Nuevo debate Washington-Mosc¨² sobre armas estrat¨¦gicas
Aunque las negociaciones entre norteamericanos y sovi¨¦ticos sobre la reducci¨®n de armas estrat¨¦gicas intercontinentales (START) no se reanudar¨¢n oficialmente hasta ma?ana, los preparativos de esta nueva fase comenzaron ayer, tras la llegada a Ginebra de ambas delegaciones. El jefe de la delegaci¨®n estadounidense, Edward L. Rony, dijo ante la Prensa en el aeropuerto de Ginebra que los dos meses de ausencia le hab¨ªan permitido mantener una serie de consultas ¨²tiles y provechosas con el Gobierno y los diferentes estamentos de la Administraci¨®n de su pa¨ªs.
Despu¨¦s de calificar de audacia imaginativa la proposici¨®n del presidente Reagan para reducir sustancialmente los misiles bal¨ªsticos, el embajador Rony se declar¨® favorablemente sorprendido por el respaldo encontrado en la Administraci¨®n, el Congreso y el pueblo norteamericanos. "Si Ileg¨¢semos a un acuerdo sobre la base de nuestra propuesta", dijo, "la reducci¨®n de misiles ser¨ªa dr¨¢stica, limit¨¢ndose, adem¨¢s, los riesgos de una guerra nuclear".Para Estados Unidos es prioritario en materia de desarme lograr nuevos niveles, m¨¢s bajos, equitativos y verificables. Este es el empe?o de la Casa Blanca, dispuesta a examinar cualquier iniciativa y consciente de la sensibilidad de la opini¨®n p¨²blica ante el control de las armas at¨®micas. "Esperamos", termin¨® diciendo, "que la delegaci¨®n sovi¨¦tica venga a la mesa de las negociaciones con un esp¨ªritu constructivo y con deseos de alcanzar r¨¢pidamente un acuerdo que permita preservar la paz y reforzar la seguridad, no s¨®lo de nuestras dos naciones, sino de la humanidad entera".
Declaraciones de Karpov
Poco despu¨¦s, y junto a la escalerilla del avi¨®n, su hom¨®logo sovi¨¦tico, V¨ªctor P. Karpov, recordaba las tesis de su Gobierno en materia de reducci¨®n de armas, hechas ya p¨²blicas hace alg¨²n tiempo por el Kremlim. "El hecho de que Estados Unidos haya optado por la continuidad, en lugar de cortar y poner fin a la proliferaci¨®n de armas, demuestra", afirm¨®, "que sus deseos en realidad son los de conseguir ventajas militares unilaterales de una u otra forma".Tambi¨¦n reproch¨® la actitud nada constructiva de Washington en la mesa de las negociaciones, advirtiendo que su pa¨ªs quer¨ªa "un acuerdo honesto y en conformidad con los principios de igualdad y seguridad rec¨ªprocas". En su solemne declaraci¨®n, el embajador sovi¨¦tico insisti¨® en las proposiciones de Yuri Andropov, secretario general del comit¨¦ central del PCUS, formuladas el pasado 21 de diciembre, y se?al¨® que dicho programa supon¨ªa la reducci¨®n radical de las armas estrat¨¦gicas, eliminando la posibilidad de fabricarlas y l¨ªmitando los riesgos de un desastre nuclear.
Aparentemente, las posiciones de cada delegaci¨®n contin¨²an siendo, por el momento, irreconciliables.
Washington ha sugerido la posibilidad de reducir en un tercio el n¨²mero de misiles intercontinentales instalados en tierra, as¨ª como los que se encuentran a bordo de submarinos.
La Casa Blanca pretende, por otra parte, limitar los misiles a 850, lo que equivaldr¨ªa al desmantelamiento de unos 1.550 del lado sovi¨¦tico y aproximadamente novecientos del lado norteamericano.
El Kremlim, por su parte, se conformar¨ªa con una reducci¨®n del 25% de los arsenales at¨®micos respectivos, hasta situar en 1.800 el n¨²mero de misiles y bombarderos, previstos ya en las negociaciones SALT-2. Mosc¨² ha dicho no en repetidas ocasiones a las proposiciones de Washington y pretende que se incluyan en las negociaciones las nuevas armas estadounidenses, en particular el bombardero B-1 y el misil MX.
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