Salidas provisionales en Portugal
VITOR PEREIRA Crespo se encuentra con dificultades de ¨²ltima hora para poder presentar un Gobierno ante la C¨¢mara portuguesa dentro de una fecha razonable. Cuando todo parec¨ªa estar negociado ha estallado una nueva crisis entre los partidos mayoritarios de Alianza Democr¨¢tica que demuestra lo dif¨ªcil que le va a resultar a la coalici¨®n de centroderecha que ha gobernado en Portugal desde 1980 limar sus profundas diferencias y recomponerse. La sombra de las elecciones generales anticipadas es ya para socialdem¨®cratas y democristianos una amenaza demasiado cercana. Los ¨²ltimos acontecimientos hacen dif¨ªcil atigur¨¢r que cada uno de los dos presidentes -Pinto Balsem¨¢o, que sigue siendo la figura clave del PSD, y Freitas do Amaral, del CDS- puedan sujetar a sus huestes -inc¨®modas, suspicaces- en los congresos de febrero. Pero al acecho se mantienen tanto el presidente de la Rep¨²blica, Ramalho Eanes, como el secretario general del Partido Socialista, Mario Soares. Saben que cualquier soluci¨®n, de llegar, es provisional y que el centrismo portugu¨¦s est¨¢ amenazado del mal mediterr¨¢neo que le ha hundido ya en Grecia, Francia, Espa?a: la dificultad creciente de presentar como una ideolog¨ªa unitaria lo que no resulta ser m¨¢s que una reuni¨®n coyuntural.A¨²n m¨¢s arriba del Mediterr¨¢neo se hace sentir ese malestar: en los pa¨ªses escandinavos, en la misma Alemania Occidental, donde ahora las elecciones de marzo no parecen ya tan seguras para la Democracia Cristiana como en el momento en que fueron planeadas. Los desaf¨ªos econ¨®micos y sociales ata?en muy seriamente a las clases medias y a la relativa burgues¨ªa que formaron los proletarios anteriores mejorados por la etapa del consumismo y de la "sociedad de la abundancia": no les interesan ya los Gobiernos o los partidos que presidieron esas ¨¦pocas perdidas y prefieren buscar el cambio -puesto que cambio hay en la naturaleza de la vida europea- en unos socialismos moderados.
Aun dentro de la relatividad de esos fen¨®menos en Portugal, que apenas tuvo acceso al fulgor de la abundancia, sin que la revoluci¨®n de abril produjera una identidad clara de prop¨®sitos, parece que la ley juega de la misma forma, y el corrimiento de opini¨®n de las elecciones municipales del 12 de diciembre se ha interpretado en ese sentido. Han vulnerado de tal forma al poder constituido -a pesar de la prudencia y de la suavidad de mano de Pinto Baisemao- que es muy dif¨ªcil que V¨ªctor Crespo pueda llegar a gobernar, y a¨²n, de hacerlo, es dudosa que se mantenga por mucho tiempo. En el centrismo las posibilidades de ruptura interior son m¨²ltiples, y el fantasma de una repetici¨®n del camino de UCD en Espa?a est¨¢ a la vuelta de la esquina.
La dimisi¨®n de Balsem¨¢o, como Su¨¢rez entre nosotros, parece m¨¢s bien la v¨ªctima de sus aliados y no de sus opositores y el nuevo gobierno abren as¨ª una etapa de incertidumbres y de riesgos en el pa¨ªs vecino.
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