Menor violencia institucional en El Salvador debido a una represi¨®n mucho m¨¢s selectiva
Ronald Reagan ha convertido el respeto a los derechos humanos en una mera cuesti¨®n matem¨¢tica: en 1981 hubo en El Salvador 12.000 asesinatos pol¨ªticos; el a?o pasado se registraron 4.400, luego ha existido una mejor¨ªa. La certificaci¨®n del presidente norteamericano choca con la opini¨®n mayoritaria de los Gobiernos del mundo, representados en la Asamblea General de Naciones Unidas, que el pasado mes de noviembre conden¨® al Gobierno salvadore?o por quinta vez en los ¨²ltimos tres a?os.
El descenso en las estad¨ªsticas de la violencia institucional no obedece a un cambio en el proyecto pol¨ªtico-militar del Gobierno salvadore?o, sino a una mayor selectividad en la persecuci¨®n de sus opositores. Matando menos consigue el mismo efecto de terror, pero en cualquier caso la m¨¢quina represiva sigue intacta, despuesta a satisfacer puntualmente las exigencias del sistema. Las leyes de excepci¨®n que subordinan los derechos individuales a la seguridad nacional son las mismas, los tribunalel siguen incapacitados de hecho para perseguir a los drim¨ªnales y los escuadrones de la muerte act¨²an con total impunidad, conscientes de ser una prolongaci¨®n sin uniforme del m¨¢ximo poder, el Ej¨¦rcito.En materia legal, el decreto de estado de sitio, que se renueva desde marzo de 1980, anula las libertades individuales y los derechos colectivos, sometiendo la vida civil a par¨¢metros cuarteleros. El decreto 507 permite que cualquier hecho pueda conceptuarse como subversi¨®n o crimen contra el Estado, al tiempo que somete tales delitos a tribunales militares. El sistema judicial se ha convertido de hecho en un reh¨¦n de la teor¨ªa suprema de la seguridad nacional.
Falta de condenas
El embajador norteamericano en San Salvador, Deane Hinton, nada sospechoso de connivencia con la guerrilla, denunci¨® en octubre la falta de un sistema judicial que condene a los responsables de tantos cr¨ªmenes ocurridos en el pa¨ªs. Dijo que desde 1079 unos 30.00 salvadore?os han sido asesinados, sin que hayan llevado a los tribunales m¨¢s de 1.500 casos de delitos contra la persona y de ellos menos de doscientos se saldaron con la condena de los acusados.Ni siquiera un caso como el de las cuatro monjas estadounidenses asesinadas en diciembre de 1980 ha sido juzgado hasta ahora, pese a que Hinton lo ha convertido m¨¢s de una vez en piedra de toque para que el Gobierno salvadore?o demuestre su disposici¨®n de respetar los de4echos humanos. Se tiene informaci¨®n suficiente sobre los instigadores y autores materiales, pero el caso contin¨²a en el limbo de los pasillos judiciales.
El arzobispo de San Salvador, Arturo Ribera, dec¨ªa recientemente en una de sus homil¨ªas dominicales que cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s clara la identificaci¨®n de los "hombres de civil fuertemente armados", que se citan en cada caso de desaparici¨®n o matanza. Se preguntaba a continuaci¨®n: "?por qu¨¦ la autoridad tiene que despojarse de su uniforme para cumplir su misi¨®n?". La mejor¨ªa que Reagan certifica le cost¨® a EI Salvador en 1982 m¨¢s de 4.400 muertos civiles, un promedio diario de doce. Al menos doscientos cad¨¢veres aparecieron decapitados, y 232 m¨¢s torturados. Otras mil personas fueron capturadas, sin que hayan ingresado en la c¨¢rcel de Mariona m¨¢s de 171.
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