Que no nos quiten el coche

El primer regalo que nos hace nuestro flamante Gobierno es la subida de la gasolina. Y no como sus antecesores, que m¨¢s o menos nos enga?aban subi¨¦ndola un durillo m¨¢s o menos, sino de un golpazo ese horroroso tanto por ciento.Los que tenemos de cincuenta a?os para arriba hemos vivido una posguerra e infancia de hambre y cartillas de racionamiento, y despu¨¦s hemos trabajado durante toda nuestra vida con un mismo sueldo de quiero y no puedo hasta enfermar. Llegamos a la madurez y, gracias a Franco, a poder tener un peque?o utilitario, con nuestros peque?os ahorros o plazos, que ahora tenemos que vender o me dio regalar, porque no lo podemos mantener. Y no ya el coche, que al fin y al cabo es un lujo, sino que esto conlleva la subida de la alimentaci¨®n, aviaci¨®n, etc¨¦tera, porque suben los transportes. No es una economista -pero s¨ª una parte de ese pobre pueblo soberano- la que habla, y mi peque?a visi¨®n es que si todo est¨¢ ya por las nubes y la gente no quiere ni debe disminuir su g¨¦nero de vida -por el contrario, adecentarlo con el progreso-, es l¨®gico que exija a las empresas mayores salarios para subsistir; ¨¦stas, a su vez, no crean puestos de trabajo y dif¨ªcilmente se podr¨¢ superar el paro. ?No hay derecho! Para los coches de la Moncloa y otras grandes empresas no hay subidas. Todo est¨¢ cubierto a costa del est¨²pido pueblo espa?ol, que a todo calla. Por esto s¨ª har¨ªa yo una manifestaci¨®n en pleno pidiendo: ?Se?ores, ya est¨¢ bien! No nos quit¨¦is el utilitario que Franco nos ayud¨® a tener, y no para estrellarnos, como dec¨ªa el chiste, sino para que tambi¨¦n prob¨¢semos una gotita de miel y no todo ac¨ªbar. Tengo cincuenta a?os y he pasado hambre. /