El aguante de los jubilados

Dese por aludido, se?or ministro, / dese por aludido, que est¨¢ muriendo / de pena, rabia y hambre el que es mi suegro. / Desde agosto ¨¦l espera que ustedes paguen / aquello que con creces ¨¦l pag¨® antes. Cuando pregunta: "?Cu¨¢ndo?", el funcionario atento, con sueldo al d¨ªa, / mirando su libreta, contesta al aire: / "A¨²n es pronto, amigo. ?Aguante, aguante!". / "Pero oiga, se?orita, ?cu¨¢nto quiere que aguante?". / "Pues no s¨¦, ver¨¢ usted, d¨¦jeme que compruebe... / Mire, estamos tramitando de junio en adelante. / Es posible que en enero se reciba su parte" / "D¨ªgame, por favor, y luego, ?cu¨¢ndo cobro?". / "Aqu¨ª somos m¨¢s r¨¢pidos, como usted ya sabe, / pues en el mes siguiente le firmamos su parte, / le enviamos su carta y ya ve usted qu¨¦ f¨¢cil. / No desespere, amigo, ?aguante, aguante, aguante!".?Que d¨®nde pasa esto? ?Es que usted no lo sabe? / Serrano, 102,

cuarta planta, derecha, / ventanilla primera, salida de ascensor. / Vaya a darse una vuelta, mire usted la libreta, / pregunte al funcionario de lajubilaci¨®n. / El le contar¨¢ el caso de un familiar suyo / que estuvo nueve meses sin cobrar "un duro".

Se?or ministro, cambie, cambie el ordenador, / mueva usted el mecanismo de la jubilaci¨®n.

Por ¨²ltimo, le comunico -fuera de rima- que al bajar en el ascensor con los jubilados que esperan turno, las palabras que all¨ª se vierten no son precisamente c¨¢nticos celestiales, y si estas palabras matasen, le juro, se?or ministro, que all¨ª no quedaba "ni dios". /