miserias. Incluso hubo un edil que, ya en el despacho, pregunt¨® : "?D¨®nde est¨¢n las entradas del Liceo?".Pero ser¨ªa injusto detenerse en el anecdotario. Pronto el aterrizaje del consistorio permiti¨® comenzar a fer feina. Algunos, con demasiada prisa, desempolvaron proyectos el ba¨²l municipal, como la sempiterna Copacabana catalana, el proyecto de relanzamiento de la playa de la Barceloneta, que hizo sonre¨ªr a m¨¢s de un decano periodista. Otros, con m¨¢s habilidad -el caso de LLu¨ªs Reverter-, hicieron de su peque?a parcela una m¨¢quina imprescindible de la alcald¨ªa.
"Nadie quer¨ªa el departamento de Relaciones Ciudadanas, porque pensaban que era s¨®lo entregar Damas del Paraguas, y a los pocos meses hubo quien se arrepinti¨® de haberlo despreciado", comenta el futuro director general del Ministerio de Defensa.
LLu¨ªs Reverter colabor¨® eficazmente en la tarea de vender una imagen amable de Barcelona. Sin frases grandilocuentes, se dedic¨® a ir a todas las cenas, actos, misas o inauguraciones menores a los que no pod¨ªa acudir el alcalde, y se hizo imprescindible. Para Narc¨ªs Serra y para la ciudad. Aseguran que la Reina siente un especial aprecio por este concejal que asegura que "ya de peque?o jugaba con los soldados de plomo formando ceremonias de protocolo". Vocaci¨®n, sin duda.
Primero, el consistorio puso orden. Muchos no entendieron que la izquierda no entrara en el ayuntamiento inaugurando plazas. Pero el descontrol interno y los impagados de anteriores gestiones fueron un bast¨®n inesperado en las ruedas del carro municipal. Una de las primeras pruebas de fuego a las que se vio sometido el consistorio fue el rechazo por parte de muchos funcionarios de la reforma administrativa, ahora glosada hasta la saciedad por los t¨¦cnicos del nuevo Gobierno. Pasqual Maragall, art¨ªfice de la dura tarea, criticado en los pasillos y en la calle, permaneci¨® imperturbable, erre que erre, lo que contribuy¨® a consolidar su imagen de hombre duro, tras un rostro de muchacho travieso. Un alcalde socialista, un teniente de alcalde socialista y otro comunista, y un tercero convergente, que empezaba a desmarcarse, tuvieron que o¨ªrse cr¨ªticas en la plaza de Sant Jaume. Manifestaciones en las que hab¨ªa incluso funcionarias con la bolsa de la compra -est¨¢ tan cerca el mercado de la Boquer¨ªa que a algunas dilectas funcionarias, amas de casa, les costaba resistirse-, dieron paso a una toma de conciencia por parte de sectores progresistas del funcionariado, que manifestaron su apoyo al equipo de gobierno. Y de cinco horas de trabajo se pas¨® a siete, previos pactos sindicales. La productividad hizo mejorar la imagen ciudadana del funcionario y redund¨® en un mejor servicio. Y los relojes de fichar siguen en la entrada, incluso en los hospitales municipales. El ¨²ltimo coletazo de la reforma administrativa ha sido el conflicto delos m¨¦dicos de Centro Municipal de Urgencias Perecamps, hace apenas un par de meses. La batalla de las batas blancas fue dura. El ayuntamiento no estaba dispuesto a tolerar que unos funcionarios, aunque fueran m¨¦dicos, trabajaran s¨®lo veinticuatro horas seguidas a la semana y una extra?a guardia de una hora diaria el resto.
Bal¨®n de ox¨ªgeno for¨¢neo
El cap¨ªtulo urban¨ªstico ha sido notable. Josep Maria Socias Humbert inici¨® una pol¨ªtica de compras de espacios libres muy importante: la Espa?a Industrial, la Sedeta, el Parc de les Aig¨¹es, el Matadero..., que el ayuntamiento democr¨¢tico tuvo que acabar de pagar. No fue ponsable de Hacienda. hasta la negociaci¨®n de cr¨¦ditos internacionales en el oto?o de 1980 cuando el ayuntamiento recibi¨® un bal¨®n de ox¨ªgeno, cuyos frutos comienzan a verse. Narc¨ªs Serra y Ernest LLuch, los dos ministros catalanes, intervinieron ayer en una fiesta popular en el centro c¨ªvico de Hostafrarics, una de las realizaciones posibles gracias a estos cr¨¦ditos. Joan Mir¨® preside con una singular estatua, La dona i l'ocell, el bosque de palmeras del parque de la Pau; Barcelona dispone de una plaza mayor que la de Catalunya -la S¨®ller- en un barrio perif¨¦rico; un espl¨¦ndido estanque sirve de espejo a la Sagrada Familia en un espacio libre inaugurado el a?o pasado; las playas basurero del Poble Noti vuelven a poder llamarse Mar Bella... Todo ello por la gesti¨®n de los ¨²ltimos a?os.
Oriol Bohigas, delegado de servicios de Urbanismo, y hasta su llegada al ayuntamiento director de la Escuela de Arquitectura, ha sido uno de los hombres que han resultado decisivos en esta nueva etapa, independientemente de algunas pol¨¦micas.
Narc¨ªs Serra -"necesito cada a?o relajarme en Salzburgo, escuchando los conciertos de A?o Nuevo"- ha llevado las riendas de la alta pol¨ªtica. Desde el A?o Picasso hasta la participaci¨®n en la gesti¨®n del Liceo. Jacqueline P?casso, maravillada por la sensibilidad art¨ªstica del alcalde de Barcelona, don¨® una importante colecci¨®n de cer¨¢micas del genial malague?o a la ciudad. Conciertos populares, junto a grandes conciertos, han revitalizado el teatro del Liceo, s¨ªmbolo ciudadano. La gesti¨®n personal del alcalde permiti¨® un concierto gratuito, al aire libre, de Montserrat Caball¨¦ ante la catedral.
Pero, al lado de la Cultura con may¨²scula, el consistorio ha impulsado lo que Fleriry Lef¨¨bvre ha denominado "recuperaci¨®n de la fiesta". Medio mill¨®n de personas cantando "?Bienvenidos!" con Miguel R¨ªos, en junio, con rockeros y ancianas api?andose, ante el monumento a Col¨®n, es todo un dato. "P... madre, t¨ªos", lleg¨® a exclamar el cantante, mientras Antonio Figueruelo recolocaba a los butanitos de la Protecci¨®n Civil.
Unidad, pero menos
Al lado de la fiesta, ha habido dos huelgas que han quitado el sue?o del alcalde: basuras y metro. En ambos conflictos el alcalde se mostr¨® inflexible y estuvo en un tris de romperse el compromiso de gobierno entre socialistas y comunistas. En la huelga de basuras, por orden del alcalde, se incautaron los camiones de la empresa concesionaria FOCSA, y, prescindiendo de las cr¨ªticas de esquirolaje, personal municipal recogi¨® los desperdicios. Hubo quien pens¨® que la sangre podr¨ªa llegar al r¨ªo. Pero, al final, se acab¨® firmando el convenio y las bolsas de pl¨¢stico volv¨ªeron a los camiones.
Pero la verdadera crisis, o minicrisis, lleg¨® con la ruptura del pacto de Gobierno por parte de Converg¨¦ncia i Uni¨® y Esquerra Republicana., por considerar que las ayudas del Gobierno de Madrid al ayuntamiento eran una tutela intolerable de la gesti¨®n. Era el 9 de octubre de 19,81, buen momento para desmarcarse de la izquierda ante el horizonte electoral. Poco despu¨¦s los convergentes azuzaron a los gremios por la pol¨ªtica de impuestos, aunque en realidad continuaba la pol¨ªtica seguida por Antoni Comas, hasta entonces responsable de Hacienda.
El metro, igual que el autob¨²s, ha sido una carga financiera para el ayuntamiento. Ante los o¨ªdos sordos, de la Adminsitraci¨®n, ya Socias dio un d¨ªa un portazo en el gabinete ministerial de turno y Rodolfo Mart¨ªn Villa tuvo que calmarle con una llamada a la sala de embarque del puente'a¨¦reo. El ayuntamiento democr¨¢tico s¨®lo ha conseguido congelar el d¨¦ficit, pero este es uno de los asuntos pendientes, con los que el Gobierno socialista. tendr¨¢ que enfrentarse.
Barcelona en estos a?os ha tenido tambi¨¦n una destacada proyecci¨®n internacional. Serra fue el primer alcalde que habl¨® en un foro europeo, sin ser miembro de la Comunidad.
Por la ciudad han pasadopersonalidades tan destacadas como el papa Juan Pablo II, el presidente de la Internacional Socialista, Willy Brandt, o el presidente italiano Sandro Pertini.
Esta proyecci¨®n internacional de la, ciudad se ha manifestado tamb¨ªen en la reivindicaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos. Hace apenas un mes, Josep Miquel Abad, a la vuelta de la segunda invitaci¨®n de un organismo europeo, pas¨® de inc¨®gnito por Lausana, para explicar a Juan Antonio Samaranch, presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, la estrategia ol¨ªmpica en los pr¨®ximos meses. Samaranch le dio ¨¢nimos y una aguja de corbata en oro con los aros ol¨ªmpicos. Ya faltaba menos.
Serra seva, llega Maragall. Dos hombres y un destino. Serra, como Rius i Taulet, quiere volver. Y bajito, sonriendo, al preguntarle si le gustar¨ªa tener una estatua, dice"S¨ª, pero sentado, debe ser muy duro estar de pie toda la eternidad; y, sobre todo, quiero tener buena vista".
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