La econom¨ªa sumergida y el porvenir de las sociedades industriales
En los ¨²ltimos a?os ha aumentado en todos los pa¨ªses industriales, de forma notable, el inter¨¦s por la econom¨ªa sumergida; es decir, por las actividades no registradas en las contabilidades nacionales.Los estudios realizados hasta el momento parecen establecer claramente que el producto interior bruto deber¨ªa incrementarse en un porcentaje que oscila entre el 5% y el 25% si se incluyen las aportaciones de este sector de la econom¨ªa.
Estas cifras son simplemente indicativas por diversas razones: en primer lugar, por la misma dificultad de ver cosas cuya esencia misma, en muchas ocasiones, es ocultarse; en segundo lugar, porque las investigaciones se hallan a¨²n -en diverso grado, seg¨²n los aspectos a considerar- poco desarrolladas; en tercer lugar, porque es dif¨ªcil, y decisivo, separar trabajo de no trabajo: ?cu¨¢nto aumentar¨ªa el producto nacional si consideramos tambi¨¦n el trabajo dom¨¦stico de las mujeres?
En el origen de este inter¨¦s se hallan problemas de gobierno y de pol¨ªtica econ¨®mica, pero tambi¨¦n en el prop¨®sito de los sindicatos por conocer y proteger el trabajo negro, as¨ª como las luchas de ciertos movimientos sociales por acabar con hist¨®ricas e injustas situaciones y por el desarrollo de nuevas formas de relaciones sociales.
Para hacer un balance y puesta en com¨²n de la situaci¨®n actual de las investigaciones acaba de celebrarse en Frascati (Roma) un congreso internacional organizado por el Consiglio Italiano per le Scienze Sociali, en el que han participado estudiosos de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Canad¨¢, Espa?a, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Hungr¨ªa, Italia, Suecia y Yugoslavia, pa¨ªses en los cuales se dan l¨ªneas de investigaci¨®n diversas, en parte debido al hecho de que los problemas sociales afrontados son tambi¨¦n distintos. Como subrayaba en sus conclusiones el soci¨®logo Luciano Gallino, coordinador del congreso, para los franceses, originariamente, el terreno de la econom¨ªa sumergida es un laboratorio de experimentaci¨®n social: trabajar y vivir de otra manera; para los brit¨¢nicos, el origen de los principales trabajos parece hallarse en los procesos de desindustrializaci¨®n que han alcanzado a algunas regiones y sectores productivos de aquel pa¨ªs; en Canad¨¢, es el inter¨¦s por preservar instituciones sociales en crisis, como la familia y la comunidad local; en la RFA, un inter¨¦s importante ha nacido de la b¨²squeda de formas alternativas de servicios sociales; en Estados Unidos, la problem¨¢tica fundamental parecer ser la contabilizaci¨®n de trabajadores ilegales y la evasi¨®n fiscal; en Italia se comenz¨® considerando la diferencia entre las tasas de actividad registradas oficialmente y las tasas de actividad real. Sobre esta base se han desarrollado diversas direcciones de investigaci¨®n, tales como la doble actividad (pluriempleo), el trabajo a domicilio, el trabajo dom¨¦stico, el desarrollo basado en la peque?a empresa. Intereses semejantes se manifestaron en la aportaci¨®n de la delegaci¨®n espa?ola. Los yugoslavos, aun refiri¨¦ndose a un contexto institucional muy distinto, presentaron problem¨¢ticas relativamente semejantes a las italianas y espa?olas; los h¨²ngaros, por su parte, mostraban c¨®mo una parte al menos de lo que llaman segunda econom¨ªa est¨¢, en alguna medida, prevista y regulada por el Estado.
Esta variedad de temas indica que los contenidos de lo que gen¨¦ricamente se llama econom¨ªa sumergida son extremadamente diversos y que, bajo una multiplicidad de t¨¦rminos, los estudiosos se refieren, a veces, a los mismos fen¨®menos; otras veces, a fen¨®menos distintos, pero vinculados; otras a¨²n, a formas distintas de enfocar el mismo problema: econom¨ªa sumergida, informal, ilegal, paralela, oculta, golfa, segunda econom¨ªa, etc¨¦tera.
Problemas comunes
Tras las discusiones del congreso, sin embargo, los participantes reconoc¨ªan que, aun en proporciones distintas, todos los aspectos del problema eran, en grado diverso, comunes a todos los pa¨ªses.
En general, podr¨ªa, por tanto, decirse: primero, que la econom¨ªa no contabilizada es, en todas partes, un fen¨®meno relevante; segundo, que esta dimensi¨®n contable esconde fen¨®menos cualitativamente diferentes, que conciernen tanto a la producci¨®n como a la reproducci¨®n social; tercero, que en parte se trata de fen¨®menos viejos (como el trabajo a domicilio) y en parte nuevos (como la descentralizaci¨®n de la producci¨®n como mecanismo para hacer frente a la crisis), y cuarto, que estos fen¨®menos son indicadores que se?alan transformaciones m¨¢s generales, profundas y duraderas en las estructuras sociales y productivas de las sociedades industriales contempor¨¢neas.
Precisamente en relaci¨®n con este ¨²ltimo punto se plantea una pregunta importante: ?por qu¨¦ crece hoy el inter¨¦s por la econom¨ªa sumergida? La respuesta no puede ser simplista, del tipo porque crece la propia econom¨ªa sumergida. Esto es cierto, sin duda, sobre todo en determinados sectores de la econom¨ªa y de la sociedad. Pero econom¨ªa sumergida ha existido siempre, y en gran cantidad: no puede eliminarse un problema concluyendo que s¨®lo existen los fen¨®menos cuando existen los instrumentos que los miden.
Seg¨²n las conclusiones del congreso, se puede elaborar un cuadro te¨®rico explicativo que se refiera a los cambios en los mecanismos de regulaci¨®n de los grandes sistemas sociales.
Ante todo, se debe comprender que no puede estudiarse ning¨²n fen¨®meno de la econom¨ªa informal sin referirlo al contexto formal e institucional en el cual se manifiesta. Este contexto puede ser comprendido en referencia a los mecanismos de regulaci¨®n de las actividades que, en grandes l¨ªneas, podemos identificar en el mercado, el Estado y las instituciones sociales.
En las sociedades industriales, el mercado y el Estado son los mecanismos principales, mientras que disminuye la importancia directa de instituciones sociales como la familia y las comunidades. En el curso del tiempo, el juego del mercado libre ha sido en gran parte sustituido por la organizaci¨®n en grandes empresas, mientras que el mercado del trabajo ha estado, cada vez m¨¢s, regulado por las relaciones casi pol¨ªticas entre sindicatos y empresa. Por otro lado, actividades que anteriormente eran reguladas por el mercado o desarrolladas por unidades sociales tradicionales, como la familia, han sido organizadas por el Estado con los sistemas de welfare.
Esta tendencia secular hacia la gran dimensi¨®n y la organizaci¨®n formal muestra signos evidentes de haber llegado a un punto de inflexi¨®n. Esto explica el aumento del inter¨¦s por la econom¨ªa oculta o, como ser¨ªa mejor decir entonces, por la econom¨ªa informal. As¨ª, actividades que antes eran reguladas por el intercambio pol¨ªtico, vuelven a ser reguladas por el libre mercado, o servicios que antes eran proporcionados por el Estado, vuelven a ser cargados sobre las familias o la comunidad.
Comprender bien estas nuevas tendencias es dif¨ªcil, al igual que es dif¨ªcil encontrar su sentido pol¨ªtico. De hecho, si en muchos aspectos el recurso a la econom¨ªa oculta es un modo de restablecer modos de producci¨®n o condiciones de trabajo que ya no son aceptables culturalmente, en otros aspectos la econom¨ªa informal es la b¨²squeda de una mayor autonom¨ªa en el trabajo y de una mayor capacidad de autogesti¨®n de las propias condiciones de vida.
Estos aspectos, a veces contradictorios, son a¨²n escasamente conocidos en sus efectos a largo plazo, pero se dispone hoy de una perspectiva com¨²n con la cual estudiar los fen¨®menos en pa¨ªses diversos, incluso con distintos niveles de desarrollo.
Ver en la econom¨ªa sumergida la panacea de los problemas de nuestras sociedades es tan err¨®neo como ver tan s¨®lo en ella una nueva forma de los tradicionales mecanismos de explotaci¨®n.
En Espa?a, como en los dem¨¢s pa¨ªses, se hace necesario conocer mejor los diferentes tipos de econom¨ªa oculta, y c¨®mo ¨¦stos se hallan entrelazados con diferentes tipos de econom¨ªa oficial. Para ello, una estrategia de investigaci¨®n que se ha revelado especialmente ¨²til con fines explicativos y comparativos son los estudios sobre los diferentes sistemas locales y regionales.
Antes de llegar a un conocimiento preciso de esta compleja realidad conviene ser cauto frente al frecuente uso parcial e ideol¨®gico de una noci¨®n que es, sin embargo, crucial para el estudio del cambio social y del porvenir de las sociedades industriales.
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