Las memorias de Brigitte Bardot acaparan la atenci¨®n de los televidentes franceses

El acontecimiento medi¨¢tico y casero de estas Navidades para los 54 millones de franceses (comer y beber aparte) tiene 48 a?os de edad, es mujer y se llama Brigitte Bardot. Como hace veinte a?os, cuando el realizador Roger Vadim la estrell¨® en el rostro de toda la humanidad con el filme Y Dios cre¨® la mujer, y a pesar de que hace ya dos lustros que no pone los pies en un estudio, la se?ora Bardot, como si no hubiese ocurrido nada, contin¨²a siendo en este pa¨ªs "Nuestra BB nacional'. Para probarlo s¨®lo ha hecho falta que al segundo canal de la televisi¨®n se le haya ocurrido filmar sus memorias comentadas por ella (documentos, archivos, fotos, escritos, testimonios). Los dos domingos pasados se proyectaron con gran ¨¦xito de audiencia los dos primeros cap¨ªtulos, de una hora de duraci¨®n cada uno, y se espera que el que cierra el ciclo todav¨ªa consiga m¨¢s espectadores, sentado el hecho de que la m¨ªtica BB es ya, sin duda alguna, el personaje hist¨®rico franc¨¦s del que m¨¢s se ha escrito.

En sus tiempos del esplendor encendido por el jaleo quemante de su cuerpo veintea?ero, all¨¢ por la d¨¦cada de los sesenta, cuando una mujer, en la escalera de una casa, le sali¨® al encuentro con un cuchillo para abrirla en canal, "porque eres una puta robamaridos", dec¨ªase en este pa¨ªs: "Francia est¨¢ gobernada por De Gaulle y por la Bardot". El propio general, tan alto y tan puritano y tan zorreras, no la desde?aba, ni mucho menos: "Esta jovencita me parece que tie ne una simplicidad de ley", comen t¨® p¨²blicamente el hombre del llamamiento del 18 de junio en 1967.

BB o reina Bardot

Una biblioteca imponente no ser¨ªa nada de m¨¢s para archivar todo lo que ha inspirado, y hecho conspirar, B. B. Algunos ejemplos s¨®lo: La feminista, escritora y realizadora cinematogr¨¢fica Margueritte Duras: "La reina Bardot se detiene justo donde terminar¨ªa la moral, all¨ª donde precisamente quedar¨ªa abierta la puerta a la jungla de la amoralidad amorosa. Un pa¨ªs en el que el aburrimiento cris tiano se ha suprimido". La novelista y esposa actual del ministro del Interior, Edinonde Charles-Roux: "En el siglo de la sofisticaci¨®n pre fabricada, Bardot se impone como un contraveneno necesario". El director de cine Fran?ois Trufaut "Es magn¨ªfica. M¨¢s que una actriz, es un personaje". La escritora Simone de Beauvoir: "Carece de memoria, de pasado, y gracias a esta ignorancia conserva la perfecta inocencia que se le atribuye a una infancia m¨ªtica".Aquella moza, escandalosa para las gentes de orden de hace un cuarto de siglo y objeto de meditaci¨®n para los sesudos de la misma hornada, ayer, en la primera emisi¨®n de sus memorias filmadas, cont¨® que el d¨ªa de su boda por lo civil con su primer marido, Vadim, a media noche su padre la oblig¨® a acostarse sola (Vadim durmi¨® en un sof¨¢), "porque s¨®lo ser¨¦is marido y mujer de verdad ma?ana, a las 10.30 horas, cuando os hay¨¢is casado por la Iglesia" (la Bardot se encarg¨® de advertir que ella y Vadim no hab¨ªan esperado a ese d¨ªa). Despu¨¦s se cas¨® tantas veces como le dio la gana, vivi¨® con todos los hombres que se cruzaron -bien cruzados- en su camino, "pero nunca, nunca, nunca jam¨¢s, le rob¨¦ un marido a otra mujer

De paso protagoniz¨® m¨¢s o menos 34 filmes, inmortaliz¨® su imagen de Francia, francesa-amour por el mundo adelante y, como era l¨®ogico, ingresaba m¨¢s divisas en las arcas del Estado que la firma Renault.

Diez a?os sin hacer cine, defendiendo la vida

Hace ya diez a?os, porque le dio la gana tambi¨¦n, dej¨® de hacer cine y se dedic¨® a vivir su vida, con el amante de turno (muy sigilosamente siempre), en Par¨ªs, en su santuario veraniego de La Madrague, en la Costa Azul, o en alguna parte del mundo para pleitear en pro de la causa de la que se ha hecho militante furibunda: la vida de los animales. Los deseos que ha desatado en los hombres la han dejado tan extenuada, repite B. B., que s¨®lo ha encontrado reposo es piritual en la defensa de los beb¨¦-foca, gatos, perros, etc¨¦tera.Las gentes de este pa¨ªs de despu¨¦s de la generaci¨®n de 1968 no comulgan con el mito B. B. Uno de ellos, en un editorial rimbombante, lo confesaba ayer: "Tres docenas de pel¨ªculas malas, una actriz mediocre, una cantante de nada, una vida privada ca¨®tica y ni m¨¢s ni menos escandalosa que la de otra mujer cualquiera. Y ni retiro misterioso a lo Greta Garbo, ni suicidio depresivo, ni locura dulce a lo Rita Hayworth. Total, un perpetuo anacronismo respecto a la mitolog¨ªa obligada".

Pero los anacronismos, como los anti-anacronismos, en la Prensa, en la radio, en Francia y en el extranjero (veinticinco canales de televisi¨®n extrahexagonales han comprado ya la serie de B. B.), en cuanto se han anunciado las memorias filmadas de la Bardot, un¨¢nimemente, se han desnudado ante el mito como un solo hombre mujer.