Mitterrand
Como aqu¨ª he anotado ya, Argos / Vergara, de Barcelona (con perd¨®n), ha sacado el libro Cr¨®nicas personales, de Fran?ois Mitterrand, coincidiendo con los pactos de familia Espa?a / Francia que Fernando Mor¨¢n acaba de renovar. Si el socialismo es un humanismo, eso lo corporaliza hoy, en Europa, el se?or Mitterrand.S¨®lo mi querido Jos¨¦ Mar¨ªa de Areliza, tan admirado / olvidado (admirado por m¨ª, olvidado por el pa¨ªs), nos recuerda, en Espa?a y en la derecha, el modelo Mitterrand de escritor pol¨ªtico que va haciendo su diario, nervioso y tranquilo, entre avi¨®n y avi¨®n. El propio presidente de Francia, que escribi¨® este libro muy poco antes de serlo, nos habla de sus "impulsos l¨ªricos" ante las cosas, lo que quiere decir que el ni?o, el poeta, no ha muerto en ¨¦l. (Unos impresentables murcianos presentan en el Bellas Artes un Garc¨ªa-Lorca mitificado / ultrajado, obsceno y muy mal hecho: el dinero psocialista no puede irse en eso). Ni?o, adulto, escritor, pol¨ªtico, poeta, a Mitterrand le conmueve, en la soledad de sus landas, que el viento levante un ala del cormor¨¢n dormido. El mismo viento le estaba levantando a ¨¦l las alas hacia la presidencia. Creta, que describe como un Pierre Lotti pasado por Sartre; el Kremlin, que ve entre la iron¨ªa y el respeto que impone; los patos salvajes que vuelan sobre Manhattan; la angustia del Jap¨®n, que se expresa mediante la febrilidad productiva; el cancelado Kissinger, el hoy difunto Breznev, nudo entonces del imperio sovi¨¦tico. Creo que si tenemos hoy un escritor pol¨ªtico y, literario, en castellano (a la izquierda, por supuesto), es Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n. Pues el franc¨¦s no se lo hace menos bueno, o casi.
Felipe Gonz¨¢lez nos lo ha dicho bien: "Yo he conocido a Mitterrand hace muchos a?os y tambi¨¦n he conocido la mayor parte de su obra, que siempre he considerado una mezcla bien ordenada de racionalidad humanista, socialismo libre de dogmatismos y gran belleza literaria, con notas de profundo conocimiento hist¨®rico". Eso: "racionalidad humanista". Por ah¨ª quiere ir hoy el PSOE / regeneracionismo espa?ol, mejor que diluirse en revueltas de f¨¢brica. "Socialismo libre de dogmatismos". Mitterrand puede permitirse admirar a De Gaulle (a distancia). Ni Felipe ni Carrillo -ay- pueden permitirse admirar a Franco. Y la culpa no es de ellos precisamente, claro. Mitterrand escribe sobre De Gaulle, en este libro, con las m¨¢s bellas, fr¨ªas, justas, admirativas palabras. Le hace unos reproches irreprochables. "Gran belleza literaria". Los pol¨ªticos se olvidan de la belleza literaria, de la est¨¦tica, de la cultura, en cuanto inician el asalto a la Historia. Por eso no le dejan a Peces-Barba dar su c¨¢tedra (gratis, por supuesto). ?Hay que mutilar la Universidad en nombre de una vaga universalidad? "Profundo conocimiento hist¨®rico", termina el presidente Gonz¨¢lez, refiri¨¦ndose a Mitterrand. Como Aza?a, como Besteiro. El conservatismo espa?ol no sabe Historia, y por eso no puede conservarla, sino que vende la Historia por parcelas. Tiene uno escrito que los conservadores de verdad est¨¢n en la izquierda, que es la que cuida y restaura los sempiternos tesoros de la derecha. "La inform¨¢tica, la biolog¨ªa, lo nuclear: los grandes campos del saber se abren a los conquistadores de la democracia". As¨ª termina Mitterrand. Democracia es una apertura al futuro, una disponibilidad, y al mismo tiempo apertura al pasado, a la Historia, de la que Hegel, Marx y Ortega lo tomaron todo.
Nuestro presidente tiene un nuevo encuentro pendiente con Mitterrand, del que ha sido atrio esta visita de Mor¨¢n a Francia. FG sabe de sobra lo que hace, pero le bastar¨ªa con una cosa: llevarle a Mitterrand su propio libro y pedirle que lo cumpla.
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