Dificultades del Gobierno para hacer compatible el presupuesto con los objetivos monetarios y de inflaci¨®n
El Gobierno est¨¢ barajando en estos momentos las previsiones de d¨¦ficit p¨²blico para 1983. Las posturas no son un¨¢nimes dentro del Gabinete y se plantea la dificultad de hacer compatibles objetivos ya anunciados (aumento de las disponibilidades l¨ªquidas en un 13% e inflaci¨®n del 12%) con un d¨¦ficit para las Administraciones p¨²blicas, que puede fijarse en torno a los 1,5 billones de pesetas. Este d¨¦ficit proceder¨ªa del correspondiente al Estado, 1,3 billones de pesetas, y del previsto para la Seguridad Social, unos 200.000 millones de pesetas, calculados teniendo en cuenta una actualizaci¨®n de las bases de cotizaci¨®n.
Estas cifras de d¨¦ficit, de confirmarse, har¨ªan muy dificil el objetivo de mantener el incremento de las disponibilidades l¨ªquidas en un 13%, e incluso -seg¨²n medios financieros- "las repercusiones negativas para la econom¨ªa aumentar¨ªan en la medida que tal objetivo se cumpliera". Dadas las necesidades de financiaci¨®n de ese d¨¦ficit, seg¨²n las citadas fuentes, mantener en el 13% el incremento de disponibilidades l¨ªquidas s¨®lo puede lograrse restringiendo dr¨¢sticamente el cr¨¦dito al sector privado, con las secuelas consiguientes de unos tipos de inter¨¦s m¨¢s altos, una ca¨ªda de la actividad y un considerable: aumento del desempleo.
En favor del crecimiento
Seg¨²n distintas fuentes, la pugna en el seno del Gobierno est¨¢ planteada entre las posturas de Miguel Boyer, que ha propiciado ya algunas dr¨¢sticas medidas de ajuste (devaluaci¨®n y fuerte incremento de precios energ¨¦ticos) y que en declaraciones p¨²blicas ha vuelto a situar la lucha contra la inflaci¨®n como la primera prioridad de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gabinete, y la de otras relevantes personalidades, m¨¢s vinculadas a la elaboraci¨®n del programa econ¨®mico con el que concurri¨® el, PSOE a las elecciones. Estos ¨²ltimos sectores est¨¢n preocupados con la posibilidad de una pol¨ªtica de fuerte saneamiento, e incluso alarmados con que no se descarte un futuro plan de estabilizaci¨®n, que puntualmente deparar¨ªa un crecimiento del desempleo, cuando el primer objetivo del PSOE en su oferta electoral era la lucha contra el paro y la creaci¨®n de puestos de trabajo.De ah¨ª las presiones para que los Presupuestos del Estado para 1983 sean moderadamente expansivos y propicien una cierta reactivaci¨®n econ¨®mica y un cierto crecimiento. El engarce de esta pol¨ªtica, y del compromiso p¨²blico del PSOE de que los trabajadores no vuelvan a perder poder adquisitivo, con los objetivos anunciados de reducir en dos puntos la inflaci¨®n anual y limitar el crecimiento de las disponibilidades l¨ªquidas al 13% presenta graves dificultades. M¨¢xime cuando el margen de maniobra que deja la herencia de 1982 es mucho menor del que se supon¨ªa. El d¨¦ficit, en contra de las afirmaciones del ex ministro de Hacienda, Jaime Garc¨ªa A?overos, se dispar¨® en 1982 y puede haber superado 1.100.000 millones de pesetas. El crecimiento de las disponibilidades l¨ªquidas en los once primeros meses de 1982 (¨²ltimas cifras oficiales que se conocen) ha sido del 14,76% y el a?o -en diciembre se volvieron a disparar- puede terminar con un incremento del 16% o 16,5%. Las previsiones de un d¨¦ficit por cuenta corriente de 5.000 millones de d¨®lares y la fuerte p¨¦rdida de reservas completan el cuadro.
Este balance de 1982, que por razones obvias no va a ser maquillado por el actual Gobierno, ya que es responsabilidad del anterior, condiciona a¨²n m¨¢s la elaboraci¨®n de unos presupuestos para este a?o que sean compatibles con los objetivos monetarios, de inflaci¨®n y de crecimiento econ¨®mico y de empleo anunciados. La pr¨®xima intervenci¨®n del presidente Felipe Gonz¨¢lez ante las c¨¢maras de televisi¨®n para hacer balance de la situaci¨®n, los continuos llamamientos del empresariado para que el Gobierno haga p¨²blicas las magnitudes econ¨®micas b¨¢sicas que prev¨¦ para 1983, y la celebraci¨®n, estos d¨ªas, de negociaciones salariales entre patronal y sindicatos, urgen y acrecientan las tensiones en el seno del Gabinete. Mientras para algunos no hay posibilidad de una correcci¨®n p¨²blica de los objetivos de disponibilidades e inflaci¨®n a las pocas semanas de haber sido adelantados, para otros, si no hay tal modificaci¨®n -los previsibles datos de la encuesta de poblaci¨®n activa (aumento del paro) y de actividad econ¨®mica (posible defiaci¨®n) que pueden hacerse p¨²blicos a mitad de a?o-, la sustituci¨®n del actual equipo econ¨®mico se da ya como segura a seis u ocho meses vista.
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