Presiones de algunos pa¨ªses occidentales para que Reagan modifique sus propuestas a la Uni¨®n Sovi¨¦tica sobre desarme

El vicepresidente de Estados Unidos, George Bush. llegar¨¢ hoy a Ginebra para conversar con los negociadores sovi¨¦ticos y norteamericanos que discuten sobre la reducci¨®n de fuerzas nucleares intermedias (IN F) terrestres. Bush consult¨® ayer en Bruselas a los aliados de la OTAN, en la tercera etapa de su gira europea, de la que si algo se lleva a Washington, son las presiones de diversos pa¨ªses de Europa Occidental para aceptar una propuesta distinta a la opci¨®n cero y para que las negociaciones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica culminen con un resultado concreto.

La opci¨®n cero pretende eliminar de "la faz de la tierra" esta "nueva generaci¨®n de armas". Bush se neg¨® sin embargo en una conferencia de Prensa a dar precisiones sobre alternativas e incluso a explicar en que consistir¨ªa una "alternativa razonable" que Estados Unidos espera oir de boca de la URSS.Por una parte, el Gobierno holand¨¦s ha indicado que, sin resultados en las negociaciones, los Pa¨ªses Bajos tendr¨ªan gran des dificultades en desplegar sobre su territorio los euromisiles que le corresponden. El Gobierno belga ha expresado sus deseos de llegar a una soluci¨®n intermedia, aunque la opci¨®n cero constituya el objetivo a largo plazo.

El candidato socialdem¨®crata a la canciller¨ªa de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Hans-Jochel Vogel record¨® ayer en *Bruselas que ha pedido a Bush que "Estados Unidos presenten una contrapropuesta" a las propuestas del dirigente sovi¨¦tico Yuri Andropov. Washington, sin embargo, parece esperar, mientras Bush se declaraba satisfecho por la solidaridad expresada por los diversos Gobiernos y el Consejo Atl¨¢ntico reunido ayer a nivel de representantes permanentes.

"Es, por supuesto, posible que un Gobierno dirigido por m¨ª se niegue al despliegue de los cohetes. La decisi¨®n habr¨¢ de ser considerada a la vista de las negociaciones a finales de 1983", fecha prevista para comenzar el despliegue de los euromisiles, declar¨® Vogel. "No escondo", a?adi¨®, "que nuestro objetivo es una reducci¨®n radical del n¨²mero de estos misiles por parte sovi¨¦tica que hiciera superfluo el despliegue por nuestra parte". Los observadores leyeron en esta frase una referencia al equilibrio euroestrat¨¦gico que podr¨ªan suponer las armas nucleares brit¨¢nicas y francesas. "Estos sistemas existen y apuntan hacia el Este", aclar¨® Vogel, "no se les puede pedir a las superpotencias que ignoren este hecho".

Para Bush, estos sistemas no est¨¢n sobre la mesa de las negociaciones de Ginebra. "Los rusos, en privado, han indicado que no es necesario contarlos", se?al¨® Bush, que, en estas consultas con los aliados occidentales se mantuvo firme en la opci¨®n cero, "cuyo ¨²nico argumento en contra es que no les gusta a los sovi¨¦ticos, y esto no basta". EE UU siguen esperando una "propuesta razonable" por parte sovi¨¦tica, pero Bush no quiso aclarar en que podr¨ªan consistir. Bush se neg¨® tambi¨¦n a decir si hab¨ªa alternativas, pero asegur¨® que no se contempla una soluci¨®n por etapas.

Si Bush habl¨® de unidad atl¨¢ntica tras sus conversaciones en la sede de la OTAN, su sesi¨®n de trabajo con la Comisi¨®n de la Comunidad Econ¨®mica Europea no discurri¨® por terreno agradable. En una dura declaraci¨®n, el presidente de la Comisi¨®n Europea, Gaston Thorn, expres¨® su "considerable sorpresa" por "la acci¨®n de Estados Unidos destinada en acaparar en los pr¨®ximos doce o catorce meses el con junto del mercado egipcio de la harina de trigo a precios subvecionados, inferiores a los del mercado mundial".