'Los ¨¢ngeles ca¨ªdos o la nueva moral

Noel Coward -sir Noel Coward desde 1970; muri¨® en 1973, a los 74 a?os- es uno de esos autores menores que, sin embargo, hacen la base de la historia del teatro, de la mentalidad de un p¨²blico. Algo m¨¢s que un hombre ingenioso, que un hombre ocurrente. Y una especie que est¨¢ pr¨¢cticamente en extinci¨®n en Europa: el hombre de teatro: actor -buen actor-, autor, director, m¨²sico, cantante, figurinista, escen¨®grafo... Liviano, fr¨ªvolo y, al mismo tiempo, contando profundamente la historia de su pa¨ªs (Cabalgata, 1931). Algunos dijeron que era el continuador de Oscar Wilde, y algunos le lapidaron. Angeles ca¨ªdos (1925) provoc¨® una cr¨ªtica sangrienta en la ¨¦poca en que los cr¨ªticos eran duros. James Agate, que en su tiempo era considerado el cr¨ªtico m¨¢s agudo, escribi¨® esta frase: "?Creo en los ¨¢ngeles ca¨ªdos del se?or Coward? S¨ª. ?Es veros¨ªmil que se emborrachen y decepcionen a sus maridos? S¨ª. ?Me importa que lo hagan? No. ?Puede interesarme cualquier cosa que hagan? No". Pero eran otros tiempos, y cuando el cr¨ªtico Agate pidi¨® a Coward que hiciera el pr¨®logo para su libro The contemporary teatre, el autor lo hizo y a¨²n a?adi¨® esta frase: "Prefiero ser culpado por Agate que elogiado por cualquiera de los otros cr¨ªticos". Otros tiempos.En todo caso, las principales cr¨ªticas a Angeles ca¨ªdos estaban hechas desde un punto de vista moral: y Coward, un poseduardino, estaba muy decidido a fustigar una moral ficticia e hip¨®crita que se hab¨ªa consagrado en la ¨¦poca terrible (le la reina Victoria y de Jack el Destripador, aunque ¨¦l mismo declaraba que esta obra "no pretend¨ªa ir m¨¢s all¨¢ que un buen entretenimiento para una noche". Hay en Angeles ca¨ªdos dos mujeres, Julia y Jane, casadas, amigas, modernas... Y hay un amigo que llega, y con ¨¦l la tentaci¨®n. Y el cigarrillo, y la bebida, y una atm¨®sfera densa de pecado (estamos en 1925).

?Qu¨¦ queda de todo esto en 1982? Hasta que no se vea la versi¨®n de esta noche en televisi¨®n no se podr¨¢ saber. Como garant¨ªa est¨¢ la versi¨®n castellana de Jos¨¦ Mar¨ªa Pou, al que no hay que confundir con ¨¦l mismo: es, en efecto, actor, un excelente actor -aunque no est¨¦ en el reparto de esta noche- y escritor, con buenas versiones del ingl¨¦s. Carmen Maura y Carmen El¨ªas son las dos discutibles damas; Emilio Guti¨¦rrez y Mario Gas, los esposos; Juan Miralles, el adorable intruso, y Roger Justafr¨¦, el realizador. Tenemos que reconocer que cada vez que esperamos una versi¨®n teatral en la pantalla de la televisi¨®n nos recorre la espalda un escalofr¨ªo de horror: se ve todo lo que de espantoso se suele reunir. Pero no hay raz¨®n ninguna para convertir esta experiencia en prejuicio y castigar con ello la promesa que trae consigo esta actualizaci¨®n de Los ¨¢ngeles ca¨ªdos cuando ya han pasado muchos a?os, m¨¢s de medio siglo, de su estreno en Londres.