El Gobierno aumentar¨¢ en mas de un 10 % el presupuesto para inversiones en el ¨¢rea de la cultura

El Ministerio de Cultura del Gobierno socialista espa?ol ver¨¢ incrementado en al menos un 10% su presupuesto de inversi¨®n y dejar¨¢ de tener lo que, en muchas ocasiones, se defini¨® como un presupuesto tercermundista, cuyos responsables anteriores sin embargo, no fueron capaces de gastar. El presupuesto, que depende de los Presupuestos Generales del Estado, que analiza estos d¨ªas el Ejecutivo, tendr¨¢ en cuenta las caracter¨ªsticas de la maquinaria administrativa del citado departamento, que es compleja y abundante, y pondr¨¢ ¨¦nfasis en la inversi¨®n porque es criterio prioritario del ministro Javier Solana hacer lo m¨¢s equitativo posible el acercamiento de los espa?oles a las distintas manifestaciones de car¨¢cter cultural.

Aunque el ministro no quiso ayer, en unas declaraciones que hizo a EL PAI S, ofrecer dato alguno sobre el contenido del presupuesto cultural del Gabinete, fuentes fiables aseguran que tal incremento se producir¨¢ sin duda de acuerdo con los criterios de profundizar en el cambio cultural del que habl¨® el presidente del Gobierno Felipe Gonz¨¢lez en la campa?a previa a las elecciones que le convirtieron en jefe del Ejecutivo.El presupuesto real del Ministerio de Cultura no excede, seg¨²n datos del pasado a?o, la cifra de 15.000 millones de pesetas; el presupuesto de inversi¨®n es de unos 9.000 millones de pesetas. El presupuesto total es de unos 60.000 millones de pesetas, el 0,9% del total nacional. Una gran parte de ese presupuesto es absorbido por los m¨¢s de 11.000 funcionarios del departamento.

Problemas de la riqueza mal distribuida

Al ministro de Cultura le preocupa que nuestro pa¨ªs, "que tiene una riqueza cultural enorme", no haya distribuido a¨²n como es debido ese patrimonio de modo que est¨¦ al alcance de todos los ciudadanos. Por esa raz¨®n, estima como temas pendientes de cultura, y asuntos prioritarios que est¨¢n encima de su mesa de trabajo, los relativos a la legislaci¨®n que haga posible un acceso libre y mayoritario a las bibliotecas p¨²blicas, porque considera que la divulgaci¨®n de la cultura escrita debe ser prioritaria para lograr una ciudadan¨ªa culta en todo el pa¨ªs. Por eso, la deficitaria red de bibliotecas que hay en Espa?a -donde existen 1.436 bibliotecas y 60.000 bibliotecarios- se va a ampliar de modo que todas las poblaciones de m¨¢s de 3.000 habitantes tengan su lugar p¨²blico de lectura.Al ministro no le extra?an las noticias que denuncian que, por ejemplo en Andaluc¨ªa, el 93% de la poblaci¨®n jam¨¢s ha ido a una biblioteca p¨²blica, y se?ala que esa es la pauta de lo que ocurre pr¨¢cticamente en el Estado. La deficitaria red de bibliotecas y la deficiente utilizaci¨®n de los locales p¨²blicos -hospitales, penitenciar¨ªas, etc¨¦tera- son las que provocan esa carencia que contrasta con la riqueza cultural, y especialmente literaria, de nuestro pa¨ªs.

Javier Solana est¨¢ preocupado por poner a la cultura del siglo XX, y enseguida del siglo XXI, a la altura legislativa que se merece, y por eso tiene como elementos legislativos prioritarios la revisi¨®n de la obsoleta ley de Propiedad Intelectual, que es del siglo XIX, y la ley que defiende el Patrimonio Hist¨®rico Art¨ªstico, que es 'una ley hermosa" para 1933, cuando la promulg¨® otro ministro socialista, Fernando de los R¨ªos, pero que tiene aspectos que han de ser radicalmente revisados en 1983.

Considera Javier Solana que nuestra riqueza cultural contrasta con las dificultades de acceso ciudadano a la cultura. "Es un pa¨ªs donde todav¨ªa el bien cultural est¨¢ desigualmente distribuido", dice. Para corregir esa situaci¨®n, el ministro juzga necesario .un esfuerzo inversor, que yo calificar¨ªa de significativo" para suplir carencias existentes, "como casas de la cultura, teatros estables, orquestas estables".

Una 'miniconstituci¨®n cultural'

Javier Solana cree que para llevar a cabo esos objetivos, este pa¨ªs carece de lo que ¨¦l califica de "miniconstituci¨®n cultural", carencia provocada por la escasez de eficacia legislativa que tuvieron anteriores administraciones culturales del Estado, que en cuatro a?os s¨®lo llevaron diez leyes al Parlamento. "Ser¨ªa bueno", dice Solana, "que en esta legislatura, poco a poco, fu¨¦ramos sentando las bases de una legislaci¨®n que fuera la constituci¨®n cultural del pa¨ªs". Esas leyes, espera el ministro, "ser¨ªan desarrolladas luego por las distintas comun¨ªdades del Estado de las autonom¨ªas para crear una pol¨ªtica global de la cultura en nuestro pa¨ªs".

Cuidar la proyecci¨®n exterior de la cultura

Solana considera esencial en la nueva pol¨ªtica cultural espa?ola el cuidado de la proyecci¨®n exterior -de nuestro patrimonio y de nuestra creacion intelectual, postergada hasta ahora. Esa proyecci¨®n ha de ser, seg¨²n el ministro, de doble flujo, porque a Espa?a le interesa tambi¨¦n recibir el influjo de la cultura que se hace fuera de sus fronteras.Para hacer posible el cambio cultural que pregon¨® su partido en la campa?a electoral, Solana considera tambi¨¦n "leyes b¨¢sicas" las que regulen el teatro, el libro, la m¨²sica y el cine, entre otras. "Ser¨¢n leyes complejas", dice el ministro, que tambi¨¦n espera que sean "leyes duraderas".

El caso en el que ha sido menos duradera la pol¨ªtica cultural espa?ola es en el sector del teatro, que ha dado los bandazos que cada Administraci¨®n ha sufrido. Solana cree que el cambio de un Gobierno de derechas a un Gobierno de izquierdas se va a advertir tambi¨¦n en el hecho teatral. "Trataremos de crear estructuras estables, de manera que el hecho teatral espa?ol no siga estando sometido a los vaivenes a que usted hace referencia".

El ministro sabe que todos estos prop¨®sitos encaminados al cambio cultural no ser¨¢n posibles sin dinero; sabe que cuando el ministerio se cre¨® en 1977 ten¨ªa un presupuesto similar al del Centro Pompidou de Par¨ªs, y aporta, "para arrimar el ascua a su sardina", el dato de que el n¨²mero de conservadores de museos que hay en Espa?a es inferior al que tiene el British Museum de Londres. "Evidentemente, la infraestructura cultural espa?ola es escas¨ªsima; har¨¢ falta un esfuerzo inversor, en funci¨®n de los recursos posibles, globales, que hay en nuestro pa¨ªs. El Gobierno va a hacer un esfuerzo para dedicar atenci¨®n significativa a la cultura".

Solana cree que la atenci¨®n del Gobierno a la cultura no es dificil de obtener, porque ¨¦l cuenta quince ministros con vocaci¨®n de ser ministros de Cultura, desde el presidente hasta el vicepresidente pasando -esto lo a?adimos nosotros, ¨¦l no lo dijo expresamente- por el de Defensa. "?Y el de Hacienda, tambi¨¦n se siente ministro de Cultura in pectore?", le preguntamos. "Tambi¨¦n. Y espero que se manifieste con respecto a mi ministerio de acuerdo con las necesidades objetivas que tiene nuestra econom¨ªa, aunque creo que se har¨¢ un esfuerzo, sobre todo en el ¨¢rea de la inversi¨®n",

El porvenir del Ministerio de Cultura como instituci¨®n no le preocupa al ministro, quien cree que lo que importa es la pol¨ªtica cultural, que a veces ha de ser de intervenci¨®n, otra de expectaci¨®n y otras de inhibici¨®n, para permitir que fluya libre y sin trabas la creaci¨®n intelectual y de cualquier tipo. Cree Solana que estamos en un momento significativo para una renovaci¨®n cultural en nuestro pa¨ªs y para profundizar en ello trabajar¨¢ su departamento, "administrando lo que han hecho los mejores espa?oles en los mejores momentos de su historia y estimulando a que los espa?oles de hoy engrandezcan esa riqueza del pasado con la creaci¨®n de lenguajes de hoy".

El ministro es consciente de que su partido dijo que Cultura huir¨ªa de los grandes gestos; luego ¨¦l se ocup¨® del ministerio y empez¨® a hacer lo que la gente ha entendido como gestos, y as¨ª ha visitado a Vicente Aleixandre, a Salvador Espriu, a Jorge Guill¨¦n, a Luis Bu?uel. El dice que no son gestos, meramente, sino elementos imprescindibles de reconocimiento a personas que han hecho grandes cosas por la cultura espa?ola y que en algunos casos han estado olvidados o incluso denostados por administradores anteriores. En cualquier caso, el ministro distingue "entre gestos y caricaturas".

Cuando Solana fue a ver a Espriu a Barcelona y luego se reuni¨® con intelectuales catalanes, el cantante Raimon declar¨®, muy lac¨®nicamente, que ese viaje supon¨ªa que "algo va a cambiar". Solana reflexiona sobre aquel gesto dedicado a tan importante comunidad aut¨®noma y considera que "la descentralizaci¨®n en el hecho cultural hay que llevarla hasta sus ¨²ltimas consecuencias, no s¨®lo en el aspecto regional o nacional, sino, si usted me apura, en el hecho municipal. Cualquier iniciativa que venga de esas ¨¢reas ser¨¢ siempre bien recibida".

El respeto debido a los latinoamericanos

A Solana le importa mucho declarar su inter¨¦s por aproximar a los espa?oles a una preocupaci¨®n que ¨¦l tiene por el porvenir de la cultura cient¨ªfica, que domina en esta ¨²ltima parte del siglo en ¨¢reas de nuestra zona cultural, y que a¨²n no sienten los espa?oles, y termina con una declaraci¨®n de apoyo y de reconocimiento a la creaci¨®n latinoamericana. Dice Solana que los creadores latinoamericanos, tanto los que viven exiliados en nuestro pa¨ªs como los que viven en sus lugares de nacimiento, deben entender que el Ministerio espa?ol de Cultura es tambi¨¦n su ministerio."Deben sentirse tan queridos, tan acogidos, tan respetados como cualquier creador espa?ol. Tenemos una deuda con aquellos pueblos que acogieron a nuestros intelectuales que debieron salir de Espa?a cuando aqu¨ª fue cercenada la libertad. Hoy tenemos nosotros que ser igualmente generosos con ellos porque, adem¨¢s, formamos parte de la misma cultura".

Un tema marginal: ?no es demasiado grandilocuente el edificio del Ministerio de Cultura, que adem¨¢s guarda memorias de un pasado francamente anticultural? Al ministro no le preocupan la ubicaci¨®n ni el sitio, y no concede importancia a los rumores sobre el posible traslado a este ministerio de las instalciones del departamento de Defensa. Concede, sin embargo, que una comisi¨®n estudia lugares madrile?os en los que un ministerio de la significaci¨®n del suyo se encuentre absolutamente c¨®modo.