Charly Rivel asegura que la b¨²squeda de la felicidad evitar¨¢ la muerte del circo
"El circo no morir¨¢ nunca, porque el mundo siempre tendr¨¢ necesidad de gente que le haga re¨ªr y le ayude a ser feliz". Esto lo dice Charly Rivel, un payaso de 85 a?os m¨¢s conocido en el mundo que la mayor¨ªa de los pol¨ªticos y con m¨¢s condecoraciones que la mayor parte de los militares o jefes de Estado, que comenz¨® a los cuatro a?os a trabajar en un circo y que piensa retirarse "como muy pronto a los cien a?os". El payaso espa?ol actuar¨¢ durante todas las Navidades en el circo Los Muchachos de Benposta, que se encuentra instalado en Madrid.
"Me van a ver trabajar despu¨¦s de 20 a?os y se van a creer que est¨¢n en otro mundo". Efectivamente, hace m¨¢s de 20 a?os que Charly Rivel no actuaba en Madrid. Lo hizo por ¨²ltima vez bajo la carpa del circo Price, cuando este espect¨¢culo se encontraba en su apogeo. Rivel cree que no ha cambiado desde entonces su forma y sus recursos de hacer humor. Desde entonces muchos empresarios han intentado hacerle reaparecer en Espa?a pero no ha sido posible. "S¨¦ que todo Madrid me va a querer de nuevo", dice.
Charly Rivel -su verdadero nombre es Jos¨¦ Andreu- dice que "con una nariz postiza, una peluca, la silla, y la guitarra soy el hombre m¨¢s feliz del mundo". "El circo no da dinero para vivir. Las actuaciones en teatros son mucho m¨¢s positivas para los artistas desde el punto de vista econ¨®mico, pero yo vuelvo al circo por vocaci¨®n. He venido a Madrid no por dinero, porque con la paga de retiro que tengo puedo vivir bien, pero no puedo estar sin trabajar. Cuando no lo hago me duele todo".
El universal payaso, que se ayuda de un bast¨®n para poder caminar y que apenas puede estarse quieto y sentado, vuelve ahora a pintarse la cara, vestir una bata larga y calzar zapatos gigantes de clown, para presentar en el Circo Los Muchachos, diariamente du rante quince d¨ªas, una pantomima c¨®mico-acrob¨¢tica pura, casi muda, sin apenas acciones accesorias que puedan desviar la aten ci¨®n del mensaje c¨®mico central. El movimiento y el mutismo son para ¨¦l dos de las leyes fundamentales del circo desde que comenz¨® a trabajar en ¨¦l a los cuatro a?os
El payaso tambi¨¦n llora
Charly Rivel no se cansa de repetir que es feliz y que su deber es tambi¨¦n hacer feliz a la gente, aunque, a veces, sea a costa del sufrimiento personal. "El payaso pasa por los mismos sufrimientos y las mismas penas que el resto de la gente, pero tiene una desventaja con relaci¨®n a los dem¨¢s: que no puede manifestarlo. Recuerdo que yo estaba actuando cuando me comunicaron que mi madre hab¨ªa muerto. No dej¨¦ de trabajar pero mientras yo lloraba los dem¨¢s re¨ªan".Rivel contin¨²a haciendo referencias a la soledad y al drama interno del payaso y explica que ¨¦ste puede derrumbarse como cualquiera otra persona. "Cuando el payaso no resuelve sus problemas puede adoptar diversas conductas. A veces se entrega a la bebida porque cree que ello le puede ayudar a resolverlos. O puede sucederle como recientemente a uno de los hermanos Tonetti, que se ha suicidado. Pero esto no es propio de los payasos. Les puede pasar a cualquier persona. S¨¦ que el payaso es bueno porque hace reir y hace un bien a la humanidad".
Este payaso espa?ol se siente orgulloso de varias cosas. En primer lugar de haber hecho reir ya a tres generaciones y se ser el ¨²nico que vive de la suya (en la que tambi¨¦n incluye a Charlot y Maurice Chevalier). En segundo lugar de haberle ganado a Charles Chaplin un concurso de imitaci¨®n del personaje Charlot al que se present¨® el propio Chaplin, y en tercer lugar por tener tres estatuas. "Cuando a uno le hacen una estatua es que est¨¢ muerto. Yo tengo tres y todav¨ªa estoy vivo. Es m¨¢s, el m¨¦dico me ha dicho que puedo seguir trabajando todav¨ªa quince a?os m¨¢s".
Por encima de todo este payaso universal llamado Charly Rivel se considera un ni?o. "Trabajo para los ni?os de 3 a cien a?os. Amo a los ni?os porque son los ¨²nicos que dicen la verdad. No hay que pararse nunca. No hay que pronunciar la palabra viejo".
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