La larga jornada de un trabajador mal pagado
Los funcionarios no se quejan, en general, del alargamiento de su horario, pero se lamentan amargamente de la desproporci¨®n de sus salarios en relaci¨®n con los del sector privado
La supresi¨®n del horario real de que se ven¨ªa disfrutando en general en la Administraci¨®n con anterioridad, de 9.00 o 9.30 a 14.00 o 14.30 horas, ha sido interpretado casi por unanimidad por los funcionarios como la ruptura de un pacto fraudulento: la Administraci¨®n pagaba malos sueldos a cambio de una notable permisividad en el incumplimiento del horario."Si antes cobr¨¢bamos en especie, ahora nos tienen que subir los salarios", afirma un funcionario del Ministerio de Sanidad y Consumo. Bajo este prisma, los funcionarios entienden que ahora tienen que trabajar dos horas suplementarias, cuando no m¨¢s, con el mismo salario de antes, por lo que consideran imprescindible una compensaci¨®n por el nuevo horario, cuya ¨²nica novedad sobre el antiguo es su obligado cumplimiento.
Indudablemente, el problema de mayor incidencia y crudeza resultante de la implantaci¨®n del nuevo horario se ha planteado en las numerosas funcionarias que, en virtud del relajado horario anterior, entraban entre 9.00 y 9.30 horas y pod¨ªan llevar previamente a sus hijos al colegio o a la guarder¨ªa. Esto ha causado notables desajustes y soluciones tan improvisadas como insostenibles. "Ahora lleva mi marido a los ni?os al colegio, pero como trabaja por horas, estamos perdiendo una hora de su sueldo", se?ala una funcionaria de Obras P¨²blicas. "A m¨ª la papeleta me la resuelve la abuela, pero a cambio de pegarse unos madrugones", apunta otra. "Yo tengo la suerte de tener un hermano estudiante que me los lleva", se?ala otra.
El recurso provisional a familiares o amigos para que lleven los ni?os al colegio o la guarder¨ªa, seg¨²n la mayor¨ªa de las afectadas, tiene que desembocar en breve en la contrataci¨®n de una persona que lleve los ni?os al colegio. Pero el problema es, como se?ala una funcionaria de Trabajo y Seguridad Social, "cu¨¢nto me cuesta a m¨ª la soluci¨®n, porque el autocar del colegio ya me cuesta 5.000 pesetas y una se?ora que me venga para llevarlos me supone un total de 25.000 pesetas; pero ?c¨®mo voy a pagar esto cuando yo gano 44.000 pesetas?".
Aunque algunas funcionarias cifran en menos lo que les costar¨ªa contratar a una persona para realizar ese servicio, la detracci¨®n de 10.000 o 15.000 pesetas de emolumentos similares al anterior sigue pareci¨¦ndoles impensable.
La que no se?ala que el nuevo horario es "una medida contra la mujer trabajadora", pone como paradigma el modelo de los pa¨ªses del Este europeo, "donde la jornada escolar empieza media hora antes que la laboral". Piden, en consecuencia, que el horario se flexibilice en estos casos, permitiendo un retraso en la entrada que se recupere por las tardes o que el horario de los colegios se adelante para compatibilizarlo con dichas necesidades.
Tambi¨¦n existe una coincidencia generalizada en que la posibilidad de pedir reducci¨®n de jornada, con reducci¨®n proporcional de salario, acordada por Consejo de Ministros para aquellas personas con menores de seis a?os a su guarda o disminuidos f¨ªsicos o ps¨ªquicos, tampoco es una soluci¨®n, ya que el problema, en opini¨®n de las afectadas, se plantea preferentemente en los ni?os mayores de seis a?os, ya que las guarder¨ªas abren desde las siete o las ocho, pero los colegios no lo hacen hasta las nueve. No obstante, en la mayor¨ªa de los ministerios han comenzado a presentarse peticiones de reducci¨®n de jornada.
Un horario muy poco flexible
Funcionarias de Trabajo y Seguridad Social, entre tanto logran una soluci¨®n, han optado por entrar sistem¨¢ticamente a las 9.30 horas y salir a las 16.30 horas, f¨®rmula que vulnera el horario general, pero que es consentida por la respectiva jefa de personal, ante la que "presentan arinas", en expresi¨®n de una de ellas.
Aunque el horario flexible, implantado en Econom¨ªa y Comercio, Industria y Energ¨ªa y Justicia, es un com¨²n anhelo de la mayor¨ªa de las trabajadoras de la Administraci¨®n afectadas por este problema, funcionarias de Justicia tampoco ven una soluci¨®n en este horario por considerarlo de escasa flexibilidad. Las siete horas y media diarias del horario flexible sin necesidad de acudir los s¨¢bados sigue teniendo como inconveniente, en opini¨®n de algunas funcionarias, que el tope de entrada por la ma?ana est¨¢ establecido en las nueve, lo que sigue imposibilitando la tarea de llevar a los ni?os al colegio. As¨ª, una funcionaria del Ministerio de Justicia que vive en Alcorc¨®n, con un hijo de diez a?os y una hija de ocho, declara: "Levanto a mis hijos a las siete. Les lavo y les preparo el desayuno. Media hora m¨¢s tarde me voy, y tienen que estar solos una hora en casa hasta que se van solos al colegio".
Proponen como soluci¨®n, en consecuencia, una mayor flexibilidad del horario que permita realizar recuperaciones de tiempo semanal o mensualmente, dado que ahora no se permite acumular d¨¦ficit de tiempo de un d¨ªa para otro.
La mayor¨ªa de las funcionarias consideran imprescindible que la existencia de guarder¨ªas en los centros de trabajo de la Administraci¨®n se convierta en la regla y no en la excepci¨®n, al contrario de lo que sucede actualmente.
Otro foco de funcionarios que se sienten agraviados, si bien num¨¦ricamente es una minor¨ªa, son los auxiliares y administrativos con dedicaci¨®n exclusiva, ya que ahora se ven efectivamente obligados a cumplir las dos horas m¨¢s diarias de trabajo a que dicho complemento les obligaba y les obliga a realizar.
Dada la exig¨¹idad de la retribuci¨®n por dedicaci¨®n exclusiva, que oscila entre las 7.000 pesetas mensuales de un auxiliar y las 10.000 pesetas mensuales de un administrativo, se consent¨ªa que quienes disfrutaban de la misma no prolongaran diariamente su jornada por la tarde a cambio de que se turnaran para cubrir los servicios vespertinos. Al acabarse ese modus vivendi, que constitu¨ªa un fraude rec¨ªproco en opini¨®n de funcionarios que lo ven¨ªan disfrutando, ¨¦stos se encuentran con que ahora deben trabajar cuarenta horas m¨¢s mensuales a cambio de esa cifra, lo que les supone que la hora extraordinaria les sale entre 175 y 250 pesetas.
Al tener que acudir de nuevo por la tarde, de cuatro a seis o de cinco a siete, se ven obligados a comer en las cercan¨ªas o en el propio comedor del ministerio, cuando lo hay. Como el men¨² viene a salirles por unas 200 o 300 pesetas, las 350 o 500 pesetas ganadas durante esas dos horas se ven inevitablemente minimizadas.
En consecuencia, han empezado a producirse en la mayor¨ªa de los ministerios renuncias a la dedicaci¨®n exclusiva. Otros funcionarios esperan todav¨ªa a comprobar la cuant¨ªa de la anhelada subida de las retribuciones para tomar una decisi¨®n al respecto. Los hay m¨¢s estoicos, que la est¨¢n solicitando, por aquello de que, "ya que tengo que venir por la tarde, que m¨¢s me da dos horas m¨¢s", en interpretaci¨®n del responsable de personal de Industria y Energ¨ªa.
Por el contrario, algunas secretarias de altos cargos que cobraban por dicha dedicaci¨®n exclusiva se consideran beneficiadas por el nuevo horario. Una secretaria de un alto cargo de Educaci¨®n y Ciencia se?ala: "Antes sol¨ªa salir a las diez de la noche; ahora s¨¦ que me corresponde venir de cinco a siete por la tarde, y ahora a las siete me pierdo".
Otro problema a?adido, se?ala una funcionaria del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia con dedicaci¨®n exclusiva, es que con su horario de ocho de la ma?ana a tres de la tarde y de cinco a siete de la tarde "me da tiempo a contar todas las palomas de Correos antes de volver a trabajar". Se declara, en consecuencia, a favor de establecer un horario flexible o acortar dicho per¨ªodo de sobremesa. Una funcionaria de Sanidad y Consumo, tambi¨¦n con dedicaci¨®n exclusiva, declaraba que "de salir a las seis a salir a las siete de la tarde me va el poder asistir o no a las clases de la universidad".
El control de salidas a media ma?ana no se ha implantado todav¨ªa en todos los ministerios, aunque la mayor¨ªa de los funcionarios lo consideran inminente. Una funcionaria del gabinete de Prensa de Hacienda se?ala, no obstante, que "con la psicosis del nuevo horario ya no se sale tanto como se sol¨ªa". Su compa?era coincide con el aserto y aclara que "los funcionarios est¨¢n dispuestos a cumplir el horario para estar en disposici¨®n de exigir la equiparaci¨®n en otras materias con la empresa privada".
No obstante, en el Ministerio de Sanidad y Consumo, aunque una funcionaria se?alaba en la cafeter¨ªa que "ayer pasaron un parte fantasma a mediod¨ªa para pillarnos", su contertulia, bolsa de la compra repleta al brazo, trataba de disimular el sonrojo ante las chanzas de sus compa?eras hacia su escapadita a las tiendas cercanas. Precisamente, esta funcionaria era una de las que m¨¢s ardorosamente enfatizaba los perjuicios que le hab¨ªa causado el nuevo horario. Por su parte, una funcionaria del MEC se?alaba al respecto que "el horario lo siguen incumpliendo la minor¨ªa de siempre". En cualquier caso, las escenas de madres llevando a sus hijos al ministerio han remitido, dada la obstaculizaci¨®n para salir del mismo.
Otro problema que se presenta, a juicio de numerosos funcionarios, es la falta de una regulaci¨®n sobre qu¨¦ hacer en caso de enfermedad, a qui¨¦n solicitar la baja, dado que los funcionarios no est¨¢n adscritos a la Seguridad Social y Muface (la mutualidad de funcionarios) no contempla dicho problema. "Antes bastaba con que el jefe lo supiera, y no estoy dispuesta a pagar ahora por un certificado m¨¦dico que acredite mi enfermedad", se?ala desafiante una auxiliar.
Tambi¨¦n consideran un agravio comparativo con el sector privado el no contar todav¨ªa con un calendario de vacaciones y que las festividades sean anunciadas con un m¨ªnimo de antelaci¨®n y "a golpe de circular", seg¨²n una funcionaria.
"En Navidades se quedaron montones de personas con los billetes de tren o avi¨®n en la mano. No pedimos privilegios ni m¨¢s vacaciones, pero s¨ª saber desde primero de a?o cu¨¢les vamos a tener". "Todav¨ªa no sabemos qu¨¦ d¨ªas tendremos en Semana Santa ni en verano, ni las festividades del a?o", arguye vehementemente dicha funcionaria.
Un gesto ineficaz
Un punto de com¨²n coincidencia entre la mayor¨ªa de los consultados es considerar que las centrales sindicales no les representan en modo alguno, dada la reducid¨ªsima afiliaci¨®n que ¨¦stas tienen ya que el derecho de sindicaci¨®n no ha sido legalmente regulado todav¨ªa ni se han celebrado elecciones sindicales. En consecuencia, la mayor¨ªa de los funcionarios consultados consideran que la medida ha sido impuesta sin negociaci¨®n alguna con ellos, al contrario de lo que ocurre en cualquier convenio del sector privado, y no se sienten vinculados con el horario pactado entre Presidencia y centrales sindicales.
Que se ha buscado m¨¢s el gesto que la eficacia y que se ha procedido con precipitaci¨®n es otro com¨²n denonominador de la opini¨®n de los funcionarios sobre el modo en que se ha realizado la aplicaci¨®n del nuevo horario. Una funcionaria de una ventanilla de informaci¨®n del MEC, tras confesar que vot¨® por el cambio, critica que "se nos avis¨®, la tarde del viernes que el lunes viniesemos a las ocho de la ma?ana", y se?ala que el modo correcto hubiese sido esperar a contar con control electr¨®nico para poder establecer el horario flexible.
Su compa?era, divorciada, avala su opini¨®n y declara que ahora no puede llevar a su hijo al colegio, ya que "con el actual sistema no puedo justificar que entro una hora m¨¢s tarde, pero que salgo una hora m¨¢s tarde". Salvo en los ministerios con horario flexible, en los dem¨¢s se lleva el control por el rudimentario procedimiento de parte de firmas.
La obligatoriedad de acudir uno de cada tres s¨¢bados de ocho de la ma?ana a tres de la tarde es otro de los aspectos que m¨¢s reticencias despierta. El sistema anterior era establecer turnos, con lo que mediante un ret¨¦n m¨ªmimo se cubr¨ªa el servicio. Abundando en lo mismo, un funcionario de Sanidad y Consumo afirma que "es absurdo, nadie va a venir un s¨¢bado a las ocho de la ma?ana o a las tres de la tarde". "Sinceramente, no hay trabajo para venir los s¨¢bados", apostilla otra. Se?alan adem¨¢s el agravio comparativo de que el s¨¢bado no es laborable en la mayor parte del sector privado.
En parecidos t¨¦rminos se expresa otro funcionario con respecto al nuevo horario: "Trabajamos dos horas m¨¢s -cuatro, en el caso de quienes tienen dedicaci¨®n exclusiva- diariamente, pero tenemos el mismo volumen de trabajo. Yo no puedo inventarme y realizar m¨¢s expedientes porque est¨¦ m¨¢s tiempo aqu¨ª, as¨ª que como no haga pajaritas...". "Ahora leemos m¨¢s peri¨®dicos", remata otra.
Al margen de que "el nuevo horario se ve¨ªa venir", son numerosos los funcionarios que opinan que dignificar¨¢ su imagen ante la opini¨®n p¨²blica. Funcionarios evidentemente sintonizados con el rearme moral solicitado por el presidente declaran: "Nadie tiene derecho moral a quejarse, dado el relajamiento que hab¨ªa". O manifiestan que "desde que se ha implantado el horario se es responsable, pero no porque se vigile".
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