El pol¨¦mico montaje de Flor de Oto?o', de Rodr¨ªguez M¨¦ndez, en el teatro Espa?ol, de Madrid
La obra Flor de Oto?o, escrita en 1973 por Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez M¨¦ndez y estrenada en Valencia el pasado 7 de octubre, se representa a partir de hoy en el teatro Espa?ol, de Madrid. Tanto el tema -homosexualidad y anarquismo- como el montaje -obra de la Compa?¨ªa de Teatro de la Diputaci¨®n de Valencia-, dirigido por Antonio D¨ªaz Zamora, con gran aparato escenogr¨¢fico e interpretativo, han resultado pol¨¦micos. El autor y el director de la obra explican algunos aspectos de Flor de Oto?o que pueden ayudar al espectador a entender determinadas claves de este espect¨¢culo.
Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez M¨¦ndez, que ha esperado casi diez a?os para ver representada una obra que fue prohibida por la censura, se muestra satisfecho por la puesta en escena que se ha hecho el Teatro de la Diputaci¨®n de Valencia. "El dif¨ªcil y costoso montaje, la complicada escenograf¨ªa y el esfuerzo de interpretaci¨®n de los 35 actores, s¨®lo ha sido posible por el serio trabajo de este grupo". El autor de esta obra considera tambi¨¦n que es un gran acierto que una producci¨®n valenciana llegue a un local de Madrid "porque esto supone una descentralizaci¨®n real del teatro"."Flor de Oto?o est¨¢ basada", dice Rodr¨ªguez M¨¦ndez, "en un hecho m¨¢s o menos ver¨ªdico sacado de la cr¨®nica negra de sucesos de la Barcelona de los a?os treinta, un suceso en el que estaba mezclado el barrio chino y la burgues¨ªa catalana. He recreado un personaje, El Lluiset, que existi¨® en un clima muy virulento, en un entorno con muchas contradicciones, muy hostil hacia todo lo que supusiera homosexualidad y anarquismo".
"Quer¨ªa recoger el ambiente de la Barcelona de entonces en la que se hablaba un lenguaje medio catal¨¢n, medio castellano y en la que conviv¨ªan una serie de jergas y trozos de dialectos regionales. Despues de escribirla la censura no permiti¨® que se estrenase hasta hace poco, que apareci¨® una versi¨®n cinematrogr¨¢fica, dirigida por Pedro Olea e interpretada por Jos¨¦ Sacrist¨¢n sobre gui¨®n de Rafael Azcona. Esta pel¨ªcula result¨® en gran parte un fiasco porque s¨®lo recogi¨® la an¨¦cdota".
Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez M¨¦ndez cree que aunque los tiempos han cambiado "porque ahora existe una mayor libertad y ya no se ven las cosas con la prevenci¨®n y el car¨¢cter defensivo con que se tomaban en los a?os treinta e incluso en los sesenta", sin embargo los problemas que plantea Flor de Oto?o no est¨¢n resueltos. Las contradicciones del individuo con su entorno en la b¨²squeda de la libertad son hoy m¨¢s f¨¢ciles de expresar, pero dif¨ªciles de vivir".
Nueva comprensi¨®n del montaje
Por su parte el director, Antonio D¨ªaz Zamora cree que "hay aspectos del montaje de Flor de oto?o que se van a entender mejor en Madrid que en Valencia". "Valencia y Barcelona est¨¢n demasiado hermanadas, aunque s¨®lo sea por el Mediterr¨¢neo. Desde Madrid existe mayor distancia psicol¨®gica y menor riesgo de incurrir en clich¨¦s".M¨¢s que modificaciones formales, el director de Flor de Oto?o estima que su reestreno va a producir una nueva comprensi¨®n del montaje, equivocadamente interpretado por las primeras cr¨ªticas que ha recibido. "El doble juego de la obra no es Lluiset, abogado y ni?o bien de d¨ªa que act¨²a de travest¨ª en la noche. El doble juego se establece entre una Barcelona burguesa, protagonista principal de la obra que escribi¨® Rodr¨ªguez M¨¦ndez, y una Barcelona nocturna, de desarraigados sociales".
"El autor empieza la obra cuando Lluiset empieza una carrera loca que le llevar¨¢ a las fosas de Montjuich. Cogemos la obra, guste o no guste, cuando ¨¦l se despide del mundo burgu¨¦s que representa su madre, cuando dice adi¨®s a esa doble vida personal que ya no aparece en el montaje"
El director de Flor de Oto?o considera tambi¨¦n que su montaje est¨¢ concebido para teatros de amplio eco popular. "Podr¨ªa haber hecho un montaje para cien personas, pero en un local de cien personas. Sin embargo en esta ocasi¨®n pretendo hacer teatro de amplia audiencia, que antes se llamaba popular".
Babelia
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