Vuelve el escepticismo sobre el futuro del mercado
Ha terminado la primera semana del mes de diciembre con unas reuniones que apuntaron unas condiciones de des¨¢nimo entre los inversores y bajas generalizadas de los valores m¨¢s importantes que se negociaban, que representaron una copia fiel de los planteamientos que se pudieron apreciar en las sesiones de apertura de la tanda, tras el anuncio de la devaluaci¨®n de la peseta en un 8% y el incremento del coeficiente de caja a las entidades bancarias en un punto.S¨®lo dos ¨ªndices sectoriales fueron capaces de apuntar avances en el mercado madrile?o. Monopolios, gracias a la inapreciable aportaci¨®n de Telef¨®nica, y las siderometal¨²rgicas experimentaron discretos avances que contribuyeron a aminorar la marcada tendencia negativa del mercado.
Los bancos consiguieron realizar la haza?a de reducir sus saldos vendedores sin que en ning¨²n momento se pudiese hablar de un cambio dr¨¢stico en la posici¨®n de los vendedores frente al sector. Las 556.343 acciones de resto vendedor que presentaba el conjunto de los siete grandes representaba un retroceso en cuanto al volumen de operaciones vendedoras sin casar del d¨ªa antenor. No obstante, hablaba bien a las claras de las insuficiencias compradoras, que llegaban a forzar decisiones estrat¨¦gicas de marcar papel sin operaciones para no tener que atender el importante volumen de ventas generado, como eran los casos de Banesto y Santander, que repet¨ªa la decisi¨®n del d¨ªa anterior.
En cuanto a los valores el¨¦ctricos, sus mentores se dieron con un canto en los dientes -por echar mano de los recursos del lenguaje no siempre ortodoxos, pero tremendamente expresivos- con ceder unas discretas cent¨¦simas a la vista de c¨®mo se iniciaba la negociaci¨®n en los primeros corros de estos valores. El sobresalto cundi¨® en la Bolsa madrile?a a todos los niveles. Tal y como acud¨ªan los operadores al primer corro el¨¦ctrico, se pod¨ªan esperar los mayores desaguisados. Sin embargo, y como quiera que, a la vista de los resultados, la mayor parte de los vendedores result¨® ser instituciones, la avalancha vendedora de primera hora comenz¨® a amainar tan pronto como los ordenantes pudieron comprobar la desproporci¨®n y falta de empuje que manifestaban las compras.
En el resto del mercado apenas se puede apuntar la impresi¨®n que ten¨ªan algunos especialistas de que algunos valores concretos podr¨ªan haber tocado sus cotas m¨ªnimas, a partir de las cuales se dispon¨ªan a presentar una batalla numantina en defensa de sus precios. Lo que en cierta forma contin¨²a desconcertando a los asistentes habituales a las sesiones burs¨¢tiles es la escasa presencia de compradores de derechos de suscripci¨®n en estas ¨²ltimas reuniones. Las ¨²ltimas jornadas han constituido un lugar de encuentro para aquellos contribuyentes que pretenden beneficiarse de las desgravaciones gen¨¦ricas por inversi¨®n en valores mobiliarios.
Sin embargo, los m¨¢s expl¨ªcitos llegan a la conclusi¨®n de que las previsiones restrictivas en pol¨ªtica monetaria del Gobierno para el pr¨®ximo a?o, los rumores sobre posibles congelaciones en los dividendos de algunos valores constituyen una dif¨ªcil competencia para las tradicionales ampliaciones de capital.
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