Los yugoslavos dieron la victoria al Madrid

El Billy de Mil¨¢n tortur¨® ayer premeditadamente al Real Madrid durante 40 minutos de extremada intensidad. Sin embargo, el conjunto blanco cont¨® con la providencial inspiraci¨®n de sus dos yugoslavos y pudo sacar adelante un encuentro en el que los italianos practicaron un curioso sistema de alta tensi¨®n. Esta victoria permite al Madrid recuperar esperanzas de continuidad en la Copa de Europa.

Cuatro puntos fue la diferencia final que con sudor, esfuerzo, rabia y una implecable actuaci¨®n de Delibasic y Dalipagic consigui¨® obtener el Real Madrid frente a un dur¨ªsimo Billy de Mil¨¢n. La perfecci¨®n en el tiro de los yugoslavos y todo el complicado, pero completo, sistema defensivo italiano constituyeron el dato t¨¦cnico m¨¢s destacable. El relato minucioso del encuentro estuvo plagado de incidencias.

Una estrategia italiana, lo m¨¢s singular del encuentro de ayer, basada exclusivamente en una defensa total que busca romper el juego del contrario no s¨®lo con un eficaz marcaje, sino someti¨¦ndole a una continua interrupci¨®n en las acciones. Para que la estrategia funcionara se necesitaba la colaboraci¨®n del p¨²blico que deb¨ªa exasperarse, hecho que sucedi¨® y sirvi¨® como fen¨®meno de contagio. Excepto los dos yugoslavos, tanto los jugado res hispanos como su t¨¦cnico proliferaron en su desesperaci¨®n.

S¨®lo diez minutos de respiro concedi¨® el Billy al p¨²blico. Los diez primeros, en los que la defensa individual italiana no fue capaz de parar la arrolladora actuaci¨®n de los Yugoslavos.

El segundo tiempo fue un calco del anterior. Salida acertada, aunque menos, del Real Madrid y diez puntos de distancia en el marcador. La paradoja vino en los continuos f¨¢llos en ataque de los jugadores italianos, grandes defensas, pero vulgares en el tiro a media distancia. Estos errores dieron lugar a una batalla campal en la zona de pivots madridista, batalla en la que venci¨® no muy holgadamente el equipo italiano. A ocho minutos del final la diferencia se redujo a seis tantos y poco despu¨¦s roz¨® en algunos momentos una canasta de diferencia. Hac¨ªa falta mucha calma, el p¨²blico lo vio claro, y pidi¨® la salida de Corbal¨¢n, al que recibi¨® con grandes aplausos, al igual que antes hiciera con Rull¨¢n, otro veterano. Los italianos hicieron un total de 26 personales por 17 de los madridistas. Ayer el Billy de Mil¨¢n fue todo un excitante.