Una entidad mimada por el sindicato vertical
En plena euforia del sindicalismo vertical se cre¨® en Gerona la Caja de Cr¨¦dito Popular. Fue una obra que la Administraci¨®n recibi¨® a bombo y platillo, gracias, entre otras cosas, a los buenos auspicios del ex gobernador civil de Barcelona, Correa Veglison, y a unas generosas y desastrosas inversiones que la entidad realiz¨® en el plan Ja¨¦n.Diez a?os m¨¢s tarde, como colof¨®n de "una nefasta gesti¨®n de la direcci¨®n y de unas operaciones que no resisten la m¨¢s m¨ªnima cr¨ªtica, incluso de un profano en negocios que s¨®lo sepa contar habas", seg¨²n se?ala la sentencia, se decret¨® la quiebra de la entidad y en 1969 la Audiencia de Barcelona se?al¨® que esta quiebra deb¨ªa de ser declarada fraudulenta. Durante el periodo comprendido entre 1967 y 1969 los responsables de la entidad utilizaron todos los medios a su alcance para impedir la ca¨ªda de aquel imperio.
En los anales de la Caja de Cr¨¦dito Popular de Catalu?a se conservan a¨²n las actas de aquellas ¨²ltimas asambleas en las que se insuflaban a los asistentes consignas triunfalistas. Aseguran que muchas de aquellas reuniones acababan con lloros y gritos demag¨®gicos contra la Banca privada, ensalzando a su director general, Vicente Fisas, al que calificaron de "centinela de las posiciones de vanguardia".
Pocos meses m¨¢s tarde el centinela ser¨ªa encarcelado por orden del Tribunal de Delitos Monetarios, imponi¨¦ndosele una multa de 220 millones de pesetas. Empezaba de esta manera a escribirse el ep¨ªlogo, en el que los principales protagonistas fueron los 12.000 afectados que vieron peligrar sus ahorros. En 1969, en pleno estado de excepci¨®n, un grupo de estos perjudicados se movilizaron y llegaron a protagonizar manifestaciones ante la sede de la entidad.
Tres investigaciones
Al un¨ªsono, y a pesar de las presiones oficiales, se puso en marcha la maquinaria judicial y empez¨® a instruirse un voluminoso sumario. Las investigaciones se dirigieron a tres frentes diferentes. Una intentando averiguar las manipulaciones de los responsables de la entidad. Hubo una segunda investigaci¨®n encaminada a esclarecer un turbio asunto de talones pagados sin tener fondos. La tercera l¨ªnea de investigaci¨®n se encamin¨® a esclarecer la actuaci¨®n de una estafadora francesa, que li¨® a un sacerdote claretiano y al director general de la entidad.Todo esto se resumi¨® en 40.000 folios y en el voluminoso sumario conocido con el n¨²mero 199 / 67 del juzgado especial n¨²mero veinte. Quince a?os despu¨¦s este sumario se ha cerrado con una sentencia y con un curioso problema dom¨¦stico judicial. Ayer, los funcionarios de la secci¨®n primera de lo penal de la Audiencia Provincial de Barcelona se preguntaban at¨®nitos de donde sacar¨ªan las 45.000 pesetas que hab¨ªa costado hacer las 7.500 fotocopias de las 25 sentencias y las 400 que hab¨ªa costado el agua mineral que consumieron los letrados durante las sesiones del juicio oral.
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