Pesimismo con m¨²sica
En cualquier momento de depresi¨®n se ha podido imaginar la vida como una sucesi¨®n de desastres insoportables, como un muro contra el que resulta in¨²til enfrentarse. Los ladrillos de esa pared se acumulan en el tiempo, creando un ahogo insufrible, una apasionada invitaci¨®n al suicidio. Son, en general, momentos adolescentes.Los componentes del grupo musical Pink Floyd no tienen ya la edad necesaria para tales arrebatos. Se puede llegar a id¨¦ntica depresi¨®n, pero los caminos que nos trasladan a ella disponen de adjetivos m¨¢s precisos, m¨¢s contundentes, incluso insalvables. Cuando, en la cuarentena, uno se remite a sensaciones tan juveniles, suele ser precisa la colaboraci¨®n de un m¨¦dico. A cada a?o, su negaci¨®n; a cada edad, su suicidio. El muro, sin embargo, cuenta con todas aquellas ingenuidades del pasado. O utiliza, lo que sin duda ser¨ªa peor, con cuantos trucos son necesarios para que un p¨²blico juvenil se identifique con la depresi¨®n que el protagonista interpreta.
Pink Floyd, El muro
Director: Alan Parker. Gui¨®n: Roger Waters. Animaci¨®n: Gerald Scarfe. Fotograf¨ªa: Peter Biziou. M¨²sica: Pink Floyd. Norteamericana. 1982. Musical. Local de estreno: Gran V¨ªa.
El cantante rock que se encierra en la habitaci¨®n de un hotel momentos antes de una actuaci¨®n en directo, y deja que su imaginaci¨®n recupere los momentos tristes de su vida, tiene, en manos del h¨¢bil Alan Parker, resultados de una vistosidad admirable. Pero no se estructuran en un discurso que invite al espectador a un plato distinto al del t¨®pico: ni?o hu¨¦rfano de padre que sufre en el colegio con la violencia de los maestros, que, en su edad adulta, es abandonado por la mujer con quien se cas¨® y que no cree ya en ninguno de los valores que su triunfo profesional le aporta, acerca en exceso a las trivialidades de cualquier tratado barato de psicolog¨ªa.
Otro tema bien distinto es el de la imaginaci¨®n de los autores de los cap¨ªtulos ilustrados con dibujos o el del brillante montaje con el que Alan Parker ha estructurado su no historia. Ese aspecto de El muro contiene elementos suficientes para el aplauso. Pocas veces se ha ilustrado con tan curiosa perfecci¨®n la banda musical que da origen a la pel¨ªcula. De hecho, s¨®lo se trataba de aplicar im¨¢genes al disco de Pink Floyd que lleva el mismo t¨ªtulo; un autor mediocre se hubiera limitado a aplicar los conocimientos b¨¢sicos de un programa televisivo filmado con experiencia. Parker, por el contrario, ha creado un mundo propio. L¨¢stima que, detr¨¢s de ¨¦l, no exista una reflexi¨®n consistente.
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