Nueva edici¨®n de la novela 'La vida perra de Juanita Narboni', de Angel V¨¢zquez

La reedici¨®n de La vida perra de Juanita Narboni, de Angel V¨¢zquez, en Seix Barral, novela publicada ya en 1976, pero que ha encontrado nueva luz tras la pel¨ªcula Vida/Perra, de Javier Aguirre, protagonizada por Esperanza Roy, que mereci¨® un premio en el pasado Festival de Cine de Venecia, es un paso m¨¢s en la recuperaci¨®n de este escritor tangerino, muerto prematuramente hace pocos a?os, sin conocer el reconocimiento a su trabajo literario.

Seg¨²n Emilio Sanz de Soto, "si Angel V¨¢zquez tuvo en Espa?a, tras la independencia de Marruecos, poco reconocimiento literario, pese a un Premio Planeta, no fue s¨®lo por la ignorancia del mundo intelectual, sino por su propio desinter¨¦s en ello". Y por esa vida "dram¨¢tica y terrible, tan cercana a los escritores malditos del fin de siglo pasado" que hicieron de ¨¦l, y particularmente de esta novela, algo "singular¨ªsirno".En la semblanza que hace Emilio Sanz de Soto se mezcla, como en la novela de V¨¢zquez, el personaje y la cibdad extraordinaria que fue T¨¢nger y tambi¨¦n la propia figura -el personaje no menos singular- de San de Soto. En sus palabras, Angel V¨¢zquez aparece como un ser especial, un gran conversador, automarginado de los mundillos literarios, "que no quiso conocer a nadie", pese a cr¨ªticas muy positivas de personajes como Dionisio Ridruejo. Un'escritor,que abomin¨® de su obra anterior a Juanita Narboni y que nunca hizo nada por promocionar la que s¨ª am¨®.

Si en Espa?a no quiso entrar en contacto con los literatos, en Tanger s¨ª lo hizo. La escritora norteamericana Jane Bowles, dice Sanz de Soto, le llamaba "mi peque?o genio redondo". Un genio, todo hay que decirlo, del alcoholismo y la autodestrucci¨®n. Entre las lecturas abundantes de V¨¢zquez, se?ala Sanz de Soto autores "tan marginados como ¨¦l": entre los franceses, Antonin Artaud, Marcel Jouhandeau, Paul Leautand y otros muchos. De los ingleses, Ronald Firbank.

Y entre los espa?oles da como ejemplo la Miss Giaccomini, de Miguel Villalonga, y "p¨¢rrafos enteros, recitados de memoria, del teatro de Jardiel Poncela".

"Todo en ¨¦l", dice Sanz de Soto, "era tan aut¨¦ntico como parad¨®jico". Proced¨ªa de una familia muy modesta, pese a lo cual su cultura era inmensa, conoc¨ªa perfectamente el franc¨¦s y el ingl¨¦s, producto de una ciudad internacional como T¨¢nger.

La desaparici¨®n de una ciudad ins¨®lita como T¨¢nger lo que se cuenta, junto con la degradaci¨®n y la infelicidad del personaje, en La vida perra de Juanita Narboni. "Juanita es" termina Emilio Sanz de Soto; "la personificaci¨®n del fin del colonialismo", y con ¨¦l, de la desaparici¨®n de aquella ciudad tolerante, terreno para negociantes y p¨ªcaros, la m¨¢s abierta sexualmente del mundo de su momento, y por ello, el escenario de personajes que han sido fundamentales en la cultura de nuestros d¨ªas.

Los nombres de Truman Capote, Tenessee Williams, Jane Bowies, junto con espa?oles como Carmen Laforet, Luis Escobar, Jos¨¦ Luis Alonso, Eduardo Haro Tecglen y el propio Sanz de Soto, son suficientemente significativos.